Igual que los musulmanes, los terroristas ‘trans’ agreden por "agravios"

RAYMOND IBRAHIM






Una vez más, y a pesar de sus extremas diferencias, las "personas LGBT-etc." y los musulmanes se encuentran en el mismo barco –esta vez por la manera en que la clase dirigente responde a sus transgresiones–.


Solo han pasado un par de días desde el horrible asesinato de tres niños y tres adultos en una escuela cristiana privada de Nashville, Tennessee, a manos de una "persona trans", y la clase dirigente ya está haciendo lo que siempre hace cuando un musulmán comete un acto de terrorismo: mostrar cómo ellos, los asesinos, son las verdaderas víctimas.


Cualquiera que haya prestado atención desde el 11-S sabe que este ha sido durante mucho tiempo el patrón cada vez que los musulmanes cometen actos de terrorismo (aquellos que son lo suficientemente importantes, o que de alguna manera atraen la atención occidental; porque la abrumadora mayoría del terrorismo islámico en todo el mundo, como el genocidio de cristianos en Nigeria, simplemente se ignora).


Tras exponer los hechos básicos del acto terrorista, los medios de comunicación y otros tertulianos invocan los "agravios musulmanes": por la quema de ejemplares del Corán, por la existencia de Israel, por las cruzadas y el colonialismo, por el racismo, la xenofobia y la "islamofobia", etc., etc. Esto sigue y sigue con el objetivo de que el espectador desprevenido concluya: "Bueno, supongo que no puedo culpar a los musulmanes por agredir así...".


Y ahora la clase dirigente está respondiendo exactamente de la misma manera en relación con la masacre de Nashville. Una vez que se confirmó que la identidad del asesino era "trans", todas las cabezas parlantes habituales salieron a informar de los hechos escuetos, sí, pero aún más a destacar los "agravios" trans, que aparentemente provocaron ese acto de "frustración".




Paul Joseph Watson elaboró un breve vídeo con numerosos extractos que ponen de relieve este tratamiento paralelo. Incluye una declaración de los medios de comunicación argumentando que la vida del asesino trans se vio dificultada por la legislación antitrans, y concluye con "el odio tiene consecuencias". Del mismo modo, tras informar sobre los asesinatos de Nashville y la identidad trans del asesino, Terry Moran, de ABC News, subrayó en el mismo párrafo que "a principios de este mes Tennessee aprobó un proyecto de ley que prohíbe la atención a menores transgénero", lo que de nuevo implica una relación de "causa y efecto". Según esta "lógica", como Tennessee ha prohibido lo que en realidad es la mutilación sexual de niños, era natural que una persona trans buscara venganza.


Luego vino la habitual pandilla de periodistas y activistas diciendo que el verdadero temor tras el tiroteo de Nashville es que vaya a desencadenar la violencia (la infame "reacción violenta" que los musulmanes también suelen agitar cuando uno de los suyos comete un acto de terrorismo) esta vez contra la comunidad trans.


En cuanto a Joe Biden, aparentemente se fue por las ramas divagando sobre... helado de chocolate. Por otro lado, el verano pasado, cuando un cuarto musulmán fue asesinado en Albuquerque, y a pesar de que no había ninguna prueba de la identidad del asesino, dijo: "Mi Administración apoya firmemente a la comunidad musulmana. Estos odiosos ataques [de xenófobos blancos] no tienen cabida en Estados Unidos". Pocos días después, fue capturado el asesino, que resultó ser un musulmán.


Así que así están las cosas. Si te encuentras entre las clases protegidas por los que mandan, obtendrás protección, aun cuando asesines (o cuando mutiles) a niños inocentes.



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