Los ‘sin
religión’
¿constituyen la nueva religión?
ANNE-LAURE
ZWILLING
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El aumento del número de personas que se
declaran sin religión y la diversidad de este grupo interrogan a los
expertos
En los países donde se
pide a los ciudadanos que indiquen su religión en los censos, o en las
encuestas que preguntan por la afiliación religiosa, durante mucho
tiempo ha
sido común proponer una lista de posibles contestaciones, con un último
ítem
que decía "ninguno de los anteriores".
De ahí que se llegara a designar como "ningunos" a quienes no
declaraban
afiliación religiosa. Es decir, los "sin religión".
Este grupo ha sido durante mucho tiempo un poco abandonado por los
sociólogos
de las religiones. Primero, porque el número de "sin religión" era,
hasta los años 1970 más o menos, no muy alto, pero también porque estos
sociólogos estaban principalmente interesados en las creencias, y los
sin
religión parecían ser un grupo de personas sin convicciones. Hasta hace
poco,
este grupo se concebía como un vacío: era el grupo de aquellos que
estaban
"sin" religión, que "no tenían" creencias, que "no
eran" miembros de una iglesia. En resumen, se pensó en negativo, en
relación con la afiliación religiosa: el término "no religión" se
refiere entonces a todo lo que no sea "religioso".
Dos elementos han hecho que los investigadores se interesen más por
estos
"no religiosos": el aumento del número de personas que se declaran sin
religión (más del 23%, de promedio, declararon que no pertenecían a
ninguna
religión en la encuesta de la Unión Europea realizada en 2008), y
también la
consideración cada vez mayor de la diversidad de este grupo.
La religión, un
conjunto de elementos
Cuando uno se interesa por la religión de la gente, ve que tiene que
tener en
cuenta un conjunto de elementos. Según el lugar y el tiempo, los
sociólogos
fueron incluyendo en esta definición las convicciones, las
visiones del mundo,
las prácticas religiosas individuales y colectivas, la implicación en
actividades relacionadas con la religión, o incluso lo que las personas
dicen
de sí mismas. Expresado en términos más técnicos: las creencias, los
dogmas, las
prácticas y los rituales, la militancia, la autodefinición.
Si bien es cierto que estos diferentes elementos están a menudo
vinculados, hay
cada vez más a menudo variaciones importantes: uno puede ser muy
practicante
sin tener convicciones muy fuertes, uno puede estar muy comprometido
sin ser
practicante, etc. Así, nos encontraremos con más y más frecuencia a tal
persona
que dice que es cristiano, pero no bautizado, muy comprometido en su
parroquia
pero que no está seguro de la existencia de Dios; o bien otro
convencido de que
Dios existe y que reza con regularidad, pero no pertenece a ningún
grupo
religioso.
En Francia, por ejemplo, según una encuesta de Ipsos de 2010, el 2% de
los no
creyentes afirman que leen la Biblia al menos una vez a la semana.
También
hemos conocido recientemente el manifiesto de Hendrikse Klaas, un
"pastor
ateo": Creer en un Dios que no
existe.
En la religión, existen todas las modalidades combinatorias de esas
diferentes
dimensiones existen, pero en la no religión encontramos las mismas
variaciones.
Esto, en última instancia, hace de la no religión un grupo no homogéneo
y mal
conocido. Por esta razón, la no religión fue el tema principal del
coloquio
anual de nuestra red de investigación sobre las religiones en Europa y
más allá,
EUREL.
Un amplio abanico de
visiones del mundo
Al igual que la religión, la no religión incluye una amplia gama de
visiones
del mundo, incluyendo a los nuevos ateos que "militan" contra la
religión, así como a las personas que dicen que uno no puede saber nada
acerca
de la existencia o la no existencia de Dios (los agnósticos), pero que
pueden ser
practicantes, y hasta personas totalmente indiferentes hacia la
religión y la
religiosidad.
Sin embargo, la mayoría de las veces la no religión tiende a formarse
en
relación, en oposición y en diferentes diálogos con las formas
dominantes de
religión. Como resultado, también adoptarán formas diferentes. Del
mismo modo,
el lugar que la sociedad otorga a la religión va a influir en la forma
en que
se expresa la no religión.
En algunos países como Francia o España, por ejemplo, la no religión
puede ser
una forma de combate contra la dominación de un grupo religioso muy
fuertemente
presente, por lo que es bastante militante. En otras sociedades, más
indiferentes
en el plano religioso (como en el Reino Unido actualmente), esta es
casi la
posición "por defecto".
