Hungría denuncia la hipocresía de Occidente ante la persecución contra cristianos

RAYMOND IBRAHIM





Mientras los medios de comunicación occidentales retratan a Hungría como carente de compasión –a diferencia de la mayoría de las naciones occidentales, se niega a acoger (y a sufrir) a los inmigrantes musulmanes–, Hungría sigue desenmascarando la hipocresía occidental.


El año pasado, por ejemplo, Hungría condenó a Occidente "por negar" la actual pandemia de persecución contra cristianos. Según un informe:


"El gobierno de derechas de Hungría ha condenado a Occidente por supuestamente restar importancia a la persecución contra cristianos después de que islamistas en África mataran e hirieran a docenas de creyentes el domingo, incluido un sacerdote."


Tristan Azbej, secretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores húngaro, dijo que los políticos de Occidente "deben dejar de negarlo". Añadió que "una docena de cristianos al día no son asesinados por el cambio climático o por enfrentamientos locales, sino por su religión".


De hecho, como parte de su burda negación, los dirigentes y medios de comunicación occidentales, que casi han agotado todos los pretextos posibles para restar importancia a la persecución musulmana contra los cristianos –"agravios", "economía", etc.– han añadido recientemente el "cambio climático" a su arsenal de excusas.


Así, el domingo de Pentecostés, 5 de junio de 2022, después de que los musulmanes masacraran a unos 50 cristianos mientras celebraban pacíficamente el culto en el interior de su iglesia, el presidente de Irlanda, Michael Higgins, emitió una declaración en la que condenaba, no la violencia musulmana, sino el cambio climático y el calentamiento global. Otros han hecho lo mismo.


Mientras tanto, de vuelta al mundo real, los cristianos de Nigeria están siendo purgados en un genocidio ampliamente reconocido: unos 60.000 cristianos "han sido masacrados o asesinados a hachazos" en Nigeria desde 2009, y aproximadamente 20.000 iglesias y escuelas cristianas han sido incendiadas por musulmanes al grito de "Alahú Akbar".


Como observó en una ocasión la hermana Monica Chikwe, monja nigeriana: "Es difícil decir a los cristianos nigerianos que no se trata de un conflicto religioso, ya que lo que ven son combatientes fulani vestidos totalmente de negro, coreando "Alahú Akbar" y gritando 'Muerte a los cristianos'". O como se preguntaba una vez la Asociación Cristiana de Nigeria: "¿Cómo puede ser un enfrentamiento [secular o económico] cuando un grupo [los musulmanes] ataca, mata, mutila y destruye de forma persistente, y el otro grupo [los cristianos] es asesinado, mutilado y sus lugares de culto destruidos de forma persistente?".


Al tiempo que denunciaba la indiferencia occidental, el húngaro Tristan Azbej señaló que habían quemado vivo a un sacerdote cristiano –uno de los muchos nigerianos quemados vivos por musulmanes en los últimos tiempos– y afirmó que "las condolencias no eran suficientes" y que la "comunidad internacional debería tomar medidas proactivas".


Lejos de hacer algo "proactivo" contra el genocidio de cristianos en Nigeria, la administración Biden –la que quizá mejor encarna la hipocresía– ha llevado la "negación" un paso más allá: A finales de 2021, el Departamento de Estado de Biden retiró a Nigeria –esa nación donde se masacra a un cristiano cada dos horas– de su lista de Países de Especial Preocupación, es decir, naciones que cometen o toleran violaciones de la libertad religiosa.


Muchos observadores respondieron fustigando a la administración Biden por esta inexplicable medida. Como ha señalado Sean Nelson, de Alliance Defending Freedom:


"La indignación con el Departamento de Estado por haber retirado a Nigeria el estatus de País de Especial Preocupación por las violaciones de la libertad religiosa está totalmente justificada. No se han dado explicaciones que puedan justificar tal decisión. En todo caso, la situación en Nigeria ha empeorado en el último año. Miles de cristianos ... son atacados, asesinados y secuestrados, y el gobierno simplemente no está dispuesto a detener estas atrocidades... La retirada del estatus de País de Especial Preocupación a Nigeria sólo servirá para envalentonar a un gobierno cada vez más autoritario."


En el mismo sentido, se pronunció John Eibner, presidente de Solidaridad Cristiana Internacional:


"La decisión del Departamento de Estado de retirar de la lista a un país donde miles de cristianos son asesinados cada año revela las verdaderas prioridades de Washington... La eliminación de esta señal de preocupación, en gran medida simbólica, es una negación descarada de la realidad e indica que Estados Unidos pretende perseguir sus intereses en África occidental a través de una alianza con la élite de seguridad de Nigeria, a expensas de los cristianos y otras víctimas de la violencia sectaria generalizada... Si la lista estadounidense de Países de Especial Preocupación significa algo –cuestión abierta en este momento–, Nigeria debe estar en ella."


Tal es el estado actual de las cosas: una yihad de proporciones genocidas se está librando contra los cristianos en varias partes del mundo –junto con Nigeria, se puede añadir Armenia–, mientras que los medios de comunicación estadounidenses y el gobierno encubren a los terroristas, desvían la atención hacia el "cambio climático", y pretenden que el verdadero problema humanitario es que naciones como Hungría no quieran acoger y sufrir a los inmigrantes musulmanes como el resto de Europa.



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