Violar y dejar embarazadas a las infieles: "Otra forma de yihad"

RAYMOND IBRAHIM






Debido a que más número equivale a más poder e influencia, los musulmanes de todos los ámbitos de la vida, incluido Muammar Gaddafi, han dejado claro que el acto de procrear es una forma de yihad. Por eso, en el Reino Unido, "los fanáticos del odio musulmán planean apoderarse de Gran Bretaña teniendo más bebés y acelerando una explosión demográfica", revela un informe de 2008: "Aumentar la población musulmana sería suficiente para conquistar Gran Bretaña desde adentro".


Una voluntaria y traductora cristiana eritrea, que trabajó en centros de migrantes en Alemania y a menudo era tomada como musulmana por parte de los inmigrantes, confesó que "los inmigrantes musulmanes solían confiar en ella y le declaraban su aversión hacia los cristianos", y que "muchos de los inmigrantes musulmanes con los que ella había hablado manifestaban odio hacia los cristianos y estaban decididos a destruir su religión". En cuanto a cómo planean conseguirlo, "Algunas mujeres me dijeron: 'Multiplicaremos nuestro número. Debemos tener más hijos que los cristianos, porque aquí es la única manera de poder destruirlos".


Sin embargo, hay una forma aún más siniestra y en gran medida desconocida de llevar adelante esta yihad de "procreación", una forma de matar dos pájaros de un tiro: apoderarse de mujeres no musulmanas y dejarlas embarazadas con bebés musulmanes. Haciendo esto se merman las filas de las mujeres infieles y los niños no musulmanes que podrían haber nacido, al mismo tiempo que aumentan ambos para el islam.


Como podría sugerir el mencionado relato de la yihad de procreación en Alemania, donde las mujeres inmigrantes musulmanas "manifiestan odio hacia los cristianos y están decididas a destruir su religión", los cristianos están siendo un blanco especial de esa táctica.


En Nigeria, por ejemplo, que es aproximadamente mitad musulmana y mitad cristiana, miles de muchachas cristianas están siendo raptadas, forzadas convertirse al islam, casadas y transformadas en incubadoras de futuros yihadistas. Dicho de otra manera, las casi trescientas muchachas cristianas chibok de las que hablaron los titulares de prensa en 2015, a algunas de las cuales les lavaron el cerebro para "cortar el cuello a los cristianos", son solo la punta del iceberg. Como ha explicado recientemente la Fundación Cristiana Hausa de Nigeria, un grupo de derechos humanos:


"Los casos de secuestro de muchachas cristianas y su conversión forzada al islam, así como el obligarlas a casarse, se ha convertido en un problema crucial en el norte de Nigeria... En el momento en que estas niñas son raptadas, las someten a toda clase de maldades con el único fin de tomar el control de sus mentes. Una vez que se han apoderado de sus mentes, estas chicas harán todo lo que se les pida. Mientras los padres luchan por la liberación de sus hijas, los raptores continúan abusando sexualmente de esas niñas, manipulándolas con su comida, bebida, ropa, donde duermen, evocando constantemente el espíritu maligno sobre ellas, con el fin de que estas niñas pierdan por completo su mente y nunca piensen ya en volver a sus hogares. Por lo general, en el momento en que secuestran a una niña cristiana, se dan prisa para casarla en una o dos semanas. Abusan de ella sexualmente incluso antes del matrimonio, para hacer que los padres la abandonen cuando quede embarazada."


En la misma declaración, la Fundación Cristiana Hausa hace esta elocuente observación:


"El incesante secuestro de las muchachas cristianas y la conversión forzosa al islam es otra forma de yihad en el siglo XXI. Tienen dos objetivos principales para hacer eso: infligir dolor a los padres de la niña y a la comunidad cristiana; y dejar embarazada a la niña para añadir a sus proclamas que el islam es la religión que crece más rápidamente en el mundo. Lo están haciendo a propósito."


La declaración continúa sarcásticamente  cómo "ponderando" cómo los inmundos "infieles [cristianos secuestrados] pueden utilizarse para promover una religión tan santa y pura como el islam...". Pero sabemos de qué va esa religión. Cualquier cosa es bienvenida, por malvada e inhumana que sea, siempre que ayude a Alá, especialmente los asesinatos, los ataques, los secuestros, las violaciones y la esclavización de los cristianos".


