Sin libertad religiosa en los países musulmanes
RAAD SALAM NAAMAN
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Los chiíes y los suníes están enfrentados entre
sí y no están de acuerdo en muchas cosas. Pero los dos tienen en común
y están muy unidos en aplicar el Corán, la persecución y el genocidio a
los judíos, los cristianos, los librepensadores, a los que abandonan
el islam y la lista es interminable.
Es muy importante estudiar todo ello en su lengua natal, el árabe
antiguo y clásico, sobre todo con una mentalidad oriental, no
occidental, porque esta está cimentada sobre las tradiciones
cristianas, fundada sobre el amor, el perdón, la libertad religiosa, la
democracia, la paz y la convivencia, conceptos que no tienen ningún
valor en Oriente.
Estamos viviendo uno de los grandes casos de persecución mundial,
aunque apenas se hable de ello. Cada año, 100.000 cristianos son
asesinados en todo el mundo, y casi siempre en países de mayoría
musulmana. Oriente Medio, África y Asia son los lugares en los que se
producen las mayores violaciones contra la libertad religiosa.
(…)
República de Sudán
Sudán cuenta con más de 42 millones de habitantes, la mayoría son
musulmanes suníes (70%). Su gran mayoría vive en el norte del país.
Creencias locales, entre el 20-25%; y cristianos, entre 5-10%, la
mayoría viven en el sur del país. Tras 21 años de guerra civil, que
causaron la muerte de 2 millones de personas, la mayoría cristianos, el
9 de julio del año 2011, se proclamó pacíficamente la independencia de
Sudán del Sur y la de Sudán del Norte. La capital de Sudán del Norte
sería Jartum y la de Sudán del Sur, Juba. Sudán del Sur tendrá 9
millones de habitantes, que hablan más de 200 lenguas y en su mayoría
profesan religiones locales, aunque hay una considerable presencia de
cristianos. A diferencia de Sudán del Norte, que tiene una absoluta
mayoría islámica, gobernada por los radicales salafistas, Al-Bashir y
el imán Al-Turabi, como un Estado islámico fundamentalista. Al obispo
auxiliar de Jartum, mons. Daniel Adwok Kur, tuve la oportunidad de
conocerlo en dos ocasiones, el año 2013, cuando visitó Madrid, y
anteriormente el año 2009 en Jartum. El obispo criticó la falta de
seguridad de la minoría cristiana en Sudán del Norte. Los cristianos
están siendo atacados brutalmente siempre y las autoridades no hacen
nada para evítalo.
Nigeria
Nigeria es el país más poblado de África, con más de 150 millones de
habitantes. Alrededor del 50 por ciento son musulmanes, la mayoría de
los cuales residen en la mitad norte, y el otro 50 % son cristianos,
asentados en la mitad sur. Según el Gobierno nigeriano, en diciembre
del año 2011, coincidiendo con la celebración de la Navidad, un total
de 250 personas murieron y 200 resultaron heridas en cinco atentados
contra iglesias católicas en el norte del país, dirigidos por la secta
islamista radical Boko Haram (que significa «la educación occidental es
pecado»), una subcélula de Al-Qaeda. Los cabecillas de Boko Haram son
salafistas radicales, que obtienen su postura «filosófica» en Arabia
Saudí. Después son formados en campamentos de Pakistán, Mali o Chad,
para difundir el terror. En el año 2014, el grupo lanzó un ultimátum a
los cristianos del norte para que dejaran el territorio. Mediante un
aviso del imán Abubakar Shekau, portavoz y dirigente de Boko Haram,
tanto a los cristianos como al presidente Goodluck Jonathan, que es un
cristiano del sur, dijo: «Damos un ultimátum a los cristianos para
dejar el norte de Nigeria y al presidente Jonathan, para dimitir. Es
voluntad de Alá».
El 8 de abril del año 2012, domingo de Resurrección, los radicales
islámicos de Boko Haram, tanto en Nigeria central como en Jos y otras
ciudades, atacaron con coches bomba varias iglesias, dejando casi 200
muertos y 500 heridos, algunos de gravedad. De este modo, las cifras de
cristianos muertos en atentados en el año 2013 ascendieron a 628. El
objetivo de Boko Haram, según su actual dirigente, el imán Abubakar
Shekau afirmó en una entrevista, era matar a todos los cristianos y
formar un Estado islamista radical, siguiendo el modelo de los
talibanes afganos.
Pakistán
En Pakistán, los artículos 295b y 295c de la Constitución castigan con
cadena perpetua o pena de muerte el desprecio del Corán o del profeta
Muhammad (en español, Mahoma).
La violación de mujeres cristianas a manos de musulmanes, que quedan
impunes, es una práctica común en la región de Punyab (Pakistán), según
denuncia, en la agencia AsiaNews, el sacerdote Jill John, de la
diócesis de Lahore. El último caso, en abril del año 2014: una mujer
cristiana de 32 años y madre de cinco hijos fue violada por tres
musulmanes que permanecen en libertad. La policía ayuda a los
culpables, denuncia el sacerdote, que ha acudido al Ministro de
Justicia. En febrero del año 2015, una niña cristiana de diez años fue
acusada de blasfemia, en Abbottabad (Pakistán), por una involuntaria
falta de ortografía al escribir la palabra «lanaat» (maldición) en lugar de «naat»
(alabanza) dirigida a Mahoma, el profeta del islam. Se trata de un
error de una niña. Como resultado, la niña fue castigada y expulsada
del colegio. Más tarde, toda la familia tuvo que huir de la ciudad
donde vivían por amenazas de muerte.
