Una primera
mezquita progresista abre en Berlín
SEYRAN ATES
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Seyran Ates, la activista germano-turca por la
defensa de
los derechos de las mujeres, ha inaugurado el viernes la mezquita
Ibn-Rushd-Goethe,
por el nombre del filósofo árabe Ibn Rushd y del poeta alemán Goethe.
Es "el último proyecto político" de su vida.
Seyran Ates, abogada germano-turca y célebre activista por los derechos
de las
mujeres musulmanas, ha inaugurado el viernes en el centro de Berlín la
mezquita
Ibn-Rushd-Goethe, la primera mezquita "progresista" de Alemania. La
sala de rezo lleva el nombre del médico y filósofo árabe cordobés Ibn
Rushd
(Averroes, 1126-1198) y del pensador alemán Wolfgang von Goethe, fino
conocedor
del islam y autor del Diván
occidental-oriental, su última recopilación poética mayor,
compuesta por no
menos de 12 libros.
Unos días antes de la inauguración, Seyran Ates,
de 54 años,
se ocupa en familia de los últimos preparativos. Su hermano pinta las
paredes.
Su hermana dispone las 30 alfombras para el rezo que ella acaba de
traer de
Estambul. Un hombre instala las mamparas que protegerán a los fieles
del vaivén
del vestíbulo de entrada. En espera de poder financiar la compra o la
construcción de un salón propio, la pequeña comunidad se aloja en la
antigua
sala de teatro de la iglesia evangélica de San Juan, en el barrio de
Moabit. El
acceso es confidencial: puerta D, 90 metros cuadrados en la tercera
planta,
situado en lo alto de unas escaleras torcidas… Entre los miembros
fundadores se
encuentra la imán suiza de origen yemení Elham Maea, Saida
Keller-Messahli,
fundadora en Suiza del "Fórum para un islam progresista", y
también el investigador de Friburgo Abdel-Hakim Ourghi.
Una mezquita abierta
El proyecto de Seyran Ates es tan ambicioso como
controvertido. Cansada de no encontrar mezquita a su gusto donde vivir
su fe,
esta mujer algo rechoncha, con pelo corto blanco y mirada vivaz,
decidió finalmente
fundar su propio salón para el rezo. El proyecto rompe muchos tabúes:
esta
primera "mezquita progresista" de Alemania está abierta a todas las
corrientes religiosas del islam, a los chiíes lo mismo que a los
suníes, a los
alevíes o a los sufíes. Hombres y mujeres rezan allí unos al lado de
otros, los
homosexuales son allí explícitamente bienvenidos. La mezquita quiere
ser un
lugar de debate, en el que debe ser posible criticar al profeta Mahoma
y
discutir sobre reformas del islam. "Solo el niqab y el chador estarán
prohibidos", precisa la fundadora.
Ani Zoonefeld, una arqueóloga de origen malasio,
que vive en
Los Ángeles, se ha encargado el viernes de la llamada al rezo, mientras
que Seyran
Ates, que cursó en Turquía estudios teológicos, dirigía el rezo. La
inauguración se ha llevado a cabo bajo estricta vigilancia. Seyran
Ates, que
abandonó temporalmente en 2006 su carrera de abogada especialista en la
defensa
de las víctimas de crímenes llamados "de honor", tras recibir
amenazas de muerte, está de nuevo en el punto de mira de los islamistas
y los
extremistas de todo pelaje. Los insultos no paran de llegar a su correo.
Insultos, pero
también una mayoría de comentarios positivos
"Pero los comentarios son mayoritariamente
positivos", insiste la fundadora de la mezquita Ibn-Rushd-Goethe,
convencida de que el proyecto responde a grandes expectativas por parte
de
musulmanes -hombres y mujeres- que no se identifican con el islam muy
conservador vigente en Alemania, en especial en el centenar de
mezquitas
berlinesas. Hay doce salones para el rezo en Berlín gestionados
directamente
por el Ministerio del culto de Estambul, que destina a Alemania imanes
que no
hablan alemán y con frecuencia hostiles a la cultura occidental. "En
ninguna parte me siento más discriminada que en una mezquita", subraya
la
autora de El islam tiene necesidad de una
revolución sexual, una obra que le costó nuevas amenazas cuando
apareció en
2010.
Seyran Ates tiene tras ella una vida de
activista. Nacida en
Estambul en 1963, a los seis años acompañó a sus padres que se fueron a
trabajar a Berlín. Su itinerario es atípico: alumna excelente, en
ruptura con
una familia muy conservadora, se fue de su casa a los 17 años y
compartió
pisos
ocupados, como tantos jóvenes de izquierda en el Berlín de los años
1970-1980.
Emprendió estudios de derecho, tuvo amantes, se lanzó a la defensa de
las mujeres
turcas y kurdas víctimas de violencia conyugal. En 1984, escapó por los
pelos
de un intento de asesinato: un padre de familia, vinculado con la
extrema
derecha turca, disparó tres veces a la joven abogada y a una de sus
clientes,
que no sobrevivió. "He aprendido a vivir con el miedo", explica
Seyran Ates, cuyo próximo libro, Salam,
señora imán, es de aparición inminente.
Seyran Ates se prepara para su último desafío: al
comienzo
del curso universitario, se matriculará en Berlín en los estudios de
teología
islámica, para llegar a ser la primera mujer imán de Alemania. Un giro
fundamental en su vida fue su participación, entre 2006 y 2009, en la Conferencia sobre el islam, una cita
regular de debate entre comunidad musulmana y "sociedad dominante",
iniciada por Wolfgang Schäuble cuando era Ministro del Interior. "Un
día, Schäuble
dijo que el problema de los musulmanes progresistas era que no estaban
organizados. Y yo me dije que tenía razón." Así nació el proyecto de la
mezquita Ibn-Rushd-Goethe.
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