‘Nuestra
herencia se entrega a extraños’
RAYMOND IBRAHIM
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Una iglesia convertida en mezquita en Hamburgo. En lugar de la cruz
aparece "Alá".
Por toda Europa Occidental, los musulmanes están
transformando iglesias en mezquitas. No lo están haciendo por la fuerza
y la conquista, como antaño hicieron sus antepasados, sino legalmente:
los europeos están vendiendo o, en algunos casos, donando iglesias para
que se conviertan en mezquitas.
En un vídeo subido el 16 de agosto de 2023, un
musulmán, mientras grababa una iglesia en el Reino Unido, decía:
"Os disculparéis si pensáis que esto es una iglesia. Pero, como ocurre
en todo el Reino Unido, nos hemos apoderado de ella. Ahora es, en
realidad, una mezquita, un masjid. El cristianismo se está
agotando; el ateísmo es insatisfactorio; el islam está aquí y ha venido
para quedarse. Puede que a los británicos no les guste, pero, como
ocurre con muchas cosas, puede que algo que no te guste sea bueno para
ti [Corán 2,216]. Así que seguid haciendo esas iglesias para nosotros.
Mantenedlas vacías, las compraremos dentro de unos años y las
convertiremos en mezquitas."
El vídeo continúa mostrando otras iglesias y catedrales del Reino Unido
ahora convertidas en mezquitas. Lo mismo está ocurriendo en toda Europa.
Aunque el abandono de estas iglesias refleja la disminución de la
asistencia, esto, en sí mismo, no se limita a la disminución del número
de cristianos, sino al creciente número de cristianos que ven en las
iglesias nada más que un edificio, uno que, tanto si se mantiene como
si se cae, no tiene nada que ver con su "fe interna".
Esta despreocupación contrasta fuertemente con la forma en que los
anteriores europeos veían y entendían los edificios eclesiásticos, y
con su respuesta a cualquier musulmán que se atreviera a sugerir el
convertirlos en mezquitas.
De hecho, fue en concreto para liberar una iglesia, la del Santo
Sepulcro de Jerusalén, construida en el lugar de la resurrección de
Cristo, que había sido profanada repetidamente por los musulmanes, por
lo que los peregrinos europeos lo sacrificaron todo y marcharon miles
de kilómetros para luchar y morir en las Cruzadas.
En 1217, por ejemplo, un predicador de las Cruzadas parafraseaba el
libro de las Lamentaciones 5,2, diciendo: "Nuestra heredad ha sido
entregada a extraños, nuestras casas a extranjeros", para expresar la
indignación cristiana por el hecho de que Tierra Santa y sus numerosos
lugares sagrados e iglesias estuvieran en manos musulmanas. "La Tierra
de Promisión –predicaba– es nuestra herencia y el lugar donde Cristo
fue enterrado y sufrió es nuestro hogar. Y esta herencia ha sido
entregada en manos de gentiles [musulmanes]... Ahora nuestra santa
herencia está secuestrada; los santos lugares están profanados; la
santa cruz está cautiva".
Hoy, por supuesto, casi todos los cristianos occidentales sentirían
"vergüenza ajena" ante tales palabras. Para ellos, las iglesias no son
más que edificios. Lo único que importa es si uno se salva.
Con razón o sin ella, esta forma de pensar refleja la "abstracción" del
cristianismo que se da actualmente: su transformación en un
pensamiento, una idea, un conjunto de creencias que sólo se conservan
en la mente de cada cristiano. Las manifestaciones externas –en este
caso, los edificios de las iglesias– carecen de significado.
Así, si antes los cristianos gastaban tanto en erigir enormes
catedrales por toda Europa –donde antes atronaban las voces de fieles
adultos seguros de sí mismos–, hoy estos edificios son el refugio de
ancianitas que encienden velas por sus seres queridos difuntos; y esto,
cuando estos edificios no están siendo cedidos a musulmanes exultantes
que los transforman en mezquitas. Solo en Francia "desaparece" una iglesia cada dos semanas.
Los autoproclamados cristianos que no ven ningún problema en esto, que
se preocupan poco por las manifestaciones concretas de la fe, deberían
estar atentos para no abstraer el cristianismo hasta el olvido.
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