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MARTÍN CASTILLA
Corruptio optimi pessima.
2024.
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"Cada día resulta más patente que el papa Francisco está empujando a la
Iglesia por caminos erráticos. Casi no hay tema en el que no cometa un
desacierto. Parece falto de formación teológica seria y de asesores competentes.
Tampoco se muestra muy consciente de cuál es la moral católica sólidamente
establecida. Y anda bastante extraviado, o incluso de parte del enemigo, en los
asuntos políticos. A los que permanecen fieles al catolicismo los tiene
abandonados y no pierde ocasión de lanzarles recriminaciones. Está totalmente
equivocado en las relaciones con el islamismo, en el problema de la
inmigración, en la guerra de Ucrania, en su visión de España y, últimamente, en
el escabroso asunto del diletantismo LGBTQ+. Adopta el lenguaje especioso e
hipócrita de la «inclusión», los tópicos falaces del feminismo y un buenismo
estúpido que se pretende hacer pasar por «misericordia». Con el invento de la «sinodalidad»
ha abierto las puertas a la subversión de las estructuras de la Iglesia, del
episcopado y del funcionamiento canónico ordinario. Las pocas gentes que aún asisten
a las iglesias van como ovejas sin pastor, mientras se agrava de día en día el problema
de la falta de curas en las parroquias. El clero que pervive vaga falto de una
formación sólida y sin saber qué posición adoptar frente a la modernidad y al
posmodernismo. Esta carencia no se suple plegándose a la deriva de unos tiempos
desnortados, a las mentiras de una izquierda radicalmente corrompida, o a las
estrategias anticristianas de la masonería en auge. Hará falta un milagro para
que esta encrucijada no produzca cismas en la Iglesia católica."
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