Los mensajeros de Alá según el Corán

AMOUR, TOLERANCE, PAIX





El Corán habla mucho más a menudo del mensajero (rasul) que del profeta (nabi). Además, Mahoma no profetiza; recita a su pueblo un texto preexistente. En la Biblia, un profeta es visitado por el espíritu de Dios y Dios habla por su boca. En la Biblia, no hay un modo de acción preestablecido para los profetas, que son muy diversos, e incluso hay varios de ellos a la vez.


La guía por el camino recto (sirat), el camino de Alá, conduce al jardín/paraíso de Alá, y desviarse de él conduce al desastre del juicio y el fuego. La tarea de un mensajero es dar la guía correcta llamando a la gente a seguir el camino recto en arrepentimiento y llamando la atención sobre los signos del pasado.


Los mensajeros del pasado fueron objeto de burla, aguantaron y Alá los ayudó. Aquellos que llamen mentiroso al mensajero sufrirán el mismo castigo que los pueblos descreídos del pasado, pues la historia del pasado valida la experiencia del mensajero. Mahoma es, por tanto, el verdadero héroe de cada historia sobre un mensajero del pasado. Así, para reforzar la imagen del mensajero Mahoma, el Corán recurre a los mensajeros de la Biblia, que solo se mencionan para demostrar el camino habitual de Alá, que no cambia, que se repite desde ellos hasta Mahoma, y para justificar todas los actos de Mahoma, que no hacen sino reproducir el escenario inmutable de la acción de Alá a través de sus mensajeros. El argumento de este sofisma, que confunde la forma y el fondo, consiste en afirmar que, puesto que aceptas a los mensajeros del pasado, debes aceptar a Mahoma, el mensajero del presente, que actúa como ellos. Pero, ¿cuál es su mensaje? El Corán guarda un silencio total sobre el mensaje de los mensajeros del pasado, en particular el de Isa [Jesús].


Mark Durie, en su libro El Corán y sus reflejos bíblicos, analiza detalladamente todos los pasajes del Corán en los que aparecen los mensajeros:



Los mensajeros no son más que advertidores


– Los mensajeros del pasado son portadores de buena nueva y advertidores (Corán 2,213; 2,119; 5,19). El Corán afirma que el mensajero "no es el primero de los mensajeros" (46,9), sino uno de una larga serie de mensajeros, "es un advertidor, semejante a los antiguos advertidores" (Corán 53,56). Solo es un "advertidor" (Corán 7,184 y 188), "un mero recordador" (Corán 88,21), que no tiene responsabilidad como protector (Corán 17,54; 6,66). "Yo no estoy encargado en absoluto de vuestra salvaguardia" (Corán 6,104 y 107). Su papel no es obligar a la gente a hacer lo que es bueno (Corán 72,21).



Los mensajeros se han enfrentado a la misma oposición


– Los mensajeros del pasado se enfrentaron al mismo tipo de oposición que el mensajero. "Los mensajeros fueron objeto de burla ante vosotros" (Corán 13,32). La gente rechazó sus signos y se los llamó mentirosos (Corán 2,87; 6,34; 7,36, 64, 92, 101 y 136; 15,10-11; 16,113; 21,36-41; 22,42-44; 23,24-26, 33, 38 y 44; 25,36; 26,176 y 189; 35,4 y 25; 38,14; 43,7; 91,14). También se les instaba a advertir del terrible castigo aquí abajo (Corán 26,187; 29,29). Se decía que eran endemoniados, magos, hechiceros, fabuladores (Corán 5,110; 7:35-37 y 109; 11,35 y 54; 15,15; 17,101; 23,25; 26,27, 153 y 185; 43,30; 51,39 y 52; 54,9). simplemente humanos (Corán 11,27; 14,10; 23,33 y 38; 25,20; 26,186; 21,7). La gente prefería la costumbre de sus padres (Corán 14,10; 34,43; 43,22). Y querían oír a los antiguos mensajeros (Corán 14,13; 26,167; 2,191; 9,13). La experiencia de la enemistad no es nueva, pues "Alá asignó un enemigo a cada profeta" (Corán 25,31). Los pueblos rechazaron a los mensajeros anteriores (Corán 34,34).  En el pasado los pueblos también estaban divididos, un grupo rechazaba los signos (Corán 10,19; 10,93; 30,31-35). Los antiguos mensajeros se desesperaban hasta que Alá acudía en su ayuda (Corán 2,214; 12,110).



