El interminable ‘día negro’ de los cristianos iraquíes

RAYMOND IBRAHIM






El 6 de agosto [2024], los cristianos de Irak conmemoraron el décimo aniversario del "día negro", cuando el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés) invadió el norte de Irak, donde vivían la mayor parte de las minorías cristianas de esa nación, hasta el 6 de agosto de 2014.


Las atrocidades cometidas entonces, y que la comunidad internacional calificó correctamente de genocidio, fueron inimaginables. Recuerdo personalmente haber consultado y tener acceso a numerosos informes, muchos de ellos en idiomas distintos del inglés, sobre cómo el ISIS masacró, crucificó, esclavizó, violó, compró y vendió cristianos como si fueran bienes muebles, por no mencionar el bombardeo o incendio de innumerables iglesias y monasterios, a menudo antiguos.


Por cierto, y golpeando más cerca de casa, hay que recordar que una de las principales razones por las que una pequeña banda de terroristas fue capaz de conquistar las grandes poblaciones cristianas del norte de Irak es porque estos últimos fueron desarmados por su gobierno y por lo tanto incapaces de contraatacar. Como escribió John Zmirak de The Stream,


"[Un régimen que valoraba sus credenciales de tolerancia religiosa mantuvo a los cristianos desarmados, políticamente impotentes, pero físicamente a salvo. La invasión estadounidense de 2003 destruyó el régimen de Sadam Husein, disolvió el partido baasista y desató las fuerzas del odio interreligioso que llevaban mucho tiempo latentes... El único grupo al que todos los demás no vieron razón alguna para proteger, y al que muchos convirtieron en chivo expiatorio de la invasión de los ‘cruzados’ estadounidenses, fueron los indefensos cristianos del país."


Sea como fuere, y por muy apropiado que sea recordar el "día negro" que desató el ISIS sobre los cristianos del norte de Irak, es igualmente importante recordar que la difícil situación de los cristianos de Irak, una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo, comenzó mucho antes de la llegada del ISIS y continúa hasta el momento presente. En otras palabras, el ISIS siempre fue solo la guinda del pastel yihadista, que se sigue repartiendo a los cristianos, aunque sea en porciones más pequeñas.


Todo fue cuesta abajo para los cristianos iraquíes tras la invasión estadounidense de Irak en 2003 y el posterior derrocamiento de Sadam Husein. Independientemente de sus defectos, Sadam era laicista, lo que significa que sus enemigos internos eran los mismos enemigos de los cristianos: los musulmanes observantes ("radicales") que, al igual que sentían aversión por los "infieles" cristianos, también sentían aversión por Sadam y trataban de derrocarlo por no ser un "verdadero" musulmán, por ser apóstata, como lo habían caracterizado durante mucho tiempo. Como tal, los mantuvo reprimidos, lo que indirectamente benefició a los cristianos.


Como declaró una vez un importante funcionario del Vaticano, los cristianos, "paradójicamente, estaban más protegidos bajo la dictadura [de Sadam Husein]".


Una vez derrocado, se descorchó la botella del genio, la del yihadismo: Musulmanes "militantes" de todas partes, muchos de ellos presentados por los principales medios de comunicación como aliados de Estados Unidos y "luchadores por la libertad", comenzaron a imponer la ley islámica (como hicieron más tarde en Libia, Yemen, Egipto y Siria bajo el disfraz patrocinado por Obama de una "primavera árabe").


Aquí, por ejemplo, hay un extracto revelador de un artículo que escribí en abril de 2011, tres años antes de que ISIS siquiera existiese y cuando aún no había causado el "día negro":


"La semana pasada, un clérigo musulmán iraquí emitió una fetua [decreto religioso] que, entre otras barbaridades, afirma que ‘está permitido derramar la sangre de los cristianos iraquíes’.  Por muy incitadora que sea la fetua, también es redundante. Aunque el ataque a la iglesia de Bagdad del pasado octubre, en el que murieron unos sesenta cristianos, es de sobra conocido... lo cierto es que la vida cristiana en Irak ha sido un infierno desde que las fuerzas estadounidenses derrocaron al difunto Sadam Husein en 2003..... Entre otras atrocidades, la decapitación y crucifixión de cristianos no son sucesos irregulares; son típicos los mensajes que dicen ‘perros cristianos, marchaos o morid’. Los islamistas consideran a la iglesia como un ‘obsceno nido de paganos’ y amenazan con ‘exterminar a los cristianos iraquíes’."


Una vez más, tengamos en cuenta que los musulmanes que hacían esto no eran todavía el ISIS, ya que el ISIS ni siquiera se convertiría en una entidad hasta 2013. Solo eran musulmanes "militantes" que odiaban a los cristianos por la misma razón por la que sus antepasados odiaban y subyugaban sin piedad a los cristianos: el islam, que explota el tribalismo innato y convierte al "otro" en un enemigo detestado, en este caso, el no musulmán, el infiel, de quien se puede abusar, a quien se puede saquear y masacrar a voluntad.


