Hungría explica por qué no quiere clandestinos musulmanes

JACQUES GUILLEMAIN





Negándose obstinadamente a plegarse ante la dictados de Bruselas o del Parlamento de Estrasburgo, Hungría difunde un breve vídeo de 35 segundos, que basta ampliamente para resumir la catástrofe que amenaza a Europa dirigida por los iluminados de Bruselas y sus caniches totalmente sumisos.

¡Imprudente! dice el video: irresponsable, irreflexivo, inconsciente. ¡En una palabra, suicida!

Tal es el mensaje, dirigido a los votantes europeos por Hungría, que recuerda a todos que este país nunca será tierra de inmigración.

Nos acordamos de que hace un mes, los eurodiputados iniciaron el procedimiento del artículo 7, con el objetivo de sancionar a Hungría por no respetar los valores de la Unión Europea y para oponerse a Viktor Orban, que rechaza toda inmigración.

A resultas de esta votación sancionadora, a la que se unió vergonzosamente la mayoría de los diputados franceses del Parlamento europeo, además de los del RN (de Marine Le Pen), Hungría manifiesta de nuevo su rechazo a sufrir el caos racial que destruye Francia y Europa.

Y, por supuesto, la Europa unida ataca a Viktor Orban que se niega a sacrificar a su pueblo a los delirios mundialistas de Macron, Merkel y Juncker.

El eurodiputado belga y presidente del Grupo ALDE en el Parlamento europeo, Guy Verhofstadt, explica que "tenemos necesidad de migración".

A lo que el gobierno húngaro replica:

"1,8 millones de migrantes han entrado en la Unión Europea desde 2015" y "millones más desean venir".

"Desde el inicio de la crisis", indica una voz en off, "cientos de personas han perdido la vida en violentos atentados en toda Europa". "Los crímenes violentos están aumentando y Guy Verhofstadt quiere más migración".

"Es irresponsable. Es hora de sacudir a Bruselas. ¡Protejamos a Europa!"

Está claro que el pueblo húngaro nunca se inclinará ante los que quieren su perdición, Macron a la cabeza, él que se cree el exterminador del "populismo", esa palabra insultante en boca de los mundialistas.

Lo que se niegan a ver estos ayatolás del multiculturalismo es que el ascenso del "populismo" no es más que un grito de angustia de los pueblos que se niegan a desaparecer arrastrados por el torbellino mundialista.

El voto populista es el voto identitario de quienes son víctimas del desclasamiento social y de la fractura identitaria que disloca a la nación.

Pero si los húngaros tienen la oportunidad de vivir en una democracia, este no es el caso de los franceses. Orban escucha a su pueblo, Macron lo desprecia.

Esto es lo que Viktor Orban dijo en enero 2018 en víspera de las elecciones:

"Yo no puedo hablar más que por el pueblo húngaro y este no quiere ninguna inmigración."

"En mi opinión, es imposible que el pueblo tenga una opinión sobre una cuestión fundamental y que el gobierno no la asuma."

Y en abril de 2018, el partido de Viktor Orban aplastó a todos sus adversarios y obtuvo 133 escaños de los 199 del Parlamento húngaro.

Cuando un dirigente escucha a su pueblo, este se lo agradece.

Y sí, el pueblo húngaro no quiere desaparecer.

El pueblo húngaro no quiere ser islamizado.

El pueblo húngaro tiene la intención de defender su identidad cristiana.

Es su derecho y es fácil de entender, ¿verdad?

En Francia, casi tres de cada cuatro franceses no quieren más inmigración, pero Macron no sabe más que aprobar la política migratoria de Merkel, añadiendo que ¡no se puede hacer nada contra de la demografía africana que va a sumergir a Europa!

Con eso, Macron va tirando con un 20% de opiniones favorables.

Es en Francia donde la dictadura del pensamiento reina sin rival y donde los inmigracionistas luchan sin descanso contra los partidos identitarios, pero es a Orban a quien se trata de déspota.

Estamos flotando en pleno delirio. Cuando un rapero negro canta en un clip "colgad a los blancos y matad a los bebés blancos en la cuna", eso no es racismo.

Pero cuando Zemmour dice a una mujer negra que el nombre de Corinne le iría muy bien, le ponen ¡una querella por injurias de carácter racial! Esto lo dice todo.


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