– Las advertencias del mensajero a las gentes acomodadas (Corán 68,14; 89,17-20; 92,11; 100,8; 104,2; 111,2) son similares a las de los mensajeros anteriores, y todos los "advertidores" han sido rechazados por la gente rica (Corán 17,16; 15,4) en el pasado: "Nunca hemos enviado un advertidor a una ciudad sin que sus gentes acomodadas dijeran: 'Ciertamente no creemos en el mensaje que habéis enviado'" (Corán 34,34).



– Cuando la gente interroga al mensajero y no le gustan sus respuestas, él advierte que la gente del pasado hizo las mismas preguntas y por ello se convirtieron en descreídos (Corán 5,101).



 – Todos los mensajeros o profetas anteriores fueron combatidos por Satán (Corán 22,52) y se hizo el mismo tipo de objeciones contra el mensajero.



– Cuando la gente se burlaba del mensajero por considerarlo un ser humano que comía y caminaba por los mercados (Corán 21,7-8; 21,3; 23,33), el mensajero respondía que Isa solo era un mensajero que comía, como él mismo (Corán 5,75). Del igual modo, Moisés trajo un libro y también era un ser humano (Corán 6,91).


Los mensajeros utilizan las mismas palabras para el mismo mensaje


– El Corán utiliza las mismas palabras en boca de los mensajeros del pasado que las atribuidas a Mahoma. Por ejemplo, cuando Isa habla de su mensaje, dice "es un camino recto" (Corán 19,36), utiliza las palabras de Mahoma (Corán 43,61). La recomendación "Temed a Alá" fue transmitida por los mensajeros a las generaciones pasadas (Corán 4,131), igual que el mensajero lo hace en el presente (Corán 2,189). La expresión "yo estoy libre de lo que vosotros asociáis" se atribuye al mensajero (Corán 6,19) y a Moisés (Corán 6,78). Otro ejemplo: el Corán informa de que el mensajero dijo "Yo no soy un asociador" (Corán 12,108); la misma frase (Corán 6,14) se menciona como dicha por Abrahán (Corán 6,79; 3,67 y 95; 16,123). En un resumen del pasado pacto de Alá con los judíos, el Corán ofrece una lista de puntos utilizando frases tomadas de la predicación de Mahoma (Corán 2,83; 5,12; 4,36). De esto podemos concluir que el Corán considera que el mensaje de Moisés es exactamente el mismo que el mensaje transmitido por Mahoma.



– Se afirma explícitamente que todos los mensajeros llevan el mismo mensaje de Alá: "nada se os dice que no se haya dicho ya a los mensajeros anteriores" (Corán 41,43; 22,78) y "no hacemos distinción entre ellos" (Corán 2,136). Predicaban el mismo mandamiento, la misma religión" (Corán 42,13; 3,84; 4,150), que es la religión de Abrahán (Corán 2,130; 4,125; 16,121). Esto se hace aún más explícito cuando este principio se aplica a un grupo de judíos que rechazaba el concepto del "mensaje puro" porque eso significaría validar al mensajero Mahoma. Estos judíos mantuvieron su antigua fe diciendo "creemos en lo que ya se nos ha enviado", pero al hacerlo rechazan al mensajero y "todas las cosas posteriores" (Corán 2,91). La acción contra estos judíos proviene del hecho de que rechazan al mensajero, son descreídos, "al rechazar lo que Alá ha hecho descender" (Corán 2,91). La idea del "mensaje puro" se ve reforzada por las repetidas afirmaciones del Corán, como que el mensajero solo fue enviado para confirmar lo que ya había descendido por medio de los mensajeros anteriores (Corán 2,91 y 97; 3,3 y 50; 5,48; 12,111; 16,43; 35,31), lo mismo que estos mensajeros habían copiado a los mensajeros que los precedieron, por ejemplo, Isa "confirma" la Torá de Moisés (Corán 5,46), y el Corán confirma los libros enviados por profetas anteriores (Corán 4,47), como hizo a su vez el mensajero.



