La capacidad: el secreto tras la historia mundial

RAYMOND IBRAHIM






El Día de la Hispanidad se ha vuelto emblemático de muchas maneras, no solo por la acusación de que Colón era un racista que inauguró una campaña genocida contra los nativos, sino como un recordatorio de que prácticamente todos los europeos que precedieron a la actual "era del despertar" eran gente horrible.


Este infundio se puso de manifiesto especialmente durante el verano de 2020, tras la muerte de George Floyd, cuando fueron atacadas no solo las estatuas de Colón, sino también las estatuas de muchos héroes tradicionales de la civilización occidental y norteamericana, con la acusación de que los hombres enaltecidos fueron todos racistas y de algún modo fomentaron o aprobaron el comercio de esclavos africanos.


El problema de esta visión, tan arraigada, es que ignora por completo un hecho simple: si los europeos fueron agresivos o explotadores con los no blancos, eso no es porque fueran intrínsecamente violentos (un punto de vista racista, por cierto), sino simplemente porque fueron capaces de hacerlo. Y esta es la línea de fondo que subyace a  toda la historia: la capacidad.


Los europeos no derrotaron ni desarraigaron a los indios americanos, esclavizaron a los africanos y colonizaron al resto porque vivieran de acuerdo con una especie de credo belicoso sin precedentes, específico de los blancos y ajeno a los no blancos. Todo lo contrario: lo hicieron porque ellos –a diferencia de los nativos, los negros, etc.– fueron capaces de hacerlo. Esta es la diferencia fundamental.


Consideremos lo siguiente: ¿Los indios americanos precolombinos habían desarrollado galeras para viajes transoceánicos, o armas de fuego avanzadas, o brújulas, o estructuras y estrategias militares organizadas? Y si hubieran llegado, digamos, a las costas de Europa en la "Edad Oscura", ¿qué habrían hecho? ¿Habrían conquistado y subyugado, o habrían mirado a los pálidos salvajes inferiores y los habrían "respetado" en nombre de la "diversidad", sin hostigarlos en absoluto?


¿Qué habría pasado, si los negros subsaharianos hubieran sido tecnológica o militarmente más avanzados que sus vecinos del norte en Europa, durante la era premoderna y, por tanto, hubieran podido fácilmente subyugarlos y esclavizarlos? ¿Lo habrían hecho, o los habrían dejado en paz en nombre del "multiculturalismo"?


Estas son unas hipótesis por las que nadie parece interesado en preguntarse, pero la respuesta a esos "qué habría pasado" está tan clara como la luz del día.


Después de todo, no se puede argumentar que los no blancos no alcanzaron una situación militar o tecnológicamente tan avanzada porque fueran unas gentes pacíficas y poco ambiciosas. Dentro de sus propias limitaciones –limitados a arcos, flechas y lanzas–, tanto los nativos como los negros guerreaban constantemente, mataban, violaban, saqueaban y vendían a sus vecinos nativos y negros como esclavos. Según escribe Michael Graham,


"Cuando pensemos en la América precolombina, olvidemos lo que se ve en las películas de Disney [por ejemplo, Pocahontas, la animación de 1995]. Pensemos en "la esclavitud, el canibalismo y los sacrificios humanos masivos". Desde los aztecas hasta los iroqueses, esta era la vida entre los pueblos indígenas antes de la llegada de Colón. A pesar de toda la charlatanería de los indios y los indignados sobre el esclavismo europeo, resulta que la América precolombina era prácticamente un inmenso campo de esclavos."


De manera semejante, según Tony Seybert, autor de La esclavitud y los nativos americanos en la Norteamérica británica y los Estados Unidos: de 1600 a 1865: "Los guerreros [indios americanos] esclavizados sufrían a veces mutilaciones o torturas que podían terminar en la muerte, como parte de un venganza ritual por los familiares muertos en la batalla. Algunos indios les cortaban un pie a sus cautivos para evitar que huyeran".


Si es así como trataban a sus semejantes –y todo el llamado Tercer Mundo, especialmente el África subsahariana, todavía los tratan así–, ¿qué habrían hecho con "otros" como los hombres blancos, si hubieran sido capaces de alcanzarlos antes de que ellos los alcanzaran?


Por supuesto, nada de esto significa justificar todas las acciones europeas premodernas, sino más bien se trata de colocarlas en un contexto muy necesario, un contexto que deja perfectamente claro que, en la historia, todos los pueblos (blancos, negros, amarillos, cobrizos, cualesquiera) han sido muy parecidos: guerrearon y, cuando fueron capaces –palabra clave–, pasaron a la ofensiva en busca de la conquista y la hegemonía. Dependiendo de sus capacidades (arcos y flechas, o pistolas y cañones), sus esfuerzos dieron por resultado, con frecuencia, la hegemonía tribal o internacional.


Decir otra cosa, decir que solo un grupo de gente, los blancos, se ha comportado de esa manera, es ser racistas. (Claro que a la multitud "despierta" no le importa mucho esa inconsistencia).


Todavía más, normalmente, se pasa por alto o se ignora el papel de la religión: mientras que todas las gentes, cuando se dejan llevar por sus impulsos primarios, están predispuestas a la guerra y la depredación contra otros, la religión, según sea, tiende a exacerbar, o bien a apaciguar, tales tendencias.


Consideremos el islam: siempre que los musulmanes pudieran, lo más seguro es que atacarían, saquearían, conquistarían y esclavizarían a los otros (con especial "apetencia" por los blancos), sobre todo porque su religión les manda hacerlo. Si América fue conquistada por europeos, en cambio prácticamente todo el llamado "mundo musulmán" fue conquistado por musulmanes. Su mismo núcleo –Oriente Próximo, todo el Norte de África y Turquía– fue conquistado arrebatándoselo a los cristianos. Los musulmanes, además, esclavizaron a muchos millones de europeos en los siglos antes y después de que descubrieran el Nuevo Mundo.


Por otro lado, la religión histórica de Europa, el cristianismo, es precisamente lo que impulsó a sus seguidores occidentales por todo el mundo a abolir la esclavitud (algo que un mundo musulmán refractario se vio obligado a aceptar finalmente). Dicho de otra manera, mientras que las conquistas musulmanas y de otros no blancos a menudo culminaron en la esclavitud, la despoblación y la devastación, los conquistadores europeos al menos llegaron a abolir la esclavitud, y aportaron a sus súbditos musulmanes y otros no blancos los beneficios de la modernidad, incluidos los avances científicos y médicos. Hoy día, Estados Unidos continúa ofreciendo todo tipo de beneficios y ventajas a los no blancos –entre ellos a los  líderes nativos y negros–, mientras que los no blancos continúan matándose unos a otros, incluso con lanzas, arcos y flechas.


En resumen, más allá de la multitud despierta, todas las personas de Occidente que suscriben esa versión de la historia que yuxtapone los blancos malvados, opresores y conquistadores frente a los no blancos nobles, pacíficos e igualitarios, ignoran lamentablemente los fundamentos de la realidad, incluido el papel principal que desempeña la capacidad en la historia mundial.



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