Tiempo de Navidad: cuando Occidente apacigua y el islam masacra

RAYMOND IBRAHIM






Uno de los aspectos más odiosos de la llamada Guerra contra la Navidad es el apaciguamiento occidental de las sensibilidades musulmanas.


Consideremos los recientes acontecimientos en Suecia, donde el Día de Santa Lucía se ha celebrado durante siglos. Según la Enciclopedia Britannica:


"El Día de Santa Lucía es una festividad de las luces que se celebra en Suecia, Noruega y las áreas de habla sueca en Finlandia, el 13 de diciembre, en honor a Santa Lucía. …La fiesta comienza con una procesión encabezada por la elegida como Santa Lucía, a quien siguen niñas vestidas de blanco y con coronas de flores iluminadas en la cabeza, y niños vestidos con un traje blanco que cantan canciones tradicionales. La fiesta marca el comienzo de la temporada de Navidad en Escandinavia y está destinada a traer esperanza y luz durante la época más oscura del año."


Ya no es así. Al menos un colegio en Suecia ha suprimido la celebración para apaciguar a sus alumnos musulmanes. Según un informe sueco del 10 de diciembre de 2022:


"¿Esperas a Papá Noel, villancicos y hombres de mazapán en el desfile de Santa Lucía? No en el colegio de Santa María en Umeå. Allí han decidido que los cerca de 40 niños de 7 a 10 años que van a participar en la procesión de Santa Lucía lo harán sin los elementos tradicionales de la celebración de Santa Lucía. La razón de esto es que los niños musulmanes abandonaron la celebración el año pasado, porque sus padres se sentían molestos con la conexión entre la celebración y la Navidad... Los niños tampoco cantarán las canciones tradicionales de Santa Lucía. El director del coro dice que muchos niños han sido excluidos a lo largo de los años porque las escuelas suecas se centraban mucho en el festival de Santa Lucía, que era 'tan increíblemente cristiano tradicional'."


Nótese cómo el director del coro hace parecer que los niños musulmanes han sido "excluidos", cuando en realidad fueron ellos, o más bien sus padres, quienes decidieron la exclusión.


Ahora, libre de cualquier elemento distintivamente navideño/cristiano, el colegio de Santa María ha publicado una foto de uno de sus ensayos recientes y muy "diluidos" de Santa Lucía, donde aparece una jovencita musulmana vestida con un hiyab negro completo.


Tal es la "contribución" que aporta el islam a Suecia. Desde que esta nación escandinava abrió sus puertas a la multiculturalidad y la inmigración, en su inmensa mayoría musulmana, los crímenes violentos han aumentado un 300% y las violaciones un 1.472%. (Estas cifras se basan en un informe de 2015. Dado que la migración musulmana ha seguido aumentando durante los últimos casi ocho años, es probable que estas estadísticas hayan empeorado.)


Además de traer un aumento exponencial del desorden, la creciente población musulmana, como lo atestigua este reciente desarrollo, también está borrando de manera lenta pero segura ("cancelando") la cultura nacional de Suecia y la antigua herencia cristiana. En este caso, sin embargo, su éxito se basa completamente en la cooperación voluntaria de Suecia.


Suecia, por supuesto, es un símbolo de lo que pasa en Occidente en general. Las expresiones navideñas, en particular la representación del Nacimiento, están siendo suprimidas en todo Occidente para apaciguar a los musulmanes. Algunos ejemplos provienen de Reino Unido (aquí y aquí), Italia (aquí y aquí), Alemania (aquí y aquí) y Bélgica (aquí y aquí).


En la ciudad de Nueva York, desde 2002, a las escuelas públicas se les permitió exhibir símbolos religiosos de todas las religiones, incluyendo la estrella y la media luna del islam, pero con excepción del cristianismo, con una particular insistencia en la prohibición de la escena del Nacimiento.


También vale la pena señalar que no pocos de los occidentales involucrados en esa autosupresión se identifican a sí mismos como "cristianos", incluido el mismo Papa.


Lo que hace que todo este apaciguamiento sea especialmente repugnante es que, de todos los no cristianos, son precisamente los musulmanes quienes, lejos de corresponder a tal "sensibilidad", hacen exactamente lo contrario. De tal manera que la temporada de Navidad a menudo lo único que anuncia es un aumento en la persecución de las minorías cristianas por todo el mundo musulmán.


Durante la Navidad de 2015, por ejemplo, me propuse seguir de cerca y recopilar casos de persecución para un artículo. He aquí unos cuantos ejemplos:


Estados Unidos. Terroristas musulmanes atacaron una fiesta de Navidad en San Bernardino y mataron a 14 personas, incluida una mujer cristiana de Irán que pensó que había conseguido escapar de la persecución al irse a Estados Unidos.