Características comunes a los mensajeros


– Los mensajeros anteriores estaban bien guiados (Corán 6,84 y 87), y el mensajero está bien guiado (Corán 6,161).


– Al igual que el mensajero, los mensajeros anteriores recibieron un libro, porque "para cada época hay un decreto escrito" (Corán 13,38; 5,44; 6,154; 42,15).


– Al igual que los mensajeros del pasado enviados a su propio pueblo (Corán 14,4; 16,36 y 113; 30,47), el mensajero fue enviado a su propio pueblo (Corán 2,151; 10,2; 50,2), entre el que vivió (Corán 10,16), hablando claramente su lengua árabe (Corán 16,103; 44,58).


– El mensajero no pide recompensa, como tampoco lo hicieron los mensajeros anteriores (Corán 25,57; 11,29).


– Como experimentó el mensajero (Corán 3,176; 5,41 y 58; 7,93; 15,88; 26,3), el mensajero Noé no se inmutó por los descreídos: "no te angusties por lo que han hecho" (Corán 11,36; 5,68).


– Isa fue fortalecido por un soplo de Alá (Corán 2,87 y 253; 5,110) y el actual mensajero también ha sido fortalecido por un soplo de Alá (Corán 16,102; 58,22).


– Abrahán es un "buen ejemplo" para su pueblo (Corán 60,4 y 6) y el mensajero también es un "buen ejemplo" para los creyentes (Corán 33,21).


- El Corán contiene repetidas referencias a la emigración de los creyentes (Corán 16,41 y 110; 59,8), que son similares al pasaje en el que el mensajero del pasado Lot (Corán 26,162) declara estar dispuesto a emigrar por Alá (Corán 29,26). Abrahán también emigró, al igual que Moisés...



Los judíos rechazaron el mensaje y Alá se lo confía a los que siguen a Mahoma


– El mensajero y su pueblo son los herederos de las bendiciones de Alá a Israel. En el pasado, Alá confió "el libro, el juicio y el papel de profeta" al pueblo de Israel. Sin embargo, "no creyeron" (Corán 6,91), "lo confiaremos a otro pueblo que no lo niegue" (Corán 6,89; 2,129). Así, los beneficios que Alá concedió en el pasado a Israel continúan en el presente para el mensajero y quienes lo siguen.


– Como se dice que Isa introdujo una nueva legislación para enmendar la Torá de los judíos (Corán 3,49-50), lo mismo el Corán afirma que los mandamientos del mensajero sustituyen a los de Moisés y los de Isa para judíos y cristianos (Corán 7,157; 2,286).


– El título de profeta, que hasta entonces solo se había concedido a los mensajeros de Israel, se otorga a Mahoma.


Aunque el Corán contiene numerosas afirmaciones de que el camino habitual de Alá no cambia, la transición escatológica de Medina aporta a los mensajeros nuevos rasgos:




El mensajero se convierte en legislador y juez


– Aunque el mensajero no era más que un advertidor, el mensajero debe ser obedecido (Corán 3,32; 26,108 y 179) como los mensajeros del pasado: "enviamos mensajeros para ser obedecidos por voluntad de Alá" (Corán 4,64; 3,50; 43,63 refiriéndose a Isa; 20,90 refiriéndose a Aarón; y 71,3 refiriéndose a Noé). Así pues, "Si amáis a Alá, seguidme" y los creyentes deben "obedecer a Alá y al mensajero" (Corán 3,31; 4,13, 59 ,66-69 y 80; 8,20, 24 y 27; 9,62,80).


– Oponerse o desobedecer al mensajero conduce a un destino terrible en esta vida (Corán 8,12-14) y en la otra (Corán 4,115; 48,13; 72,23).


– Los mandamientos del mensajero son la guía de Alá para los creyentes: quien obedece al mensajero obedece a Alá (Corán 4,80; 4,59; 24,46-54; 33,36; 58,13).


– La lealtad al mensajero es lealtad a Alá (Corán 48,10), y nadie es creyente si no se somete voluntariamente a la guía del mensajero (Corán 4,65).


– Se insta a la comunidad de creyentes a asumir la función de guiar a los demás (Corán 7,181), ordenando lo bueno y condenando lo censurable en nombre de Alá (Corán 3,110; 9,71 y 112; 22,41; 31,17).


