Egipto
institucionaliza la discriminación contra sus ciudadanos cristianos
coptos
RAYMOND IBRAHIM
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El rector de la Universidad de El Cairo, Muhammad
Uthman Al-Khosht, designó recientemente 31 nuevos directores,
subdirectores, gerentes e investigadores, para una serie de
departamentos, que incluyen los de agricultura, medicina, ingeniería,
enfermería, odontología, investigación estadística y estudios africanos.
Aunque los coptos –el pueblo, cristiano, más autóctono de Egipto–
representan entre el 10 y el 20% de la población, sorprende que entre
esos nuevos empleados de la Universidad de El Cairo no haya ningún
cristiano. Todos son musulmanes.
La importancia de esta noticia no es tanto que exista discriminación
contra los cristianos en Egipto, lo que ya debería ser más que obvio,
sino que parece impregnar todas las facetas de la sociedad egipcia.
Según ha informado Coptic Solidarity, con sede en Washington,
una organización internacional de derechos humanos centrada en la
difícil situación de los coptos de Egipto, en junio de 2022:
"Egipto tiene actualmente unos 135 embajadores en el
extranjero y unos 20 cónsules generales (con rango administrativo de
embajador).
En las últimas semanas, en Coptic Solidarity
pudimos
investigar los nombres de 128 de estos embajadores y 16 cónsules
generales. Las conclusiones son consistentes con indagaciones
anteriores realizadas durante los últimos veinte años y que se guardan
en una base de datos de embajadores y cónsules generales egipcios,
creada por Coptic Solidarity. Aunque los coptos, habitantes
cristianos autóctonos de Egipto, representan como mínimo el 10 por
ciento de la población de Egipto y, por lo tanto, deberían constituir,
como mínimo, el 10 por ciento del cuerpo diplomático de Egipto:
– No
se designan coptos para
ninguna de las principales capitales occidentales (Washington, Londres,
París, Bonn, Roma, Ottawa, etc.).
– No
se designan coptos para
ninguna de las principales capitales no occidentales (Tokio, Pekín,
Moscú, Delhi, etc.).
– No
se designan coptos para
ninguna organización internacional.
– No
se designan coptos para
ningún país árabe o musulmán.
– No
se designan coptos como
cónsul general, en ninguna parte..."
De manera similar, en un intento por demostrar el avance de Egipto en
relación con las mujeres, el 3 de marzo de 2022, 98 mujeres jueces
prestaron juramento
legal en la preparación para asumir funciones judiciales en el Consejo
de
Estado de Egipto. Esto se consideró un desarrollo importante y sin
precedentes. Desde su creación hace 75 años, ni una sola mujer se
había sentado en un sillón del tribunal del Consejo de Estado, y ahora
están 98. Sin embargo, ninguna de ellas es cristiana; de nuevo, a
pesar de que los coptos constituyen entre el 10 y el 20% de la
población del país, lo que sugiere que al menos 10 de las 98 deberían
haber sido coptas, para una representación adecuada.
O consideremos el reciente decreto
presidencial para nuevos fiscales
adjuntos. De los 516 contratados, solo cinco son coptos, lo que
supone menos del 1%, algo insignificante. El decreto fue firmado nada
menos
que por el presidente Al-Sisi, cuya agencia de lobby en
Washington se jacta de sus esfuerzos para garantizar la
"meritocracia en la administración pública".
Tan
manifiesta discriminación persiste incluso en entornos menos
"formales". Tomemos, por ejemplo, el fútbol (fútbol americano), un
pasatiempo nacional muy popular en Egipto. Como señalaba Ayuda a la
Iglesia Necesitada en un informe de febrero de 2022:
"Los cristianos representan alrededor del 15% de la
población de Egipto y son tan fanáticos por el fútbol como sus vecinos
musulmanes, pero no hay un solo copto en el equipo nacional... No hay
estadísticas oficiales sobre el número de coptos en Egipto, pero se
estima que oscilan entre el 10 y el 20%. … Es doloroso el hecho de que
ningún copto, de
ninguna denominación, esté representado en el fútbol de alto nivel, y
por tanto en la selección nacional."
O como observa la presidente de Coptic Solidarity,
señora Caroline Doss
Esq:
"Los deportes deben ser practicados por todos. Es
inconcebible que ni un solo atleta copto tenga la habilidad suficiente
para representar a Egipto en los deportes, particularmente considerando
que Egipto es el decimocuarto país más poblado del mundo con al menos
15 millones de coptos. Vuestra acción es necesaria para poner fin a esta
discriminación por motivos religiosos."
Semejante discriminación generalizada contra los coptos tampoco se
limita a
las políticas egipcias. Los elementos occidentales, incluso los
encargados de combatir la discriminación, tienden a ignorarlo; por lo
menos, ciertamente no lo tratan de la misma manera que lo harían si
fuera el caso contrario, si una nación cristiana estuviera
discriminando abiertamente a las minorías musulmanas.
Con respecto a este último ejemplo, Coptic Solidarity ha
enviado varias
cartas e informes (varios enlazados aquí)
a distintos comités deportivos responsables, entre ellos la FIFA (la
Federación Internacional de Fútbol Asociación) con sede en Zúrich,
un organismo internacional fundado en 1904, encargado de supervisar la
competición
internacional. Según se informa, la FIFA toma muy en serio las
acusaciones de discriminación. Pero como señala Coptic Solidarity:
"Coptic Solidarity informó por primera vez sobre la
discriminación generalizada contra los atletas coptos en Egipto ante el
Comité Olímpico Internacional y la FIFA en agosto de 2016. Ninguna
entidad respondió hasta que los medios de comunicación europeos
publicaron historias sobre el tema en 2018, durante el período previo a
la Copa del Mundo. Un empleado de la FIFA finalmente se puso en
contacto con Coptic Solidarity para solicitar más información,
veinte meses
después de que se enviara la queja original."
Coptic Solidarity cumplió, pero, hasta la
fecha, la FIFA ha hecho poco
o nada para arreglar tal discriminación.
De manera similar, en los últimos juegos de verano en Tokio, la
delegación de Egipto incluía 141 atletas: solo uno de ellos, el 0,7% del total, era
copto. El Comité Olímpico Internacional hizo
oídos sordos a las quejas de Coptic Solidarity.
Al parecer, para colmo de males, el
presidente del Comité Olímpico Internacional ha visitado
recientemente Egipto, donde aplaudió la candidatura del país para
albergar los Juegos Olímpicos de verano en 2036. No hay ninguna mención
de que haya planteado el asunto de la discriminación de los coptos
ante las autoridades.
En resumen, mientras que la persecución real, violenta y asesina contra
los cristianos de Egipto no es infrecuente, la discriminación
institucionalizada y abierta contra ellos impregna todos los ámbitos
de la sociedad egipcia.
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