Nigeria. Terroristas musulmanes de Boko Haram masacraron a 16 cristianos, incluidos niños, el día de Navidad. Otros años, el grupo yihadista bombardeó o quemó varias iglesias abarrotadas el día de Navidad. Un caso de los más mortíferos ocurrió en 2011, cuando los yihadistas atacaron con bombas una iglesia católica durante la misa de Navidad, matando a 39 personas e hiriendo a cientos.


Filipinas. Terroristas musulmanes masacraron a diez cristianos en Nochebuena, para "hacer una declaración".


Irak. En Nochebuena, terroristas islámicos bombardearon diez casas y un convento en un pueblo cristiano.


Belén. En el lugar de nacimiento y escenario de la Natividad, los musulmanes apedrearon a un líder cristiano y, en otro lugar, incendiaron un árbol de Navidad público.


Bélgica. Musulmanes al grito de "Alahú akbar" incendiaron un gran árbol de Navidad público en Bruselas.


Bangladesh. La misa de medianoche de Navidad tuvo que ser cancelada debido a graves amenazas del terrorismo.


Indonesia. La misa de Navidad no se canceló, pero fue necesario un fuerte dispositivo de seguridad (150.000 agentes) alrededor de las iglesias, debido a las amenazas terroristas.


Algunos podrían argumentar que la mayoría de estos ejemplos son obra de terroristas u otros "extremistas", y que los verdaderos musulmanes dan la bienvenida a la Navidad.


Todo lo contrario. Durante esa misma Navidad, las autoridades de varias naciones musulmanas "boicotearon" las celebraciones navideñas.


En Irán, diez cristianos que celebraban tranquilamente la Natividad en una casa fueron arrestados, esposados y encerrados el día de Navidad. Además, los gobiernos de otras tres naciones musulmanas (Brunei, Tayikistán y Somalia) prohibieron formalmente la celebración de Navidad bajo pena de largas penas de prisión. Las prohibiciones incluían desde celebrar la historia de la Natividad hasta colocar árboles, vestirse de Papá Noel y hacer regalos. Los clérigos islámicos de Brunei explicitaron cuál era la razón general: "Usar símbolos religiosos como cruces, encender velas, colocar árboles de Navidad, cantar canciones religiosas, enviar saludos navideños… están en contra de la fe islámica".


Aunque los ejemplos anteriores provienen del año 2015, cada temporada navideña, antes y después, ve el mismo tipo de persecución por parte de los musulmanes. Por ejemplo, cuando el gran "amigo y aliado" de Estados Unidos, Arabia Saudí, sospecha, como se quejaba un funcionario saudí, que los trabajadores cristianos "conspiran para celebrar la Navidad", son arrestados y castigados.


Cuando la Navidad de 2022 ni siquiera había llegado, la hostilidad islámica ya se estaba gestando. Unos días antes, en Francia, un musulmán aserró un árbol de Navidad que había sido erigido por los funcionarios de Lormont. Por esos mismos días, en Italia, otro musulmán "aterrorizó a todos" en la ciudad de Sora, mientras celebraban la iluminación del árbol de Navidad. Para que no pasemos por alto la motivación "religiosa", es decir, islámica, ambos musulmanes gritaron el antiguo aullido de guerra del islam: "¡Alahú akbar!".


Si así es como reaccionan algunas minorías musulmanas ante los símbolos manifiestos de la Navidad en las naciones occidentales, donde son "huéspedes", ¿cómo podrían reaccionar donde se sienten "en casa", es decir, en el mismo mundo musulmán? Bueno, en Tayikistán, una nación musulmana supuestamente "secularizada", que rara vez se asocia con el "radicalismo", un musulmán gritando "¡infiel!" apuñaló a otro joven hasta la muerte, simplemente porque estaba vestido de Papá Noel. En Jordania, la policía arrestó a un hombre por disfrazarse de Papá Noel.


Tal es el estado lamentable, si no francamente repugnante, de las cosas. En Occidente, donde a los musulmanes se les otorga todo tipo de concesiones —empezando por el regalo de emigrar del Tercer Mundo al Primer Mundo—, la Navidad se reprime cada vez más para no ofenderlos. Mientras tanto, en el mundo musulmán, el tiempo de Navidad siempre trae consigo un repunte de la persecución contra los "infieles" cristianos.


Aunque ambos aspectos son malos, no deberíamos pasar por alto la distinción (discutida más detalladamente aquí): en Occidente, la Navidad está sufriendo ataques no por los musulmanes, sino por elementos occidentales locales que desprecian la festividad cristiana y todo lo que representa. Pero, en lugar de ser honestos y dar la cara, utilizan a los musulmanes como peones y como pretexto.


Eso es lo que pasa, en fin, con todo lo que se les dice a los occidentales que deben suprimir, comenzando por su religión, en nombre de la "inclusividad". Al final, lo que este ejercicio de autosupresión pretende no es complacer a grupos minoritarios, sino sabotear la civilización occidental desde dentro.



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