La izquierda mundial comparte estrategias con el islam
RAYMOND IBRAHIM
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Una vez más, la "izquierda" y el islam dejan a la vista su extrema similitud, incluyendo las formas similares en que defienden sus puntos débiles similares.
Los ejemplos nos llegan rápido y en abundancia, del islam, de Europa occidental, y de Estados Unidos.
El islam cancela la verdad
En primer lugar, desde el mundo islámico: un musulmán convertido al
cristianismo, que ha estado encarcelado durante más de dos años en
Egipto, ha estado, según un informe del 20 de agosto, en huelga de hambre. La Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) resume su gran "delito":
"El 15 de diciembre de 2021, las autoridades detuvieron a [Abdulbaqi
Saeed] Abdo, refugiado yemení, en su domicilio de El Cairo. La
detención de Abdo se produjo tras su aparición en un canal de
televisión cristiano hablando de su conversión al cristianismo y de la
supuesta persecución a la que se enfrentan los cristianos en Yemen.
Abdo también había participado en grupos de Facebook para cristianos
conversos. Fue acusado de unirse a un grupo terrorista (art. 86 del
Código Penal Egipcio), desacato al islam (art. 98.w) y discriminación
contra el islam (art. 161 del código)."
Las experiencias de Abdo son solo la punta del iceberg. Al menos
algunos en Occidente han oído hablar de su difícil situación. Hace
poco, por ejemplo, traduje
una noticia en árabe sobre Yusuf Sa'd Hanin, un recluta cristiano en
Egipto que recientemente fue golpeado físicamente y luego condenado por
un tribunal militar a tres años de prisión, tras ser acusado de hacer
"declaraciones ofensivas contra el islam" al intercambiar insultos con
un musulmán durante una discusión a través de un mensaje de texto. O
podemos dirigirnos a Pakistán, donde los códigos de blasfemia del islam
se aplican con especial rigor. Recientemente, un joven cristiano fue condenado a muerte por compartir supuestamente "contenido blasfemo" en las redes sociales.
Cuando oyen hablar de estas historias, la mayoría de los occidentales
piensan que las leyes contra la blasfemia en el mundo islámico existen
porque la pasión y el celo de los musulmanes por su profeta y su
religión son muy altos. En realidad, no. Existen porque, siempre que se
permite un examen racional, el islam y su profeta se derrumban al
instante, arrastrando consigo el orden social musulmán. Su fraude es
demasiado obvio, está demasiado lleno de agujeros y, por lo tanto, debe
protegerse siempre frente a cualquier crítica.
Construido como un castillo de naipes fácil de derrumbar, es decir, sobre las palabras y los hechos
interesados y oportunistas de su fundador, silenciar cualquier crítica
contra Mahoma ha sido desde siempre esencial para la supervivencia del
islam. Si no se reprime ni se castiga, esta "guerra verbal", según la llamó en su día
Ibn Taimiya, tendrá un enorme efecto de bola de nieve: otros
musulmanes, expuestos a ese pensamiento crítico, también empezarán a
pensar de forma crítica y, en última instancia, se rebelarán contra el
orden islámico y lo derrocarán.
Todo esto se aplica igualmente a la ‘izquierda’ estadounidense
Ya hemos visto que quienquiera que dijera la verdad o se atreviera a
cuestionar cualquier número de mantras izquierdistas (desde el origen
del virus COVID-19 hasta la eficacia/inocuidad de las vacunas que
supuestamente nos protegerían contra él, pasando por la autenticidad
del portátil de Hunter Biden y los resultados de las elecciones
presidenciales de 2020) ha sido demonizado e incluso perseguido
legalmente por ser un loco "negacionista electoral" o "negacionista
científico", o un desgraciado idiota que había sido embaucado por la
"desinformación rusa". Hasta este momento, alguien que "equivoca el
género" o "trabuca el nombre" de alguien que se identifica como
"transgénero" se considera que ha perdido contacto con la realidad y es
castigado en consecuencia (cancelado, despedido, etc.) por los
izquierdistas negadores de la ciencia que actualmente dirigen el
gobierno federal y el de muchos de nuestros estados.
