La nueva ‘conquista’ musulmana de Europa y el papel del ribat
RAYMOND IBRAHIM
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Al parecer, los musulmanes se están apoderando de algunas partes del Reino Unido.
Según un informe
del 22 de agosto, "turbas de musulmanes armados, muchos de ellos
ondeando banderas palestinas, tomaron el lunes sectores de Birmingham,
la segunda ciudad de Inglaterra, y persiguieron a periodistas desde las
zonas bajo su control 'durante kilómetros'". Un reportero sobre el
terreno, Fraser Knight, ha declarado que fue "perseguido fuera de una
zona del este de Birmingham por grupos de hombres asiáticos":
"El guardia de seguridad que estaba conmigo decidió inmediatamente que
no era seguro para nosotros –estaba claro que no éramos bienvenidos–,
pero no había ningún lugar seguro al que pudiéramos ir en kilómetros",
continuó, añadiendo que los seguían coches y que "en un momento dado,
un grupo de unos seis hombres corrió tras nosotros por una carretera
con lo que parecía un arma. Nos vimos obligados a correr... En los 40
minutos que estuvimos allí, vimos pasar de largo dos o tres coches de
policía. No había agentes en las calles por las que pasamos. Que yo
viera, no había furgonetas cerca. Parecía que eran ellos contra
nosotros, y había muchos más de ellos."
Knight no fue el único periodista expulsado por los nuevos amos de Birmingham:
"[Una emisión de Sky News de Comcast en la ciudad se interrumpió
después de que se dirigiera hacia ellos una turba de musulmanes
enmascarados que gritaban "¡Palestina libre!" y hacían gestos con
armas de fuego. En un incidente posterior, un equipo de Sky News filmó
a un musulmán con un cuchillo pinchando las ruedas de su furgoneta."
Estos evidentes asaltos musulmanes responden al hartazgo de los
británicos normales de que los inmigrantes asesinen a sus hijos –el
último asesino es el hijo de dos inmigrantes africanos (que pueden o no
ser musulmanes)– y se levanten en protesta. Las autoridades, por su
parte, han respondido con un doble rasero. Continúa el informe:
"Sin embargo, las escenas de Birmingham no hacen sino reforzar las
acusaciones de un sistema con doble nivel: uno para la "extrema
derecha" y otro para las minorías étnicas. En casi todos los lugares a
los que han acudido, los manifestantes
contrarios a la inmigración masiva se han visto confrontados agresivamente por la
policía con equipo antidisturbios. Por otro lado, los
contramanifestantes musulmanes han sido recibidos por agentes de enlace
de la policía que les pedían amablemente que depositaran las armas que portaban ilegalmente en las mezquitas cercanas."
¿Cómo han llegado los musulmanes, que entraron por primera vez en el
Reino Unido como solicitantes de asilo pobres y empobrecidos, a tal
punto de dominio? Sin duda, la inmigración masiva y las políticas
gubernamentales indulgentes y de apoyo han ayudado. Pero hay otro
elemento en juego, y se engloba bajo el término árabe ribat.
¿Qué es el ribat?
Poco después de que estallara la yihad en Arabia en el siglo VII, se formaron ribats
dondequiera y cuandoquiera que la yihad fue detenida a la fuerza por
los no musulmanes. Allí, en la frontera, los yihadistas crearon una
base permanente para seguir haciendo la guerra al infiel.
A estos bastiones se les denominaba ribat, de una palabra árabe
(رباط) cuya raíz etimológica es la idea de un "cierre apretado" o
"unión", y utilizada en el Corán: "Vosotros que habéis creído,
aguantad, persistid en el aguante, permaneced firmes [رابطوا forma
verbal de ribat] y temed a Alá. Quizá así tengáis éxito" (Corán 3,200).
En otras palabras, para que los musulmanes tengan "éxito", deben formar
fortalezas firmemente afianzadas a lo largo de las fronteras de los
asentamientos no musulmanes, donde "aguanten y persistan" en su yihad
para conquistar y tomar por la fuerza las tierras de los infieles.