Una mayoría
silenciosa
En muchas sociedades europeas, el grupo de los no religiosos se está
convirtiendo en una mayoría. Esta mayoría es a menudo silenciosa, ya
que rara
vez se trata de grupos organizados, y que hay muy pocas
reivindicaciones
colectivas.
Así, en 2016, Linda Woodhead indicó que, en el Reino Unido, la "no
religión" es la nueva religión.
Esta afirmación se hace realidad también en Francia, un país que ocupa
el
cuarto puesto por la importancia del ateísmo, con el 29% de las
personas que se
declaran "ateos convencidos", y donde se ha registrado, entre 2005 y
2010, una disminución del 21% en el número de personas que dicen
religiosas, según
una encuesta RedGallup de 2012.
Algunos investigadores también creen que puede haber una proporción
significativa de "no religiosos" entre las personas que declaran
pertenecer a una religión mayoritaria históricamente bien establecida,
como la
Iglesia luterana en los países escandinavos, o la Iglesia católica en
Francia,
España, o Italia. La politóloga Yann Raison del Cleuziou habla, así, de
los
"católicos pasajeros" en Francia, en su libro (2014) y el sociólogo
Jörg Stolz
habla de "alejados" en Suiza, en ¿Quiénes
son los católicos hoy?Religión
y espiritualidad en la era del ego (2015).
Con todo, sería necesario estudiar esta cuestión más afondo, para
determinar hasta
qué punto la pertenencia puede ir más allá de la adhesión formal al
grupo
religioso.
Impactos culturales,
sociales y…
económicos
Nuestro coloquio de Oslo también buscó analizar cómo los diferentes
contextos
nacionales pueden influir en esta relación con el creer, y sobre todo
en qué y
cómo el marco social, histórico y cultural de la religión dominante en
un
espacio geográfico dado contribuye a la "conformación", a la
definición de la no religión (véanse las intervenciones de Ethan
Quillen o
Chris Cotter).
Asimismo, se investiga cómo la no religión incide en la percepción
social de la
minoría y la mayoría religiosa (como lo explican Cristiana Cianitto y
Rossella
Bottoni, o también Atko Remmel).
Por otro lado, ¿cuál será el impacto social y cultural de la creciente
presencia de estos grupos, como lo analiza Stéphane Papi para
Marruecos, por
ejemplo? ¿Cómo se manifestará eso según los países?
Algunos, como Jorge Botelho Moniz, se preguntan sobre la relación entre
la no
religión y la religión: ¿hay diálogo o conflicto entre los dos, y si es
así
quién habla, y en nombre de quién? Más ampliamente, ¿cómo está
representada la
no religión en el plano político, cultural y social (véase Anne
Lancien, sobre
todo), qué lugar puede ocupar y, como subraya Nóra Lengyel, qué
influencia
puede tener?
Finalmente, la existencia de la no religión tiene también implicaciones
jurídicas.
En Europa, hay muchos países en los que la afiliación religiosa entraña
importancia legal o administrativa. Por ejemplo, esta pertenencia
conlleva un
impacto sobre los impuestos en Alemania. En varios países, los grupos
religiosos con reconocimiento jurídico se benefician de ciertas
facilidades
financieras o legales.
¿Cómo encaja la no religión en estas configuraciones, por ejemplo, en
el caso
de Brasil estudiado por André Luiz Pereira Spinieli, o el de Italia
descifrado
por Francesco Alicino?
Identificar
convicciones (no) religiosas
La diversidad del grupo y su aparente falta de visibilidad hacen que
sea más
difícil de identificar para los investigadores. Entonces es necesario
preguntarse
cómo estudiarlo y tenerlo en cuenta, por ejemplo, cómo se analiza la
población
no religiosa en las encuestas, cómo se expone en las estadísticas sobre
afiliación
religiosa, y si hay tal vez zonas de sombra, lugares inexplorados. Esto
es en
particular lo que exploran Teemu Taira, Tatiana Podolinska y Juraj Majo
o
Sivert Urstad.
En sentido inverso, el estudio de la no religión cuestiona la forma en
que se captan
y definen las modalidades de afiliación religiosa (véanse los trabajos
de Sofía
Nikitaki o Timothy Stacey).
En definitiva, ni el "creer", ni el "no creer" son fáciles
de medir con las encuestas.
El coloquio Conformación
de la no religión
en la sociedad posmoderna, perspectivas institucionales y jurídicas,
coorganizado
por EUREL y el proyecto "Good Protestant, Bad Religion? Formatting
Religion in Modern Society" (GOBA) de la Universidad de Oslo, se
celebró
en Oslo los días 26 y 27 de septiembre de 2018.
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