El Vaticano pide disculpas a los ‘infieles enemigos del nombre cristiano’

RAYMOND IBRAHIM






Según un informe reciente,


"El Vaticano ha abrogado tres bulas papales, alegando que los documentos son ofensivos para los pueblos indígenas y "nunca han sido considerados expresiones de la fe católica".

   Las bulas Dum Diversas (1452), Romanus Pontifex (1455) e Inter Caetera (1493) contienen las bases de la "doctrina del descubrimiento", que "no forma parte de la enseñanza de la Iglesia católica", ha anunciado el Vaticano.

   'La Iglesia reconoce que estas bulas papales no reflejaron adecuadamente la igual dignidad y los derechos de los pueblos indígenas', dicen los dicasterios para la Cultura y la Educación y para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, en una declaración conjunta publicada el jueves [30 de marzo de 2023]."


Aunque lo anterior suena abierto de mente y "progresista", falta, como de costumbre, el importantísimo contexto. Las bulas o edictos citados se centraban principalmente en neutralizar a los poderes musulmanes que, por otra parte, aterrorizaban prácticamente todos los rincones de la cristiandad.


Por ejemplo, la bula Dum Diversas se promulgó el mismo año (1452) en que el sultán Mehmed II sitiaba Constantinopla, lo que provocó la brutal caída en 1453 de la antigua ciudad cristiana. Al mismo tiempo, los musulmanes del norte de África aterrorizaban a España y al resto del Mediterráneo con constantes y devastadoras incursiones en busca de esclavos. Tanto en el extremo oriental de la cristiandad (Constantinopla) como en el occidental (España), los musulmanes masacraban y esclavizaban a innumerables cristianos.


Estas bulas, como tantas otras antes que ellas, fueron diseñadas para inspirar a los europeos a levantarse y defender la cristiandad contra los musulmanes, para "frenar los salvajes excesos de los sarracenos y de otros infieles, enemigos del nombre cristiano", por citar la Romanus Pontifex.


Dado que algunas de estas bulas tratan de cristianos que invaden y tratan de conquistar el norte de África, los "enemigos del nombre cristiano" de hoy día han tratado de interpretarlas como guerras de conquista y colonización no provocadas.  Por ejemplo, la Romanus Pontifex autorizaba al rey Alfonso V de Portugal (1432-1481) a "invadir [el norte de África], conquistar, derrotar y subyugar a todos los sarracenos y paganos y demás enemigos de Cristo", y a "esclavizar perpetuamente a sus personas" y apoderarse de sus posesiones como beneficio.


Una vez más, este lenguaje despiadado no debe leerse en el vacío.  Las atrocidades que los musulmanes estaban cometiendo contra los cristianos cercanos, especialmente contra los súbditos de España y Portugal, eran tales que las atrocidades del Estado Islámico pueden parecer un juego de niños. Era totalmente una guerra a muerte.


Además, mientras que las expediciones al norte de África eran muy similares a las Cruzadas, en el sentido de que los cristianos viajaban y trataban de conquistar tierras musulmanas, a menudo se omite que todas estas "tierras musulmanas" –todo el norte de África y Oriente Medio– eran cristianas siglos antes de que el islam las invadiera y conquistara en el siglo VII.


Los papas y otros cristianos eran muy conscientes de ello y, como tales, estas expediciones se consideraban guerras justas, tanto para sofocar la agresión musulmana como para devolver el norte de África y Oriente Próximo al redil de la cristiandad, incluida la liberación de los cristianos autóctonos, que en el siglo XV sufrían persecuciones especialmente duras. Por ejemplo, las fuentes contemporáneas relativas a los cristianos coptos de Egipto, bajo la dinastía mameluca (1250-1517) están plagadas de relatos de cristianos masacrados, inmolados y crucificados, sus mujeres e hijos violados y esclavizados, y sus iglesias arrasadas.


La mayoría de estas bulas se publicaron además en una época en la que los musulmanes hacían imposible que los cristianos llegaran a Oriente por tierra. De acuerdo con la ley islámica, cualquier mercader o viajero que fuera capturado era inmediatamente asesinado o esclavizado. De hecho, aunque a menudo se olvida, todos los barcos españoles y portugueses que zarparon y finalmente encontraron el Nuevo Mundo a finales del siglo XV, incluido el de Cristóbal Colón, lo hicieron en el contexto de su larga guerra contra el islam, no en busca de las "especias", como se enseña hoy en las aulas.


Al tergiversar y condenar estas bulas como llamamientos "xenófobos" para justificar el maltrato de los nativos americanos –sin molestarse en citar primero la ferocidad desenfrenada de los tiempos que dieron lugar a ellas–, el Vaticano consigue en última instancia lo que parece ser su objetivo: apaciguar el "wokeísmo" [conjunto de movimientos intolerantes de la izquierda reaccionaria] doblegándose (abiertamente) ante los "pueblos indígenas" y doblegándose (clandestinamente) ante los musulmanes, todo ello mientras condena los "pecados" de los cristianos, omitiendo todo el contexto.


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