Cuba se une a
Nicaragua en la persecución de la Semana Santa
DANIEL LOZANO - EL MUNDO
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Los dos regímenes han desplegado sus fuerzas represoras de forma masiva
para maniatar o prohibir las procesiones.
A las dictaduras no les gustan las procesiones.
Por segundo año consecutivo, el régimen sandinista de Daniel Ortega
desplegó a sus fuerzas represoras de forma masiva para maniatar o
prohibir las procesiones de Semana Santa
en Nicaragua. Y no fue el único: en Cuba también se vetaron procesiones
en distintas localidades determinadas para evitar que la ola de
protestas nacida hace dos semanas en Santiago y Bayamo pudiera
repetirse.
Según los datos aportados a EL MUNDO por la investigadora Martha
Patricia Molina,
el Gobierno de Managua prohibió 4.800 procesiones en toda la Cuaresma y
destinó a un pequeño ejército, más de 4.000 agentes de la Policía
Nacional, para vigilar y asediar a los laicos que asistieron a las
actividades religiosas que se realizaron en el interior de los templos.
"Siete laicos fueron encarcelados únicamente por pagar sus
promesas (como marca la tradición), que realizaron para esta época",
añadió Molina.
Las iglesias han contado con mayor presencia de fieles este
año,
pese a las amenazas y presencia no sólo de policías, también de
paramilitares. Los vía crucis sólo se podían realizar en el interior de
las iglesias. "El cuerpo del Resucitado enseña con su esplendor que la
muerte no es la palabra definitiva, y que todos los que pretenden
dominarnos y esclavizarnos produciendo represión, tortura,
encarcelamientos, temor o muerte, no serán para siempre los dueños y
señores de la tierra", clamó el padre Edwing Román, uno de los
sacerdotes católicos exiliados en Estados Unidos.
Varios de los que fueron desterrados hace semanas junto al obispo
rebelde, Rolando Álvarez, han decidido llevar a cabo su exilio en
España. Para la dictadura de Ortega, una vez aplastada la oposición
político, tanto la Iglesia Católica como las ONG son su principal
objetivo en la actualidad.
Obispos y sacerdotes aprovecharon sus homilías para profundizar en sus
mensajes de esperanza. Frente a ellos, el Gobierno desplegó un rosario
de actividades religiosas para mitigar el impacto de las
manifestaciones católicas.
"Mientras la dictadura sandinista esté presente en Nicaragua la
persecución a la Iglesia y libertad religiosa continuará porque Daniel
Ortega y su mujer no conciben que en Nicaragua exista algo diferente a
su proyecto dictatorial. Y en Cuba están aprendiendo",
sentenció Molina.
La represión en Cuba apuntó directamente a las zonas que más preocupan
al gobierno tras las protestas de los últimos días. El Observatorio de
Derechos Humanos de Cuba (OCDH) reportó prohibiciones o limitaciones en
las diócesis de Bayamo, en una parroquia habanera de El Vedado y en el
municipio de Sagua la Grande, en la zona central de la isla. Durante
2023, el régimen castrista desencadenó 936 actuaciones contra el
ejercicio de actividades religiosas en la isla, según el OCDH.
"Por lo visto mis homilías incomodan o ponen nerviosos a algunos. El
Evangelio tiene una fuerza que como a todos nos interpela, a todos nos
incomoda, pero jamás ha sido usado el púlpito para hacer política",
precisó fray Léster Zayas, de la Parroquia del Sagrado Corazón,
a la que se prohibió realizar la procesión del Santo Entierro.
"El veto a las procesiones evidencia el temor inmediato que tienen a
toda expresión no oficial de concentración de ciudadanía, sobre todo la
cercana a la Iglesia Católica, uno de los espacios de disidencia,
resistencia o crítica al régimen político de La Habana. Por otro lado,
responde también al veto contra sacerdotes y religiosos que han
sido críticos con sus homilías y declaraciones en apoyo a la sociedad
civil con su labor pastoral. La Oficina de Asuntos Religiosos del
Partido Comunista de Cuba intenta silenciar las voces de padres como
Kenny Fernández y fray Léster Zayas", resumió para EL MUNDO el
investigador religioso Leonardo Fernández Otaño.
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