‘Los europeos
sucumbirán al islam’, afirma un antiguo jefe de inteligencia
RAYMOND IBRAHIM
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El islam está a punto de apoderarse por completo
de Europa, en todos los sentidos, al menos según alguien que debería
saberlo, Hans-Georg Maaßen, máximo responsable de la inteligencia
interior alemana de 2012 a 2018. En una entrevista reciente, subrayó varios puntos que
anuncian la inminente caída de Europa en manos del islam.
Sus advertencias se ven reforzadas por inquietantes cambios
demográficos. Según estimaciones conservadoras de Pew Research, en los
próximos 25 años –es decir, durante el tiempo de vida de la mayor parte
de la generación actual– la población musulmana de Europa se triplicará
hasta alcanzar la asombrosa cifra de 76 millones. De hecho, las
cifras reales actuales y futuras de musulmanes parecen ser más
elevadas, aunque no existen estadísticas oficiales. Por ejemplo,
en un estudio de 2011, Pew Research desveló
que "el número de musulmanes en Europa ha crecido de 29,6 millones en
1990 a 44,1 millones en 2010. Se prevé que la población musulmana de
Europa supere los 58 millones en 2030". Está claro que 58 millones
dentro de cinco años es más significativo que 76 millones dentro de 25
años.
No sólo la inmigración masiva es responsable del crecimiento
exponencial del islam en Europa, sino que, una vez allí, la mujer
musulmana media tiene bastantes más hijos que la mujer europea media. "Mohamed" [Mahoma]está arrasando en Europa
Occidental como el nombre número uno para los recién nacidos varones.
Durante su entrevista, Hans-Georg Maaßen afirmó que estas grandes
cifras son intencionadas y obra de la élite dirigente europea. Para
este jefe de los servicios de inteligencia, la teoría del "gran
reemplazo" no es un mito. Cuanto más mezclada ideológicamente se ve una
población, menos capaz es de identificarse, y mucho menos de proteger
sus creencias:
"Nuestros políticos quieren una población diferente. La izquierda
política sigue el curso de la ideología antialemana. Cuanto más
heterogénea es una población, menos capaz es de articularse y tener voz
democrática. Cuanto más acepta la política a los inmigrantes de otros
países a su antojo y les concede la ciudadanía, más selecciona la
política a la población del Estado e influye en los resultados
electorales. Estos inmigrantes votan entonces de forma diferente a los
autóctonos."
Señaló lo fácil que sería para los gobiernos europeos, especialmente en
Alemania y Austria, impedir que los inmigrantes musulmanes entraran en
sus fronteras –y lo fácil que sería devolver a sus países de origen a
los muchos delincuentes que ya han conseguido entrar–, pero se niegan a
hacerlo.
Como prueba, Maaßen citó una reciente "cumbre sobre inmigración"
celebrada en Alemania, en la que solo vio "política de escaparate" o
"política ficticia", centrada principalmente en cómo conseguir más
dinero para los solicitantes de asilo y procedimientos de asilo más
rápidos. Sin embargo, nadie –dijo– parecía interesado en plantearse la
importantísima pregunta: "En primer lugar, ¿por qué dejamos entrar a
estas gentes en Alemania y en Europa?".
