La
aniquilación de
la minoría cristiana de Irak
RAYMOND IBRAHIM · 30-10-2018
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"Otra
ola de persecución será el fin del cristianismo después de 2.000 años"
en Irak, declaró recientemente un dirigente cristiano iraquí.
En
una entrevista a principios de este mes, el arzobispo caldeo Habib
Nafali de Basora declaraba cómo más de una década de persecución
violenta prácticamente ha aniquilado a la minoría cristiana de Irak. Desde
la invasión lanzada por Estados Unidos, en 2003, la población cristiana
ha bajado de 1,5 millones a aproximadamente 250.000, una reducción del
85 por ciento. Durante
esos 15 años, los cristianos han sido secuestrados, esclavizados,
violados y asesinados, a veces por crucifixión; aproximadamente
una iglesia o monasterio ha sido destruido cada 40 días, es decir,
alrededor de 135 edificios cristianos de
culto, dijo el arzobispo.
Si
bien a menudo se asume que el Estado Islámico fue el origen de la
persecución, desde la retirada de ese grupo terrorista de Irak, la
situación para los cristianos ha mejorado solo marginalmente. Como
dijo el arzobispo, los cristianos siguen sufriendo "violencia
sistemática" diseñada para "destruir su idioma, destrozar sus familias
y empujarlos a abandonar Irak".
La
razón de esto se refleja claramente en el informe World Watch List
2018, que clasifica las cincuenta peores naciones en las que ser
cristiano. De
acuerdo con ello, los cristianos en Irak, la octava peor nación en el
mundo para ser cristiano, están experimentando una "persecución
extrema", y no solo de "extremistas".
Aunque
los “grupos religiosos violentos” (como el Estado Islámico) son “muy
fuertemente” responsables, otras dos tipos sociales que rara vez se
asocian con la persecución de los cristianos en Irak son también “muy
fuertemente” responsables, dice el informe: 1) “los funcionarios del
gobierno en
cualquier nivel, desde el local al nacional”, y 2)“los dirigentes
religiosos no cristianos en cualquier nivel, desde el local al
nacional”. Además, otras tres categorías sociales: 1) “los dirigentes
de
grupos étnicos”, 2) “los ciudadanos normales (personas del
público en general), incluidas las turbas" y 3)" los partidos políticos
de cualquier nivel, desde el local al nacional", son todos
"fuertemente" responsables de la persecución de los cristianos en Irak.
En otras
palabras, prácticamente todo el mundo está involucrado.
El informe especifica:
"Grupos
religiosos violentos, como el Estado Islámico y otros militantes
radicales, son conocidos por atacar a los cristianos y a otras minorías
religiosas mediante secuestros y asesinatos. Otra
fuente de persecución son los dirigentes islámicos de cualquier nivel
[incluidos los patrocinados por el gobierno], principalmente en forma
de discurso de odio en las mezquitas. Según
el informe, los funcionarios gubernamentales de todos los niveles
amenazan a los cristianos y los "alientan" a emigrar. Además,
según se informa, los ciudadanos normales del norte han hecho
comentarios en público, cuestionando por qué hay cristianos todavía en
Irak."
Varios
dirigentes cristianos regionales confirman estos extremos. Según
el obispo ortodoxo siríaco, George Sáliba:
"Lo
que está ocurriendo en Irak es algo extraño, pero es normal para los
musulmanes, porque nunca han tratado bien a los cristianos, y siempre
han mantenido una postura ofensiva y difamatoria contra los cristianos.
... Solíamos
vivir y convivir con los musulmanes, pero luego revelaron sus colmillos
... [No
tienen] derecho a asaltar casas, robar y atacar el honor de los
cristianos. La
mayoría de los musulmanes hacen esto. Los otomanos nos mataban y,
después de eso, los gobernantes de las naciones-estado entendieron las
circunstancias, pero siempre dieron ventaja a los musulmanes. El islam nunca ha cambiado."
El
padre Douglas al-Bazi, párroco iraquí católico de Erbil, que todavía
lleva las cicatrices de las torturas que recibió hace nueve años,
formula las mismas observaciones:
"Estoy orgulloso
de ser iraquí, amo a mi país. Pero mi país
no está orgulloso de que yo sea parte de él. Lo
que le está pasando a mi pueblo [a los cristianos] no es otra cosa que
un genocidio. Os lo ruego: no lo
llaméis conflicto. Es
un genocidio. ... Cuando el islam vive en medio de vosotros, la
situación puede parecer aceptable. Pero
cuando uno vive en medio de los musulmanes [como minoría], todo se
vuelve imposible. ... ¡Despertad! El cáncer está a vuestra puerta. Ellos os destruirán. Nosotros,
los cristianos de Oriente Medio, somos el único grupo que ha visto la
cara del mal: el islam."
