RAYMOND IBRAHIM · 18-11-2021
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En julio de 2021 fue el décimo aniversario de mi
serie mensual, "La persecución musulmana contra los cristianos",
publicada por el Instituto Gatestone (en parte enlazada en este
sitio).
En julio de 2011, comencé a recopilar y resumir relatos de
persecución que se han recogido cada mes en un informe, por lo que hay
un registro, de modo que, cuando llegue el momento, la excusa habitual
de que "nunca supimos" no se tendrá en pie.
Ahora que han pasado diez años de informes de este tipo, con un total
de 120 informes, cada uno con un promedio de entre 3.500 y 4.000
palabras (o casi 500.000 palabras en total), ¿qué se ha aprendido? ¿Qué
tendencias se han demostrado?
Primero, el fenómeno de la persecución musulmana contra los cristianos
es real: es inquebrantable, constante, sistemático y sistémico,
y se ajusta a los patrones aprobados por la saría, la ley
islámica, lo que significa que su fuente fundamental es el islam. Como
escribí en 2011 en el primer informe:
"Cualquiera que sea el episodio de la persecución, por lo general se
ajusta a un tema específico, que incluye el odio a las iglesias y otros
símbolos cristianos; abuso sexual de mujeres cristianas y misoginia;
leyes de apostasía y blasfemia; robo y saqueo en lugar de la yizia;
y por encima de todas las expectativas, que los cristianos se comporten
como dimmíes acobardados."
Poco ha cambiado. Los episodios de persecución, en número de una o dos
docenas, documentados en cada uno de estos 120 informes mensuales se
ajustan generalmente a esos mismos temas, incluyendo el ataque con
bombas, la quema o la eliminación de iglesias; la violación y
conversión forzada de mujeres cristianas; ataques asesinos y largas
penas de prisión para apóstatas, blasfemos y evangelistas;
discriminación y explotación en general; y, cada vez más, la descarada
matanza de cristianos. (Para obtener más información sobre el trasfondo
doctrinal e histórico de este fenómeno, se puede consultar este artículo más elaborado y detallado).
Curiosamente, cuando, en julio de 2011, se me ocurrió por primera vez
la idea de un informe mensual, me preocupó la viabilidad del proyecto:
¿qué tipo de "informe" podría compilarse si, digamos, solo había uno o
dos casos de persecución, o ninguno en absoluto, en un mes determinado?
Lamentablemente, pero también de manera bastante reveladora, esto no
solo no ha ocurrido ni una sola vez en el transcurso de los 120 meses,
sino que los casos de persecución no han hecho más que aumentar, de
modo
que, para mantener estos informes manejables y con menos de 4.000
palabras, cada mes he tenido que dejar fuera historias menores.
El valor de una década de tales informes es también que desmiente la
idea generalizada de que la única o la principal persecución musulmana
contra cristianos ocurrió en la última década a manos del Estado
Islámico, entre 2014 y 2017. Por descontado, es verdad que fue horrible
lo que
el ISIS hizo pasar a los cristianos y a otras minorías religiosas;
pero, antes y después del ISIS, los cristianos han sufrido formas de
persecución menos "espectaculares" a manos de musulmanes que no son
terroristas "profesionales", incluidos individuos, turbas o clérigos
musulmanes y, por supuesto, autoridades musulmanas en todos los niveles
del Estado (policía, gobernantes, jueces, etc.).
En cuanto a algunas de las tendencias más específicas que se han
desarrollado y agudizado durante la última década, en primer lugar, se
está llevando a cabo lo
que varios observadores internacionales han caracterizado como "puro genocidio" contra los cristianos de Nigeria.
No parece pasar una semana sin "Alahú akbar": el grito de los
musulmanes que masacran a docenas de cristianos e incendian sus pueblos
e iglesias, mientras el mundo bosteza.
Este espíritu yihadista está muy arraigado en otras naciones africanas
–por ejemplo, Somalia– y, si no se controla, se está extendiendo cada
vez más a otras, que incluyen Mauritania, Mali, Burkina Faso, Kenia,
Mozambique y muchas más. En Uganda, de mayoría cristiana, no pasa un
mes sin que una familia musulmana ataque o mate a un miembro
de la propia familia por convertirse al cristianismo.