Curiosamente, la palabra ribat sigue viva, aunque pocos la reconocen. Rabat, la capital de Marruecos, se llama así porque originalmente era un ribat,
desde el que durante siglos se lanzaron devastadoras incursiones
berberiscas/piratas contra España y el Mediterráneo cristiano. Del
mismo modo, los almorávides (el nombre de un importante grupo yihadista
norteafricano del siglo XI) es simplemente una transliteración del
árabe al-murabitun, "los que luchan a lo largo del ribat". En
1086, estos "almorávides" invadieron España y aplastaron a los
castellanos en la batalla de Sagrajas. Después erigieron un montículo
formado por 2.400 cabezas cristianas al grito triunfal de "Alahú Akbar".
El dolor de España
Hablando de España, que, en el contexto de la Gran Bretaña
contemporánea, ofrece un paradigma útil de cómo los vecinos musulmanes
y cristianos interactuaron tradicionalmente durante siglos, otro ribat
importante se formó a lo largo del río Duero de esa nación, separando
el norte cristiano del sur islámico. Durante siglos, también se
convirtió en "un territorio donde se lucha por la fe y un lugar
permanente del ribat", escribió el historiador Joseph
O'Callaghan. Después de explicar cómo los musulmanes devastaron
intencionadamente toda la región del Duero, bautizándola más tarde como
"el Gran Desierto", el historiador francés Louis Bertrand escribió lo
siguiente:
"Para mantener a los cristianos [del norte] en su sitio no bastaba con
rodearlos de una zona de hambre y destrucción. Era necesario también
sembrar el terror y la masacre entre ellos... Si se tiene en cuenta que
este bandidaje era casi continuo, y que esta furia de destrucción y
exterminio se consideraba una obra de piedad (era una guerra santa
contra los infieles), no es de extrañar que regiones enteras de España
quedaran irremediablemente estériles. Esta fue una de las causas
capitales de la deforestación que aún sufre la Península. Con qué
salvaje satisfacción y con qué piadosos acentos nos cuentan los
cronistas árabes aquellas incursiones al menos dos veces al año [a
través del ribat]. Una frase típica para alabar la devoción de
un califa era esta: "penetró en territorio cristiano, donde sembró la
devastación, se dedicó al pillaje y capturó prisioneros". ... Al mismo
tiempo que eran devastadas, regiones enteras eran despobladas. ... La
prolongada presencia de los musulmanes, por lo tanto, fue una calamidad
para este desafortunado país de España. Con su sistema de continuas
incursiones la mantuvieron durante siglos en una condición de bandidaje
y devastación."
Esta discusión histórica sobre la naturaleza y el papel del ribat
es importante para comprender la posición del islam en Occidente. Dado
que el credo de Mahoma es fundamentalmente tribal (llegando incluso a
exigir que todos los musulmanes odien a todos los no musulmanes),
una vez que viven en un lugar occidental, los musulmanes no se asimilan
sino que forman guetos y zonas "prohibidas", donde prosperan la
"radicalización" y las actividades yihadistas.
En otras palabras, forman ribats, bastiones de islamización y
sentimiento yihadista, desde los que lanzan ataques terroristas contra
los infieles con los que se encuentran, o, cada vez más, como en los
ejemplos históricos de España, contra los infieles vecinos. No hay más
que echar un vistazo al Reino Unido, Suecia, Alemania, Francia y otras
naciones occidentales que están plagadas de ribats y sufren sus consecuencias.
Bienvenidos, invasores
La única diferencia entre los ribats del pasado y los actuales es que, históricamente, se formaban allí donde los no musulmanes los detenían por la fuerza. Por el contrario, los ribats
actuales no se sitúan en las fronteras entre regiones musulmanas y no
musulmanas, sino justo en medio de naciones europeas y ciudades como
Birmingham. Además, quienes entraron y convirtieron estas regiones
occidentales en enclaves islámicos no lo hicieron por la fuerza, sino
porque fueron recibidos con los brazos abiertos.
Y hasta este mismo momento, quienes les dieron la bienvenida, es decir,
la clase dirigente de Europa Occidental, están haciendo todo lo que
está en su mano para seguir dando cobertura a los musulmanes, incluso a
través de un sistema de "justicia" de doble rasero.
En resumen, la razón por la que los ribats son un problema en
Occidente en general, y en Gran Bretaña en particular, se debe
enteramente a los modos de actuar occidentales. Los musulmanes
simplemente están haciendo lo que los musulmanes siempre han hecho.
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