Para comprender mejor hacia dónde se dirige Estados Unidos bajo el
poder de la izquierda, basta con mirar a Europa occidental, donde las
circunstancias recientes han sacado a la luz lo peor de esas
estrategias.
Ejemplos de Europa
Según un informe
del 21 de agosto, "el youtuber alemán 'Shlomo Finkelstein' ha sido
encarcelado por 'incitación al odio' y 'blasfemia'... Shlomo se
enfrenta a un año de prisión en el estado Stasi de Alemania por
criticar al islam y la inmigración masiva". A Shlomo también le han
suspendido más de 30 canales de YouTube dedicados a analizar el islam y
los males de la migración musulmana.
Lo mismo ha ocurrido en Reino Unido. Tras el asesinato de tres niñas
a manos de un hijo de inmigrantes africanos, multitud de británicos se
amotinaron, mientras que otros respondieron con palabras en uso de la
supuesta "libertad de expresión", pero fueron por ello detenidos y, en
algunos casos, condenados a penas de cárcel.
Así, según un informe
del 17 de agosto, Phil Hoban, un "hombre británico ha sido encarcelado
por 'incitar al odio' en una protesta antiinmigración no violenta en
Leeds, durante la cual supuestamente se burló de los musulmanes y lanzó
'improperios' contra Alá".
No se equivoquen. Los gobiernos alemán y británico no están deteniendo
y encarcelando a personas por herir los sentimientos de los musulmanes;
lo están haciendo porque, al criticar al islam y a los musulmanes (y,
lo que es más importante, la inmigración masiva), la gente está, en
última instancia, criticando y yendo en contra de los mantras de los
gobiernos alemán y británico que se pretende que todos los ciudadanos
reciten: a saber, que "el islam es la paz" y que "la diversidad es
nuestra fuerza".
Como esos mensajes, cuando se analizan, también se derrumban
inmediatamente como un castillo de naipes, los gobiernos occidentales
están siguiendo el ejemplo islámico, olvidando lo que hizo especial a
su civilización ante todo, la libertad de expresión, la panacea
definitiva contra las mentiras impuestas, y más bien imponiendo mentiras y formas draconianas de censura para protegerlas.
Siguen llegando nuevas pruebas de que estos gobiernos occidentales
están poco preocupados por proteger a los musulmanes de las ofensas y
más preocupados por protegerse a sí mismos de las críticas. El título
de un informe
del 18 de agosto es: "La misoginia extrema se clasificará como
terrorismo según los nuevos planes del gobierno británico". Dado que
gran parte del modus operandi de la izquierda ha dependido
durante mucho tiempo de la subversión de la familia tradicional
mediante la explotación de las mujeres, cualquiera que exponga o
critique esto, otro castillo de naipes fácilmente derrumbable, será
tratado como "terrorista".
Como una prueba más de que estos regímenes occidentales están más
interesados en silenciar las críticas contra las muchas falsedades que
han endilgado, el 13 de agosto la BBC informó
de que Wayne O'Rourke, otro británico que fue condenado a tres años por
incitar al "odio racial" tras el mencionado asesinato de tres niñas
británicas a manos de un africano, fue condenado porque sus
publicaciones en las redes sociales "supuestamente contenían retórica
antimusulmana y contraria al sistema".
Esto no sólo implica que lo que va contra el islam es compañero de cama
de lo que va contra el sistema establecido, sino que confirma
abiertamente que hablar en contra del gobierno es suficiente para que a
uno lo metan en la cárcel.
Esto es lo que ocurre: el islam y la izquierda son ideologías
("cultos", si lo prefieren) que giran en torno a mentiras y ficciones
muy evidentes. Para mantenerse en el poder, deben reprimir sin piedad a
cualquiera que cuestione, escudriñe o critique (y, por tanto,
desacredite fácilmente) sus afirmaciones; cualquiera, en resumen, que
blasfeme de sus mantras, que tienen que ser aceptados como artículos de
fe.
FUENTE
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