La persecución de los cristianos en Pakistán –por no hablar de la
discriminación sistemática y flagrante en su contra– es francamente
repugnante. No parece pasar una semana sin que una joven cristiana
menor de edad sea raptada, violada, obligada a convertirse y a casarse
con su secuestrador,
mientras que la policía y los tribunales se ponen de parte de los
secuestradores y violadores. Del mismo modo, cualquier musulmán que,
por cualquier motivo, desee aterrorizar a un cristiano, cada vez más,
acusa a este último de "blasfemar" contra Mahoma, lo que en
Pakistán se castiga con largas penas de cárcel e incluso con la
ejecución. No hace falta decir que las turbas furiosas y radicales a
menudo atrapan a los "infieles" antes de que la policía pueda
arrestarlos, como hicieron en 2014, cuando una turba musulmana de más
de mil personas quemó viva a una joven pareja cristiana con la
falsa acusación de que habían quemado unas páginas del Corán.
En Egipto, hogar de los coptos, la comunidad cristiana nativa más
grande
de Oriente Medio, la situación no es mejor. Tanto el ISIS como muchos
"musulmanes radicales" locales han atacado con bombas o han incendiado numerosas
iglesias, matando a muchos fieles a lo largo de los años,
mientras que las autoridades simplemente han suprimido iglesias, a menudo en respuesta
a las turbas musulmanas enojadas. Además,
"en Egipto, los secuestros de mujeres y niñas cristianas y el
matrimonio forzado con sus secuestradores musulmanes han alcanzado
niveles sin precedentes".
La persecución contra los cristianos no cesa de aumentar de manera
general en todo el mundo islámico. Baste señalar que los musulmanes son
los responsables de la mayor parte, aproximadamente el 80%, de todas
las persecuciones que los cristianos han sufrido en el mundo cada
año, desde 2011 a 2021.
La última década ha dejado otra cosa clara: los medios de información o
ignoran por completo o camuflan la realidad de la persecución musulmana
contra los cristianos. Siempre que se ven obligados a informar sobre,
digamos, ataques terroristas supersensacionalistas, que dejan decenas
de cristianos muertos, como se podía predecir, atribuyen la motivación
de los musulmanes a "agravios", pobreza, disputas territoriales, o
"radicalización", algo que no representa el "verdadero" islam.
En otras palabras, los medios de información han hecho todo lo posible
por presentar este fenómeno como una aberración, aunque se trata de
algo sistemático y sistémico en el mundo musulmán. Mientras tanto, no
hay duda de que si se invirtieran los papeles, si fueran cristianos los
que prohibieran o atacaran las mezquitas; atacaran o encarcelaran a
musulmanes por "blasfemar" o a cristianos por convertirse al islam;
secuestraran, violaran y convirtieran por la fuerza a niñas musulmanas;
o impusieran innumerables formas de discriminación abierta contra los
musulmanes, entonces estas historias serían publicadas y destacadas por
todas las principales redes.
Hay que añadir que tampoco las atrocidades más espectaculares contra
los cristianos reciben mucha cobertura. Un vídeo del ISIS cortando las
cabezas de 21 cristianos coptos, que se negaron a retractarse de su fe,
recibió seis veces menos cobertura mediática que la
matanza de un gorila.
En resumen, la última década ha dejado bien claro que, mucho antes de
que el mundo se familiarizara con el fenómeno de las "noticias falsas"
y aprendiera lo deshonestos que pueden ser los medios de comunicación
(que aquello de lo que informan y el modo de hacerlo depende del relato
que quieren transmitir), los medios ya manipulaban a su
arbitrio la persecución de los cristianos por parte del islam para
ocultarla.
Del mismo modo, muchos años antes de que un buen número de
estadounidenses se diera cuenta de que la llamada "izquierda" (que se
presenta como el partido que se preocupa por la "justicia social" y los
"derechos humanos") era una completa hipócrita y un fraude, la
izquierda
estaba ya suprimiendo informaciones y en algunos casos
difundiendo noticias falsas para
encubrir la persecución musulmana contra los cristianos, como cuando la
BBC
dijo que la mayoría de los 21 cristianos coptos que fueron decapitados
por su fe habían sido liberados.
La gente se da cuenta ahora de que el quehacer de la izquierda
estriba en socavar y subvertir
la civilización cristiana, incluso diciendo cualquier cosa y
mintiendo a través de su poderoso brazo mediático, pero la izquierda
venía haciendo eso desde hace mucho tiempo con respecto a la
persecución
musulmana contra los cristianos. Después de todo, antes y ahora, se
trata de que los
musulmanes aparezcan siempre con la mejor imagen posible y los
cristianos con la peor.
Estas son algunas de las lecciones que sacamos de los últimos diez años
de informes
sobre los abusos musulmanes contra los cristianos. Tal como están las
cosas actualmente, cuando la persecución contra los cristianos no deja de aumentar por todo el
mundo, y se extiende incluso en Occidente, es de temer que, sin cambios
muy serios, la próxima década sea todavía peor.
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