Argelia
El artículo 20 de la Constitución argelina, que acaba de ser aprobada
por el Parlamento, prohíbe con multas y cárcel las actividades que
pretendan convertir a un musulmán a otra religión. El texto aprobado
anuncia penas de dos a cinco años de cárcel y multas de 5.000 a 10.000
euros a los que inciten o utilicen medios de seducción para convertir a
un musulmán a otra religión. La ley va dirigida sobre todo contra los
misioneros cristianos que intentan dar testimonio cristiano con sus
iniciativas de ayuda a los necesitados.
Marruecos
El Código Penal marroquí (artículo 220) castiga con penas de seis meses
a tres años de cárcel el intento de incitar a un musulmán a que
abandone su fe para abrazar otra. Las Iglesias católica y protestante
gozan de un estatuto legal, pero solo pueden atender a extranjeros,
pues un marroquí solo puede ser musulmán, ya que el islam es la
religión del Estado.
Arabia Saudí
En Arabia Saudí, está prohibido cualquier culto que no sea el del
islam. Pero no se ponen dificultades para las conversiones al islam de
otras religiones.
El judaísmo y el cristianismo o cualquier manifestación religiosa que
no se corresponda con la corriente islámica del wahabismo están
prohibidos y perseguidos. En Arabia Saudí, el Corán y la sunna, la saría
o Ley islámica y la tradición islámica son la Constitución del país.
Solo contando a los cristianos, hay casi dos millones en Arabia Saudí,
pero tienen prohibido no solo el culto sino la posesión de cualquier
símbolo cristiano, como una cruz o un rosario, que pueden llevar a la
cárcel o a ser expulsado del país. Las autoridades religiosas saudíes
consideran todo el país como una tierra sagrada musulmana. Los no
musulmanes que viven en el país y mueren no pueden ser enterrados en el
país. En marzo del año 2015, la policía saudí entró en una casa de
trabajadores pakistaníes cristianos y detuvieron a las quince personas
reunidas para rezar y leer la Biblia. Cuando sacaron la noticia en los
medios de comunicación, dijeron que habían detenido a una banda de
cristianos con las armas en la mano, es decir, con la Biblia.
Libia
Después de Gadafi, la «primavera árabe» se ha marchitado del todo,
dando paso a un invierno islámico que persigue a los cristianos que
evangelizan en el país. Fuentes libias han asegurado que cuatro
cristianos extranjeros están presos en la cárcel de Bengasi por
«proselitismo», y que los informes que apuntan que han sido liberados
no son ciertos, informa el diario online Libia Herald.
Fuentes diplomáticas de Trípoli, la capital, han declarado que sus
esfuerzos por lograr la liberación y sus discusiones con las
autoridades han resultado del todo inútiles: Libia las ha ignorado. Los
cristianos son oriundos de Sudáfrica, Egipto y Corea del Sur, y el
cuarto posee la doble nacionalidad sueca y estadounidense. Todos ellos
están detenidos desde febrero de 2013. Libia es un país complicado,
compuesto por diferentes unidades territoriales y tribales. El pueblo
de Libia es conservador y religioso, pero bajo el mandato de Gadafi
nunca mostró un interés real por el islam radical.
Túnez
Señala una mujer tunecina, profesora en la universidad de Túnez, y
amiga mía, que en el año 2016: «cinco años después de la revolución en
Túnez, el estado de ánimo de la población sigue estando muy dividido.
Nada ha cambiado, al contrario, antes al menos había seguridad, se
podía salir de casa a cualquier hora sin correr ningún riesgo,
especialmente las mujeres. En muchos lugares oficiales y sociales, en
Túnez, se obliga la mujer a llevar el velo. Además, el paro ha
aumentado mucho más que antes. El turismo ha bajado casi el 30%, por
falta de seguridad. El radicalismo islámico se nota muchísimo en las
calles de Túnez, algo que antes no se notaba para nada».
En todo el mundo occidental, tradicionalmente cristiano, donde los
emigrantes musulmanes viven en minoría, gozan de toda la libertad y
tienen todos los derechos tanto sociales como religiosos. Tienen la
libertad de celebrar sus pascuas, como el ramadán, construir escuelas
coránicas y mezquitas, y rezar en ellas las cinco veces al día. Incluso
en algunas ciudades tienen partidos políticos y representantes en los
ayuntamientos. A mí me parece muy bien, porque esto es la democracia y
la libertad. Del mismo modo deben los musulmanes actuar en sus países
con las minorías cristianas que viven con ellos. Los cristianos no
pueden celebrar la Navidad ni la Semana Santa libremente, o cualquier
misa tranquilamente, y la comunidad cristiana tiene miedo de ir a las
iglesias. Aunque somos minoría, pero no somos emigrantes, somos los
originales del país.
En la sociedad musulmana en general y árabe en particular, un cristiano
recibe todos los apoyos posibles para su conversión al islam, tanto
laborales como sociales . Por el contrario, los musulmanes que se
convierten al cristianismo deben vivir escondidos, para evitar el
rechazo social de sus familias, incluso la posibilidad de ser
asesinados.
En los países occidentales, cuando en el colegio o en cualquier sitio
llaman la atención a una joven o una mujer musulmana por llevar el
velo, todos los musulmanes del mundo protestan y salen a manifestarse,
apoyados por algunos «progresistas y feministas». Los gobiernos
islamistas, en sus países, obligan a las cristianas a llevar el velo.
Extracto tomado de Raad Salam Naaman, Los primeros
cristianos. Los cristianos orientales. Entre el hecho histórico y un
verdadero
genocidio. Monte Riego Ediciones, 2019. Capítulo 55, «La libertad
religiosa en los países árabes musulmanes», 479-484.
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