El mismo fenómeno se está imponiendo allí donde las minorías cristianas viven junto a los musulmanes. En Egipto, innumerables muchachas cristianas han sido secuestradas por la misma razón: para llevarlas al redil del islam, disminuir el número de los infieles y aumentar el de los musulmanes. Los métodos a menudo adoptan formas elaboradas y complejas. Muy recientemente, una mujer desconocida que se hizo pasar por monja copta, junto con un hombre desconocido que se hizo pasar por un monje asistente, fueron denunciados por el propio Papa copto como fraudes que usaban un hábito religioso para acercarse y ganarse la confianza de las jóvenes cristianas.


En 2017, un antiguo secuestrador, que "admite que perteneció a una red que atacaba activamente a niñas coptas durante años, antes de abandonar el islam", explicaba el procedimiento sistemático y sofisticado seguido en Egipto:


"Un grupo de secuestradores se reúne en una mezquita para dilucidar las posibles víctimas. Vigilan de cerca las casas de los cristianos y observan todo lo que sucede. Sobre esta base, tejen una telaraña alrededor [de las chicas]... Recuerdo a una niña cristiana copta de una familia rica y conocida en Menia. Fue secuestrada por cinco hombres musulmanes. La retuvieron en una casa, la desnudaron y la filmaron desnuda. En el vídeo, uno de ellos también se desnudó. Amenazaron con hacer público el vídeo, si la chica no se casaba con él... Los secuestradores reciben grandes cantidades de dinero. La policía suele ayudarlos de diferentes maneras, y cuando lo hacen, también pueden recibir una parte de la recompensa financiera que las organizaciones de islamización pagan a los secuestradores. En algunos casos, la policía proporciona a los raptores drogas de las que han requisado. Luego, administran drogas a las niñas para debilitar su resistencia y así las presionan. Incluso sé de casos en que la policía ofreció ayuda para golpear a las niñas y hacer que recitaran el credo islámico. El valor de la recompensa aumenta cuando la niña es de buena posición. Por ejemplo, cuando es hija de un sacerdote o proviene de una familia conocida... El grupo salafista que conocí alquiló apartamentos en diferentes zonas de Egipto para esconder a los coptos secuestrados. Allí, los sometían a presión y los amenazaban para que se convirtieran al islam. Y una vez que alcanzan la edad legal, un representante islámico especialmente autorizado llega para hacer oficial la conversión, emitir un certificado y, subsiguientemente, cambiar su identidad... Si todo sale según el plan, las niñas también se ven obligadas a casarse con un musulmán estricto. Sus maridos no los aman, solo se casan con ella para hacerla musulmana. A ella le esperan golpes y humillaciones. Y si trata de escapar, o de volver a su religión original, será asesinada."


Aunque tales redes han existido desde los años 1970, han alcanzado sus "niveles más altos ahora, en la era del presidente Sisi", agrega el secuestrador arrepentido.


En Pakistán, otra nación de mayoría musulmana donde el secuestro, la violación y la conversión forzada de niñas cristianas es algo endémico, la Comisión Asiática de Derechos Humanos decía en un informe de 2011:


"La situación es peor con la policía, que siempre se pone del lado de los grupos islámicos y trata a los grupos minoritarios como formas de vida inferior. El lado oscuro de la conversión forzada al islam... también involucra a los elementos criminales que están implicados en las violaciones y los secuestros, y luego justifican sus atroces crímenes obligando a las víctimas a convertirse al islam. Los fundamentalistas musulmanes están felices de ofrecer refugio a estos criminales y utilizan la excusa de estar prestando un gran servicio a la causa sagrada de aumentar la población de los musulmanes."


Incluso en Indonesia, conocida otrora como la nación "musulmana moderada" por excelencia, un informe del año pasado muestra cómo "está en aumento una nueva forma de persecución: las muchachas cristianas están siendo atacadas por hombres musulmanes... Dirigentes poderosos están literalmente entrenando a hombres jóvenes para atacar a niñas cristianas y dejarlas embarazadas". El informe continúa:


"Los intimidan acusándolos de difundir el cristianismo, y como la familia de la niña cristiana está muy avergonzada [del embarazo]... se ven forzados a casar a esa hija en una familia musulmana... y los musulmanes que están siendo entrenados para hacer esto, lo entienden así. Por eso lo están haciendo... Una vez que casan a las niñas en familias musulmanas, a menudo las separan de sus propias familias, o estas las abandonan, y entonces se enfrentan a circunstancias aún más difíciles. En algunos casos, las niñas son la segunda o tercera esposa de su perseguidor y tienen pocas libertades."


Al final, a todas estas chicas cristianas, ignoradas y abandonadas, las transforman en fábricas productoras de niños musulmanes, y forman parte de una procreación o yihad demográfica igualmente ignorada, cuyo objetivo, según se prevé, es que una de cada tres personas en el mundo sea musulmana para 2070.



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