RAYMOND IBRAHIM · 30-03-2022
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El siguiente artículo, escrito por David Isaac,
se publicó originalmente en JNS (1 de marzo de 2022).
Occidente olvida un componente crítico de la
historia cuando se trata de la persecución de los cristianos de Oriente
Medio, dijo Farhad Rezaei, profesor invitado en la Universidad de York
con sede en Toronto, durante una presentación de Zoom el 1 de febrero
2022. Y ese elemento olvidado es Irán.
En la presentación, patrocinada por The Philos Project, un grupo
cristiano que aboga por el pluralismo en el Cercano Oriente, Rezaei
explicó que Irán juega un papel central en la destrucción de las
comunidades cristianas, específicamente en Irak, Siria, Líbano y Yemen.
El principal relato de los medios occidentales es que "solo los
yihadistas", como Al-Qaeda y el Estado Islámico, están detrás de la
persecución de los cristianos en la región, dijo Rezaei, quien también
es miembro de alto rango en el Proyecto Philos.
"La realidad es mucho más compleja que la simple imagen de que los
yihadistas llegaron y mataron cristianos", dijo.
Según Rezaei, lo que distingue a Irán en lo que respecta a la
persecución de los cristianos es que está siguiendo una "estrategia de
eliminación": una campaña organizada, implacable, similar a la de los
nazis, para reducir la presencia cristiana en Oriente Medio. El
"eliminacionismo" significa reducir las comunidades cristianas
haciéndoles la vida insoportable, incluso mediante la confiscación de
propiedad privada, la detención arbitraria, la tortura, la incitación
pública, el secuestro y el asesinato, explicó Rezaei, quien pasó siete
meses investigando este tema y publicará un informe. con sus hallazgos
en las próximas semanas.
Rezaei proporcionó una descripción general de la dramática disminución
de la población cristiana en los países antes mencionados.
En Irak, antes de 2003, la población cristiana era de 1,5 millones.
Actualmente está entre 141.000 y 171.000, o el 0,3% de la población.
Señaló que la mayoría de los cristianos fueron expulsados por las
milicias chiíes. Describió a los cristianos en Irak como "los
perdedores indiscutibles del conflicto sectario".
En Siria, antes de 2011, la población cristiana era de 2,3 millones.
Ahora es de 677.000. Antes de que el presidente sirio, Bashar al-Asad,
se viera obligado a depender de la ayuda iraní durante la Guerra Civil
Siria, dejaba en paz a sus minorías cristianas. Rezaei dijo que fueron
los iraníes, actuando como asesores militares del ejército sirio,
quienes introdujeron la estrategia eliminacionista en Siria. "En
algunos casos, los iraníes y los libaneses de Hezbolá vestían el
uniforme del ejército del régimen de Asad [para ocultar su identidad],
pero la gente local se dio cuenta de que eran de Hezbolá e iraníes por
su acento", declaró a JNS.
Rezaei señaló que en Yemen, donde los hutíes chiíes apoyados por Irán
se han apoderado de grandes franjas del país, la población cristiana se
ha reducido de 40.000 a 3.000. En Líbano, donde domina el Hezbolá
apoyado por Irán, la población cristiana se ha reducido del 54% al 34%
de la población total.
Rezaei cita dos motivos principales por los que los iraníes están
llevando cabo su plan eliminacionista. Uno es estratégico. Irán
quiere construir un pasillo terrestre hacia el Mediterráneo, y las
comunidades cristianas están asentadas justamente a lo largo de esa
ruta.
El segundo es ideológico: el jomeinismo o "nuevo chiísmo" ve a los
cristianos y los judíos como "contaminación", dijo Rezaei. Si bien dijo
que es cierto que el chiísmo contiene elementos anticristianos y
antijudíos, antes se comportaba de modo que solía dejar a las minorías
en paz mientras pagaran la yizia, un impuesto anual per cápita
sobre los no musulmanes. Esto cambió con el ascenso el poder de
Jomeini. Jomeini y otro importante clérigo, el ayatolá Mohammad-Taqi
Mesbah-Yazdi, estaban fuertemente influenciados por el egipcio Sayid
Qutb, el principal ideólogo de los Hermanos Musulmanes y "padre del
yihadismo salafista, o terrorismo global", dijo Rezaei.
Mesbah-Yazdi organizó el seminario Haghani. "La mayoría de los miembros
de
alto rango del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica son
discípulos del ayatolá Mesbah-Yazdi. Todos son graduados en la escuela
Haghani", dijo.
Mesbah-Yazdi rechazó el concepto de los derechos humanos universales,
considerándolo un producto de la tradición judía y cristiana.
"Desarrolló su propia versión de los derechos y deberes humanos
islámicos. Y según esta versión de los derechos humanos, los musulmanes
básicamente tienen derecho a matar a sus enemigos religiosos", dijo
Rezaei.
Dijo que los iraníes aprendieron de los nazis. "Niegan el Holocausto,
pero han aprendido mucho del Holocausto. Aunque han comprendido que no
pueden destruir a los cristianos y los judíos con los mismos métodos
que los nazis utilizaron en Alemania, como el uso de cámaras de gas y
el genocidio, por lo que han ideado un esquema diferente. Y esta es la
estrategia del eliminacionismo".
Raymond Ibrahim, un distinguido miembro del Instituto Gatestone y autor
de Sword and Scimitar: Fourteen Centuries of War between Islam and
the West,
estuvo de acuerdo en que "no debemos centrarnos demasiado en el Estado
Islámico y los grupos radicales, porque son solo la punta del iceberg",
y que Irán es uno de los peores protagonistas. No obstante, señaló que,
si miramos el panorama global, la mayor parte de la persecución
musulmana ocurre en los países suníes, aunque solo sea porque son la
mayoría.
Citando el informe recientemente publicado Lista de Vigilancia
Mundial 2022,
de la ONG procristiana Open Doors, que clasifica a los 50 peores países
en lo que respecta a la persecución contra los cristianos, Ibrahim
señaló que Irán ocupa el noveno lugar. La mayoría de los que ocupan
puestos más altos son países suníes o países con grandes poblaciones
suníes.
Rezaei declaró a JNS que el propósito de su informe no es negar
la persecución cometida en países suníes. "Lo que trato de decir es que
los iraníes persiguen a las minorías cristianas de manera organizada,
igual que los nazis alemanes persiguieron a los judíos", dijo, y señaló
que en países suníes como Pakistán, por ejemplo, la persecución puede
ser intensa, pero no es un plan de arriba abajo, organizado a nivel
nacional.
Tanto Ibrahim como Rezaei coinciden en que las principales
organizaciones pro derechos humanos no abordan el problema. Ibrahim
sugirió que una posible razón de esta falta es que están ansiosos por
demostrar que no son "tribalistas", por lo que se retraen de ayudar a
sus colegas cristianos.
"Además, creo que gran parte es su animosidad interna hacia la propia
herencia, sobre la cual se ha amontonado toda clase de pecados, tanto
reales como imaginarios. Existe animosidad hacia el cristianismo entre
los descendientes de cristianos", dijo Ibrahim.
Rezaei dijo que todavía hay esperanza para las comunidades cristianas
acosadas por Irán y sus filiales, pero es esencial un esfuerzo conjunto
de las naciones occidentales. Él espera que se pueda avanzar un poco en
el clima actual, en el que la administración Biden busca apaciguar a
Irán, pero "dicho eso, no significa que debamos permanecer callados".
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