Que el verdadero problema era un islam descorchado, distinto de una organización llamada ISIS, es aún más evidente en el hecho de que, mucho después de que el ISIS haya desaparecido, los cristianos siguen sufriendo persecución y discriminación, a manos de ciudadanos iraquíes normales e incluso del gobierno instalado por Estados Unidos, nada menos.


Desde finales de 2017, cuando el ISIS fue derrotado oficialmente en Irak, los cristianos han seguido siendo atacados físicamente, incluso con cuchillos. Las tiendas cristianas han sido atacadas con bombas incendiarias. Las iglesias cristianas invadidas. Los campos cristianos, quemados, y las casas cristianas ocupadas ilegalmente, siempre con el gobierno iraquí mirando hacia otro lado.


Nada de esto debería sorprender: los clérigos iraquíes de la corriente dominante, tanto suníes como chiíes, no los "radicales", siguen vomitando odio contra los infieles desde sus púlpitos. Un dirigente musulmán a sueldo del gobierno describió a los cristianos como "infieles y politeístas", subrayando la necesidad de la "yihad" contra ellos.


En un debate sobre la actitud correcta del islam hacia nos no musulmanes, el gran ayatolá Ahmad Al-Baghdadi, el clérigo más importante de Irak, llegó a afirmar en directo por televisión:


"Si son gente del Libro [judíos y cristianos], les exigimos la yizia, y si se niegan, luchamos contra ellos. Eso si es cristiano. Tiene tres opciones: convertirse al islam o, si se niega y desea seguir siendo cristiano, pagar la yizia [y vivir bajo el  régimen de dimmitud]. Pero si aún así se niegan, entonces luchamos contra ellos, secuestramos a sus mujeres y destruimos sus iglesias. ¡Esto es el islam!"


En una entrevista concedida el 30 de diciembre de 2022, Luis Rafael Sako, patriarca católico caldeo de Babilonia, se refirió a la situación de los cristianos en el Irak posterior al ISIS. Tras señalar que se sigue presionando a los menores cristianos para que se conviertan al islam y que se está imponiendo la ley islámica a los cristianos, añadió:


"La Constitución [iraquí] habla de libertad de conciencia, pero es solo sobre el papel. Esa mentalidad y esas prácticas, toda esa tradición heredada, deben terminar. El mundo se ha convertido en una aldea global. No hay más que ver a los musulmanes en el extranjero. Cuando visito el extranjero y me reúno con jefes de Estado, veo que allí los musulmanes tienen los mismos derechos que los cristianos y los ateos. Aquí, sin embargo, me tratan como a un ciudadano de segunda."


Casi como para darle la razón, la forma más reciente de persecución iraquí procede directamente de Abdul Latif Rashid, el Presidente de Irak, y va dirigida contra el propio Patriarca caldeo. Según un informe de 2023, "bajo la creciente presión de un grupo de milicianos proiraníes, el presidente iraquí revocó a principios de este mes un decreto de hace una década que reconocía formalmente al patriarca caldeo, el cardenal Luis Rafael Sako, y le otorgaba poderes sobre los asuntos económicos cristianos".


Los cristianos están convencidos de que esa medida estaba destinada a facilitar una mayor confiscación de sus bienes, que había comenzado bajo el ISIS. En palabras de Diya Butrus Slewa, activista de derechos humanos de Ankawa, "se trata de una maniobra política para apoderarse de lo que queda de los cristianos en Irak y Bagdad y para expulsarlos. Desgraciadamente, es un ataque descarado contra los cristianos y una amenaza a sus derechos".


Otros cristianos se reunieron en protestas pacíficas, sosteniendo "pancartas en las que decían al gobierno iraquí que ya habían cometido ‘suficientes injusticias’ contra la sufrida comunidad cristiana". En otra pancarta se leía:


"Señor Presidente, el protector de la Constitución no debe violarla. El Presidente iraquí ordena el desplazamiento de los cristianos y abre la vía para violar la propiedad de la Iglesia caldea, que representa a casi el 80% de los cristianos de Irak y el Kurdistán."


En resumen, los cristianos de Irak han pasado de ser perseguidos por el ISIS, una organización terrorista, a ser perseguidos por el Presidente de Irak, patrocinado por Estados Unidos, aunque de una forma menos sensacionalista (de ahí la nula cobertura de los "principales medios de comunicación").


Esto debería dejar claro que el ISIS nunca fue la causa, sino más bien un síntoma evidente de la persecución de los cristianos en Irak y en todo Oriente Medio. La verdadera causa, la hostilidad islámica y el desprecio hacia los "infieles", permanece viva y coleando, entre otras cosas porque nunca tiene que ser nombrada ni reconocida.


Y así, aunque hace diez años que comenzó, los cristianos de Irak siguen viviendo bajo un "día negro", que no ha visto amanecer desde hace una década.



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