Esta pregunta es especialmente urgente si se tiene en cuenta que todas
las ciudades y regiones europeas que cuentan con una importante
presencia de inmigrantes se han convertido en un infierno, plagado de
actividades violentas y delictivas. Por ejemplo, ya en 2017, un artículo titulado "Austrians living in fear
as violent migrant gangs carry out DAILY attacks in Vienna" [Los
austriacos viven atemorizados porque bandas de inmigrantes violentos
llevan a cabo ataques DIARIOS en Viena] informaba:
"Los atracos y las palizas se están convirtiendo en algo habitual en la
histórica capital, con ataques casi diarios a transeúntes... La zona de
Praterstern, a las afueras del centro de Viena, está ahora controlada
por norteafricanos y se considera la peor de la ciudad en cuanto a
delincuencia. A pesar de que la policía ha aumentado su presencia en la
zona, está plagada de delincuencia. En el otro extremo de la ciudad,
los afganos se han apoderado de los alrededores de la estación de
ferrocarril del Oeste, y han saltado a los titulares por los motivos
indeseables: ... Los delitos perpetrados por inmigrantes en Austria han
aumentado rápidamente en el último año, a medida que llegan más al
país. El año pasado [2016] hubo un total de 22.000 denuncias penales
contra inmigrantes, frente a las 14.000 de 2015, según reveló el
Ministerio del Interior austriaco. Las agresiones sexuales perpetradas
por solicitantes de asilo se han convertido en un grave problema en
Austria, con un aumento del 133% de las agresiones sexuales de
inmigrantes en el último año, desde que estalló la crisis migratoria.
Las piscinas y otros lugares públicos se han convertido en algunas de
las zonas donde ocurren las agresiones con mayor frecuencia."
De hecho, al igual que en otros países europeos, los delitos sexuales
–incluidos los cometidos contra niños– se han disparado en Austria. Según un informe, "apenas pasa un día sin que se
denuncien agresiones sexuales" a manos de inmigrantes.
Además de imponer la inmigración, los políticos europeos han tomado
otras medidas para ayudar a establecer y potenciar el islam en Europa,
en detrimento de los nativos. Así, la libertad de expresión casi ha
desaparecido en Irlanda, después de que los irlandeses se levantaran en
cólera tras otra agresión no provocada por un musulmán
(el apuñalamiento de tres niños pequeños y su cuidador). Y en
Dinamarca, que durante mucho tiempo acogió con satisfacción la burla
del cristianismo bajo el pretexto de la "libertad de expresión", la
burla del islam está ahora estrictamente prohibida.
La migración descontrolada solo es posible porque los nihilistas
europeos no tienen motivación para detener la transformación de su
continente o expulsar a sus líderes traidores, sugirió Maaßen:
"No sabemos adónde queremos ir. ¿Cómo deberían ser Alemania o Austria
en 2030? Vivimos solo el momento, y por eso salimos perdiendo frente a
otros que tienen una religión o una ideología, que saben adónde quieren
ir. Nos falta una misión... La mayoría de los musulmanes vienen a
nosotros con una conciencia completamente diferente de la cultura, la
religión y la familia. En la Europa laica, la religión y la familia –si
es que siguen siendo importantes– son cosa del individuo, pero en estas
culturas es cosa del clan".
En resumen, "los europeos sucumbirán al islam. Por un lado, porque son
incapaces siquiera de ver venir este conflicto y, por otro, porque son
incapaces de resolver los conflictos de manera similar".
Con esto, quiere decir que los europeos son incapaces de resolver los
conflictos como lo hacen los musulmanes que inundan su continente:
mediante la violencia. Tras describir el islam como "una cultura
completamente diferente" para la que "no estamos en absoluto
preparados", el ex jefe de los servicios de inteligencia subrayó que
"somos incapaces de resolver los conflictos ni siquiera por medio de la
violencia, como hacen los clanes familiares de los Estados árabes. Esta
gente resuelve los conflictos por medio de la violencia, mientras que
la gente de Europa Central piensa que esto solo puede hacerse a través
de los tribunales".
Este es un punto importante y explica la parálisis. Para la
mayoría de los pueblos no occidentales, no solo los musulmanes, si ven
algo que creen que está mal, lo arreglan, incluso por la fuerza. La
mayoría de los occidentales, en cambio, están acostumbrados a creer
que sigue existiendo un "Estado de derecho", que las autoridades harán
justicia. Está claro que ya no es así. Cuanto antes se
reconozca, mejor. De lo contrario, y como concluye Maaßen, "el
resultado final será la destrucción de nuestras culturas europeas".
FUENTE
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