– El mensajero emite juicios (Corán 24,48 y 51; 3,23 y79; 4,59, 61, 65 y 105; 5,41-50) y los mensajeros del pasado también emitieron juicios (Corán 2,213; 5,44).



Justificación del combate en el camino de Alá


– El combate en el camino de Alá está justificado porque en el pasado los pueblos se dividieron después de que les llegara la verdad (Corán 3,19), y estas divisiones llevaron al combate (Corán 2,253; 3,13); del mismo modo, la gente se dividió respecto a la predicación del mensajero, lo que arrastró a algunos a la transgresión (Corán 5,68) y al combate (2,244; 3,167).


– Combatir en el "camino de Alá", para lo que el mensajero convoca a los creyentes (Corán 2,190; 47,4; 8,17 y 38-39), no difiere de lo que ocurrió con los mensajeros del pasado (Corán 48,22), especialmente con Moisés y con Isa (Corán 9,111): desde la época de Moisés, los pueblos "combatían en el camino de Alá", lo que se describe con las mismas frases y conceptos que son utilizados por el mensajero y su pueblo, como "el combate se os ha prescrito" y "separados de nuestros hogares y nuestros hijos" (Corán 2,246; 2,216; 4,77; 22,40). El mensajero combate (Corán 8,64), y los mensajeros anteriores también combatieron (Corán 3,146; 8,67). La "vía habitual" de Alá es que los descreídos huyan en la batalla contra los creyentes (Corán 48,22), y matar a los hipócritas también es la "vía habitual" de Alá (Corán 33,60).


– Alá ha enviado al mensajero con la guía y la religión de la verdad para que triunfe sobre todas las religiones, aunque esto disguste a los asociadores (Corán 9,33; 9,29; 48,28).


– Quienes siguen al mensajero serán vencedores (Corán 24,52) y se contarán entre los elegidos (Corán 4,69).


– El Corán utiliza a los profetas para validar el uso de la violencia (Corán 3,146). Así, Abrahán reniega de su familia (Corán 60,4-9), como Mahoma, pero esto procede del midrás, no de la Biblia, y luego perdona a su padre (Corán 19,47), y entonces no es cuestión de combate. Se dice que Isa y David amenazan a los descreídos (Corán 5,78), pero David amenaza por traición, no por incredulidad. En cuanto a Jesús, ¿se trata de amenazas o de lamentaciones? En cualquier caso, aquí no hay rastro de guerra tampoco, ni contra los mercaderes del templo, ni contra los fariseos, y nada en el Evangelio lo confirma (Corán 61,14; 6,911). En realidad, todo el Evangelio dice lo contrario (Mateo 5,43).


– Cuando el Corán invoca las figuras bíblicas para ilustrar su enseñanza sobre el combate, lo hace sin ninguna prueba de la existencia de tales combates contra los descreídos en esas pretendidas referencias bíblicas, por lo que son malos ejemplos, mal elegidos. En fin, hay muchos otros pasajes que el Corán podría haber invocado para justificar el combate contra los descreídos. El hecho de que no los mencione parece ser una prueba de que no los conoce y, por tanto, una prueba de su independencia de la Biblia.



Otras evoluciones


– El modo de vida del mensajero es ejemplar (Corán 33,21), su moralidad es elevada (Corán 68,2-4) y no está sujeto a engaños ni errores (Corán 53,1-3).


– Quienes siguen al mensajero están advertidos contra el afecto hacia los descreídos de su familia: "Ni vuestra familia, ni vuestros hijos os servirán el día de la resurrección" (Corán 60,3; 4,135). Lo mismo, en las narraciones de los mensajeros del pasado se separa a los creyentes de los descreídos de su familia, por ejemplo, Abrahán rompió con su padre idólatra (Corán 6,74 y 79; 19,42; 60,4). El padre adoptivo de Moisés, el faraón, se convirtió en su enemigo (Corán 26,10-22; 28,8). Noé se separó de su hijo (Corán 11,40 y 45) y tuvo una esposa descreída (Corán 66,10), y Lot también tuvo una esposa descreída (Corán 66,10; 7,83), y las dos fueron destruidas.


– La marca que deja la postración en la frente de los creyentes es la misma que la de quienes siguen al mensajero, como en el caso de quienes siguieron a Moisés o a Isa (Corán 48,29).



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