Lo
que los católicos necesitan saber sobre el islam
RAYMOND IBRAHIM
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De
las diversas vertientes del cristianismo, históricamente, el
catolicismo fue el principal enemigo del islam. Fueron los papas
quienes llamaron a las cruzadas; y fueron los católicos quienes tomaron
la cruz.
Los tiempos han cambiado radicalmente. Hoy, la jerarquía de la Iglesia
Católica se encuentra entre los mayores apologistas del islam. El
eminente cardenal de Europa, Jean-Claude Hollerich, dijo
recientemente, por ejemplo, que "el profeta Mahoma se habría
avergonzado" del terrorismo que asola Francia, incluida la masacre
de cristianos ancianos dentro de su iglesia en Niza, y la decapitación
de un profesor francés que "blasfemó" contra Mahoma.
De hecho, basta con mirar al papa Francisco para encontrar una plétora
de
disculpas referidas al islam, que él presenta normalmente como una
religión "hermana" del cristianismo, que solo busca coexistir
pacíficamente con los católicos y todos los demás. El simple hecho de
que algunos musulmanes "malinterpreten" su religión, ha insistido el
Papa, no es culpa del islam.
Así, en 2016, cuando un periodista le preguntó al papa Francisco si
fray Jacques —otro sacerdote francés asesinado por musulmanes dentro de
su iglesia durante la misa— fue "asesinado en nombre del islam",
Francisco no estaba de acuerdo. Arguyó que él oye de católicos que
cometen violencia todos los días en Italia: "uno que ha asesinado a su
novia, otro que ha asesinado a la suegra… ¡y son católicos
bautizados! ¡Hay católicos violentos! Si hablo de violencia islámica,
debo hablar de violencia católica".
Aparentemente, para este Papa, la violencia ejercida de acuerdo con
los mandamientos de Alá, por ejemplo, la ejecución de blasfemos, no es
más preocupante que la violencia realizada en contradicción con los
mandamientos del Dios cristiano. Según esta lógica perversa, si hacemos
responsable al islam, también debemos responsabilizar al cristianismo,
independientemente del hecho de que el islam justifique la violencia:
contra apóstatas, blasfemos, infieles en general, etc., mientras
que el cristianismo lo condena.
Si esta es la posición "oficial" de la jerarquía católica sobre el
islam, claramente, la Iglesia Católica como organización no sólo está
perdiendo sus 1.400 años de experiencia y conocimiento del islam; está
siendo adoctrinada exactamente en lo contrario de la verdad.
Por esta razón, un nuevo
libro de William Kilpatrick, What Catholics Need
to Know about Islam, es una contribución oportuna y
bienvenida.
Consta de unas 400 páginas divididas en 23 capítulos, donde el autor
explora
una variedad de temas, que han sido censurados en gran medida por la
jerarquía católica, comenzando por la afirmación generalizada de que
cristianos y musulmanes adoran al mismo Dios, una falsedad obvia, a
menos que uno acepte que Dios es esquizofrénico, pues presenta ciertos
atributos sobre sí mismo a un grupo de personas, mientras denuncia esos
mismos atributos a otro grupo.
Junto con la total supresión de los hechos impuesta por los
apologistas, Kilpatrick muestra cómo el apaciguamiento, la corrección
política y el odio a sí mismo o la culpa de Occidente están
siendo manipulados para hacer que los cristianos —que por naturaleza ya
son
propensos a perdonar a sus enemigos mientras se juzgan a sí mismos con
dureza— potencien sin darse cuenta la agresión islámica contra ellos
mismos,
como una forma de "piedad".
El autor destaca también una serie de paralelismos pasados por alto.
Por ejemplo, muestra cómo los activistas musulmanes emplean las mismas
tácticas —incluso a través de la infiltración y la subsiguiente
subversión del gobierno, los intelectuales y los medios de
comunicación— que
han llevado al meteórico ascenso del movimiento LGBT, por ejemplo.
Lo más importante es que el libro de Kilpatrick da un desmentido, y
ofrece un
antídoto, contra la defensa del islam por parte de la jerarquía
católica, mostrando incluso cómo, con esa orientación, la iglesia está
muriendo en Europa, mientras que las mezquitas van ensuciando el
paisaje.
Según escribe: "Ahora estamos viendo la resurrección del islam como un
poder
grande y peligroso". Entretanto, "la cosecha actual de líderes de
la iglesia ha mostrado una tolerancia excesiva, no solo hacia el islam,
sino también hacia el mundo, la carne y, a veces, por lo que parece,
incluso hacia
el diablo".
Todo eso puede cambiar, y con bastante facilidad, argumenta el autor.
Después de todo, vivimos en una época en la que el islam es
intrínsecamente débil, capaz de aterrorizar a Occidente solamente porque
este último le proporciona los medios para hacerlo. Por lo tanto, según
Kilpatrick, para resistir "las incursiones totalitarias del islam", no
necesitamos recurrir a "levantar ejércitos y armadas"; más bien,
necesitamos prestar atención a las palabras de Cristo: "La verdad os
hará
libres" (Juan 8,32).
Y, cuando se trata de la verdad sobre la religión de Mahoma —una verdad
peligrosa que ha sido totalmente suprimida, sobre todo por la jerarquía
católica—, el libro What Catholics Need
to Know about Islam es, sin
duda, un paso en la buena dirección.
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