El
gobierno iraquí es cómplice, cuando no participa activamente, en la
persecución. Como
explicó un hombre cristiano cuando le preguntaron por qué los
cristianos de
Irak no acuden a las autoridades gubernamentales en busca de
protección: "ponerse en contacto con las autoridades nos obliga a
identificarnos [como cristianos], y no estamos seguros de que algunas
de las personas que nos amenazan no sean las mismas
que están en las oficinas gubernamentales, que se supone que deben
protegernos". Cuando los cristianos se arriesgan a ponerse en contacto
con las autoridades locales, la policía a veces los reprende con
comentarios como "[usted] no debería estar en Irak porque es un territorio musulmán".
El
gobierno solo ha ayudado a fomentar esos sentimientos anticristianos. Por
ejemplo, a fines de 2015, se aprobó una ley que obliga a los niños
cristianos y a todos los demás niños no musulmanes a convertirse en
musulmanes si sus padres se convierten al islam o si sus madres
cristianas se casan con un musulmán.
De
manera similar, aunque son de lejos los ciudadanos más nativos de Irak,
que fue cristiano siglos antes de su conquista por parte del islam en
el siglo VII, los programas escolares patrocinados por el gobierno
presentan a los cristianos autóctonos como "extranjeros" no deseados.
Como explicaba un político cristiano empleado en el Ministerio de
Educación iraquí:
"No hay casi nada sobre nosotros [los cristianos] en nuestros libros de
historia, y lo que hay es totalmente erróneo [es decir, negativo]. No dicen
nada de que estábamos aquí antes del islam. Los únicos
cristianos mencionados son los de Occidente. Muchos iraquíes creen que
nos trasladamos aquí desde
Occidente. Que
somos huéspedes en este país”.
No
es de extrañar que "si los niños [cristianos] dicen que creen en Jesús"
en la escuela, señala un informe, "se exponen a palizas y al desprecio
por parte de sus maestros".
Quizás
lo más revelador de todo es que el gobierno iraquí contrata y ofrece
plataformas a los clérigos radicales cuyas enseñanzas son casi
idénticas a las del Estado Islámico. Durante
una entrevista televisada el gran ayatolá Ahmad al-Baghdadi, uno de los
principales clérigos chiíes de la nación, explicó la posición de los no
musulmanes que viven bajo gobierno musulmán:
"Si
son gente del libro [judíos y cristianos] les exigimos que paguen la yizia, y si se niegan, combatimos
contra ellos. Por
eso, los cristianos tienen
tres opciones: convertirse al islam, o, si se niegan y desean seguir
siendo cristianos, entonces pagar la yizia
[y vivir bajo las leyes de la dimmitud].
Pero
si todavía se niegan, entonces los condenamos a muerte, y nos
apoderamos
de sus mujeres y destruimos sus iglesias. ¡Esto es el islam! ¡Esta es
la palabra de Alá!"
Teniendo
en cuenta que los musulmanes en Irak están adoctrinados por semejante
retórica anticristiana, desde que son jóvenes, comenzando en las
escuelas y continuando en las mezquitas, no es sorprendente que cada
vez que se presenta la oportunidad, muchos musulmanes se vuelvan contra
sus vecinos cristianos.
En
un vídeo, por ejemplo, una familia cristiana traumatizada de Irak narra
cómo sus hijos pequeños fueron asesinados y quemados vivos,
"simplemente por llevar la cruz". La madre explicaba cómo los miembros
del Estado Islámico que atacaron y mataron a sus hijos eras sus propios
vecinos musulmanes,
con quienes habían comido, y reído, y a quienes incluso habían
proporcionado servicios médicos y educativos, pero que, en cuanto se
presentó la oportunidad, se volvieron contra ellos.
De
manera similar, cuando se le preguntó quiénes fueron exactamente los
que amenazaron y expulsaron a los cristianos de Mosul, otro refugiado
cristiano respondió:
"Nos fuimos de
Mosul porque el Estado Islámico llegó a la ciudad. La
gente [musulmana suní] de Mosul se unió al Estado Islámico y expulsó a
los cristianos de la ciudad. Cuando
el Estado Islámico entró en Mosul, la gente los aclamó y expulsó a los
cristianos. ... La
gente que se adhirió al Estado Islámico, la gente que vivía allí con
nosotros ... Sí, mis vecinos. Nuestros vecinos
y otras personas nos amenazaron. Dijeron:
"Marchaos antes de que os atrape el Estado Islámico". ¿Qué significa
eso? ¿Adónde
iríamos? ... Los cristianos no tienen apoyo en Irak. Si
alguien dice que está protegiendo a los cristianos es un mentiroso. ¡Un mentiroso!"
Los
cristianos de Irak están al borde de la extinción, menos a causa del
Estado Islámico, y más porque prácticamente todos los sectores de la
sociedad iraquí han estado, y siguen estando, perpetrando agresiones
contra ellos.
"Si
esto no es un genocidio", dijo el arzobispo caldeo Habib Nafali hacia
el final de su reciente entrevista, "entonces, ¿qué es?"
Raymond Ibrahim, autor del nuevo
libro, La espada y la cimitarra.
Catorce siglos de guerra entre el islam y Occidente, es miembro
principal distinguido del Gatestone Institute y miembro Judith Rosen
Friedman en el Middle East Forum.
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