Los
talibanes, acusados de necrofilia
RAYMOND IBRAHIM
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Según un informe
del 22 de agosto de 2021, una refugiada afgana en India acaba de
"revelar que
los talibanes tienen relaciones sexuales con cadáveres". Mientras
hablaba de cómo prospera el grupo terrorista violando mujeres, afirmó
que "También violan cadáveres. No les importa si la persona está viva o
muerta... ¿Te imaginas esto?".
El informe continúa: "La práctica de tener relaciones sexuales con
cadáveres se llama necrofilia. La informante reveló que los talibanes
recogieron mujeres [¿muertas?] o les dispararon. Muskan reveló que los
talibanes capturaron a una mujer ayer mismo".
¿Qué hacer con esta macabra revelación? Sin duda, muchos lo señalarán
como una "prueba" de que el islam para los talibanes es, como los
apologistas del islam han afirmado durante mucho tiempo, algo
epidérmico, un barniz para legitimar su gobierno, de otro modo
ilegítimo y corrupto. Después de todo, si fueran "estudiantes [del
islam]" (que es la traducción de talibán), sabrían mejor que el
afgano medio que el islam prohíbe una práctica tan repugnante. ¿De
verdad?
Por desgracia, lo cierto es lo contrario. Así como la pedofilia con
niños (los bacha bazi
de Afganistán o "muchachos bailarines") tiene respaldo islámico,
también lo tiene la necrofilia, según consta en las escrituras
musulmanas, los comentarios y las fetuas (decretos islámicos).
Todo comenzó, como de costumbre, con el profeta del islam, Mahoma.
Según un extraño hadiz
(tradición registrada de sus dichos y hechos), que existe en seis de
los textos de referencia clásicos del islam (incluido el importante Kanz
al-Umal y Al-Hujja fi Biyan al-Mahujja),
Mahoma en cierta ocasión se quitó la camisa, la colocó sobre una mujer
muerta, y luego descendió a su tumba para "acostarse con ella".
Mientras arrojaban tierra sobre el cadáver y sobre Mahoma, los
sepultureros exclamaron: "Oh profeta, te vemos haciendo algo que nunca
hiciste con nadie más", a lo que él respondió: "La he vestido con mi
camisa para que pudiera estar vestida con túnica celestial, y me
acuesto con ella en su tumba para que las presiones de la tumba
[también conocidas en el islam como los tormentos de la tumba] sean más leves para
ella".
Esto se puede interpretar, y ciertamente no hay razón para insistir en
que Mahoma en realidad copulara con cadáveres. Sin embargo, existen
algunas objeciones:
Primero, las dos palabras árabes (ataja‘ ma‘ha اضطجع معها)
traducidas más arriba como "acostarse con ella", también se usan en
árabe para significar el "coito". Esto es similar a nuestra expresión
"acostarse con ella", que literalmente no puede significar nada más que
acostarse con una mujer, pero que suele suponer una referencia
indirecta al
sexo. No pocos clérigos musulmanes han hecho también esta observación
lingüística.
En segundo lugar, las cuatro escuelas ortodoxas de jurisprudencia (madhahib
al-fiqh)
del islam suní, es decir, la hanafí, la hanbalí, la malikí y la shafií,
autorizan implícitamente la necrofilia. Ninguna de ellas la aborda
abiertamente; pero asienten con la cabeza cada vez que surge el tema en
otros
contextos. Así, en la sección sobre el adulterio, la
enseñanza malikí afirma que "Si un esposo entra en su esposa muerta –de
cualquier manera–, por delante o por detrás, no hay ningún castigo para
él" (Sharh Mukhtasar al-Khalil fi al-fiqh al- Maliki).
De manera semejante, las sentencias shafiíes sobre la ablución señalan
que no es necesario volver a lavar el cuerpo del muerto –hombre o
mujer, agrega la escuela hanbalí– después de penetrarlo, aunque sí debe
lavarse el pene del penetrador.
Independientemente de todo lo anterior, no nos corresponde a los no
musulmanes decirles a los musulmanes lo que sus textos dicen
y enseñan realmente. Este es el trabajo de sus ulemas: eruditos y
clérigos
dedicados a indagar las verdades profundas del islam. Por consiguiente,
la verdadera pregunta sigue siendo: ¿los ulemas de hoy día permiten la
necrofilia?
La respuesta es que sí, lamentablemente. Por ejemplo, en 2011, un
destacado
clérigo marroquí y miembro fundador de la Unión Internacional de
Académicos Musulmanes, el jeque Abdul Bari Zamzami, emitió una fetua
que permite al marido musulmán copular con su esposa fallecida. En el
prefacio de su decreto dice que, aunque no aprueba necesariamente este
acto, no le corresponde a él prohibir lo que permite el islam. Como
prueba, cita las sentencias antes mencionadas de las escuelas de
jurisprudencia islámicas.
Poco después, en abril de 2012, cuando los Hermanos Musulmanes ocupaban
la presidencia de Egipto, apareció la noticia de que los parlamentarios
islamistas egipcios estaban tratando de aprobar una ley que legalizaba la necrofilia. Aunque el diario Al-Ahram,
el más prestigioso del país, informó sobre el asunto, los medios
occidentales lo descartaron rápidamente como un engaño (lo que ocurre a menudo cuando
el islam aparece en las noticias de modo chocante para la sensibilidad
occidental). Como argumentaba
un periodista: "Este feo rumor y engaño, que se cree que se originó en
una fetua del [antes mencionado] jeque Zamzami, un destacado clérigo
marroquí, debería ponerse en duda por la sencilla razón de que no se
tiene noticia de que ningún jeque islamista egipcio, o cualquier otro
imán, apruebe la necrofilia".
Eso ocurría en 2012. Pero, en 2017, la necrofilia fue nuevamente
mencionada y legitimada,
esta vez por el jeque Sabri Abdul Raeuf, profesor de Al-Azhar de El
Cairo –la universidad más prestigiosa del mundo islámico (que el papa Francisco considera un aliado)–.
Durante un programa televisado en Egipto, se le preguntó al
jeque/profesor si está permitido que un esposo penetre a su esposa
después de la muerte. Él respondió: "No es recomendable en el islam; sin
embargo, la ley islámica lo considera halal",
es decir, permitido, no un crimen o un pecado que merezca castigo aquí
o en el más allá (a diferencia, por ejemplo, de la
apostasía, el adandono del islam, que se considera un crimen atroz).
Un informe posterior de Youm7 Arabic,
decía en un titular: "Los libros de las escuelas shafií, hanbalí y
hanafí revelan que el sexo con una esposa difunta no es adulterio".
Esto, verificaba las afirmaciones del profesor de Al-Azhar.
Cabe señalar que la necrofilia tampoco se limita a los terroristas
locos que acechan perdidos por el mundo. En el Reino Unido, en 2019, a
altas horas de la noche, un musulmán llamado Kasim Khuram irrumpió en
una funeraria, abrió varios ataúdes y, después de hacer su "selección",
procedió a agarrar y "violar"
dos cadáveres de mujeres. Cuando la policía lo arrestó, Khuram explicó
sus acciones diciendo entre risas: "Todo agujero es una meta".
En cualquier caso, después del despilfarro de dos décadas de sangre y
recursos estadounidenses, tenemos aquí otro recordatorio, especialmente
repugnante, de a quiénes ha dejado a cargo de Afganistán la
administración Biden.
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