Definición
genial de islamofobia: miedo de abordar el islam
SAMI ALDEEB
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Hace poco tuve una conversación con un argelino
que no tiene estudios universitarios, pero que está dotado de
un gran espíritu.
La discusión duró más de una hora. Lamento mucho no haberla grabado. Es
un amigo de Facebook, y esta es la primera vez que discute conmigo.
Dejo de
lado los comentarios amables y halagadores hacia mí, sobre todo
después de mis vídeos sobre Argelia, uno de los cuales se ha visto más
de
600.000 veces.
Mi interlocutor argelino me pregunta qué se entiende por islamofobia en
Occidente. Le explico mi propia concepción, desarrollada ya en mi
artículo
"Sami Aldeeb es islamófobo y está orgulloso de serlo" https://wp.me/p1gLKx-3zX
Después de escucharme sabiamente, mi interlocutor argelino me dice que
los argelinos son islamófobos. Y explica lo que significa la
islamofobia para él:
Para él, la islamofobia significa el miedo a abordar las cuestiones
relacionados con
el islam. Los argelinos, me dice, no se atreven a plantearse preguntas
con respecto a su religión. Y cada vez que alguien habla del islam
se encabritan. El diccionario Larousse
define la palabra encabritar de la siguiente
manera:
- Levantarse sobre las patas traseras, hablando del
caballo.
- Levantarse bruscamente, echar su cuerpo hacia
atrás.
- Rebelarse, obstinarse en una actitud
hostil: se arriesga a encabritarse ante tus preguntas.
Entonces, le confesé que su definición de la palabra islamofobia es
genial, y no conozco a nadie que la haya enunciado de manera tan
lúcida. Luego
le pedí permiso para tomarle prestada esta definición, sin citar su
nombre
para no exponerlo a peligros.
Esta definición genial del término islamofobia es perfecta. Y como
tal, se puede decir que no solo los argelinos son islamófobos, sino que
también todos los dirigentes,
políticos, profesores, intelectuales y periodistas
occidentales son islamófobos, en el sentido de que tienen miedo
de abordar al
islam.
Queda por saber por qué los argelinos y los demás tienen miedo de
abordar el islam.
Según mi interlocutor argelino, los argelinos son islamófobos, en su
sentido, porque "tienen miedo de su idiotez". Desnudarse y ver hasta
qué punto uno es un idiota asustado. Más vale entonces seguir siendo
ignorantes.
Y ahora, le toca a usted decirme por qué los occidentales son
islamófobos... en el sentido ya mencionado: ¿también tienen
miedo de descubrir su idiotez? ¿Prefieren seguir siendo ignorantes?
Cuando la verdad molesta, a menudo preferimos la ilusión que reconforta.
Añadamos a esto que algunos están tan absolutamente pagados de sí que
se
niegan a reconocer que son ignorantes.
Alain Juppé, exalcalde de Burdeos y
excandidato a
la presidencia
francesa, afirmó que la religión musulmana era perfectamente compatible
con la República:
"Estamos confrontados a un gran problema: ¿el islam es compatible
con la República, sí o no? ¡Si respondemos que no, esto quiere decir
que cinco millones de
franceses deben irse a otra parte!"
El alcalde de Burdeos prefiere promocionar un islam republicano y, sin
embargo, precisa que él no ha leído el Corán.
Michel Onfray, considera "grave" que "aquel que algunos franceses
querrían
como presidente de la República no haya leído el Corán":
"Permitirse tener una opinión sobre el islam y declarar que es
compatible con la República sin haber leído el
Corán es algo grave."
Entonces Alain Juppé, levemente perturbado, le prometió "leerlo
íntegramente". Con todo, confiesa haberlo intentado y no haberlo
conseguido: "En
realidad, es ilegible".
A continuación, Juppé reconoce que dijo una tontería: "Una
noche
dije
una tontería en el Grand Journal
porque dije que no
había leído el Corán -es verdad, no es una tontería-, pero luego
agregué que era
ilegible. Espero una fetua en los próximos días".
Y la presidente de la Comisión Federal contra el Racismo, Martine
Brunschwig Graf, afirma: "He leído el Corán con comentarios. No he
visto el rechazo
de otras religiones". Probablemente ella lo ha leído en chino, o no ha
visitado al ocultista hace mucho tiempo. Nunca se ha dignado
responder a las cartas que le he enviado.
Claramente, Alain Juppé y Martine Brunschwig Graf son islamófobos.
Tienen miedo de abordar el islam y descubrir hasta qué punto son
ignorantes.
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