La catedral
del santo "matamoros", objetivo de la yihad
RAYMOND IBRAHIM
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Catedral de Santiago de Compostela.
El
año 2021 podría ser particularmente "peligroso" para España, a causa de
los terroristas del Estado Islámico que se hacen pasar por inmigrantes
y entran en Europa con "instrucciones" para atacar, entre otros
objetivos, iglesias en España. Hay un informe
que señala varios ejemplos que suponen un repunte de las actividades
terroristas y que agrega: "el hecho de que estemos inmersos en una
pandemia no parece detener las amenazas yihadistas".
Una de las amenazas más recientes se refiere a Santiago de Compostela,
un santuario cristiano de Galicia, en el extremo noroeste de la
península. Se han interceptado varios mensajes entre inmigrantes
musulmanes que lo mencionan como un objetivo potencial, lo que coloca
al lugar de peregrinación en alerta máxima y endurece las restricciones
relativas a los visitantes extranjeros de países conflictivos, como
Siria, Libia, Irak y Afganistán.
No es de extrañar que los terroristas musulmanes se centren
específicamente en Santiago de Compostela. No solo es uno de los sitios
de peregrinación cristiana más importantes y, por ello, un objetivo
ideal de la yihad, sino que el santuario (ahora catedral) ocupa un
lugar muy destacado en las guerras históricas entre cristianos y
musulmanes en España.
El santo cuyo nombre lleva el templo y cuyo cuerpo se dice que reposa
allí, Santiago el Mayor (el hijo de Zebedeo) figura en las guerras de
aquellos tiempos. De hecho, debido a que se creía que había aparecido
montando un caballo blanco como la nieve, matando a miles de moros en
la batalla de Clavijo, en 844, el santo patrón de España ha sido
conocido durante siglos como Santiago Matamoros.
No sorprende que, tanto en el pasado como en el presente,los musulmanes
hayan apuntado al Matamoros y su santuario. Uno de los ataques más
notables ocurrió hace más de mil años, en 997. Entonces, Muhammad ben
Abi Amir, conocido como "Almanzor" –el Victorioso–, mientras llevaba
consigo un Corán, "en el que meditaba sin cesar", dirigió una gran
yihad contra el norte cristiano de España. Saqueó, quemó y aterrorizó
la región, destruyendo las iglesias para que "no quedara ni rastro", y
masacró ritualemente o esclavizó a decenas de miles de cristianos.
Finalmente llegó hasta Santiago de Compostela en el cuadrante noroeste
más alejado y lo saqueó. Dado que Almanzor alentaba un "resentimiento
especial contra este santo combatiente", destruyó su santuario; las
imágenes, las estatuas y las cruces fueron "abatidos y destrozados"; y
las campanas de Compostela fueron incautadas y llevadas sobre las
espaldas de cristianos esclavizados hasta la Gran Mezquita de Córdoba, donde fueron
transformadas y utilizadas como lámparas para iluminar el lugar de
culto musulmán.
Antes de la llegada de Almanzor, los monjes que custodiaban el
santuario escondieron los restos del santo "Matamoros", que fueron
devueltos, y el edificio se reconstruyó. Además, el ataque fracasó;
"las noticias de la profanación del santuario, lejos de despertar temor
y desánimo, o causar desafección, despertaron una indignación
extraordinaria y un renovado fervor. La causa del apóstol Santiago se
convirtió en la causa de toda la cristiandad". Pronto se reanudaría la
Reconquista con plena decisión. Casi 240 años después –es decir, 240
años de guerras cruentas entre cristianos y musulmanes– los cristianos,
bajo Fernando III de Castilla (reinó 1217-1252), conquistaron Córdoba,
que había sido durante siglos capital de la España musulmana.
La ciudad "fue limpiada de toda la inmundicia de
Mahoma", escribe un
cronista contemporáneo. Su Gran Mezquita, que siglos antes había sido
"construida con materiales de iglesias demolidas traídos a Córdoba
sobre los hombros de cristianos cautivos, para exaltar así la verdadera
religión y pisotea el politeísmo" –como se jactaba un historiador
musulmán– fue consagrada de nuevo como iglesia. Entonces, Fernando
"ordenó que se colocara la cruz sobre la torre principal [minarete],
desde donde solía proclamarse y alabarse el nombre del falso Mahoma",
continúa el cronista español. La vista de la cruz en lo alto de la
iglesia convertida en mezquita y de nuevo convertida en iglesia "causó
confusión e inefable lamento entre los sarracenos y, por el contrario,
inefable alegría a los cristianos".
Finalmente, Fernando, "el tirano, el maldito", como lo conocían los
musulmanes, encontró las campanas de Santiago y las devolvió a lomos de
musulmanes cautivos a su santuario de Compostela, donde hoy permanecen.
Gran parte de esta historia está casi olvidada en Occidente, en cambio
los musulmanes de hoy, al proponerse lanzar un ataque terrorista contra
el santuario del santo matamoros, ponen de manifiesto que la
continuidad entre el pasado y el presente permanece viva y activa.
Después de todo, y como explicó una vez Bernard Lewis, "la mayoría de
los musulmanes, a diferencia de la mayoría de los estadounidenses,
tienen una intensa conciencia histórica y ven los acontecimientos
actuales desde una perspectiva mucho más profunda y amplia de lo que
normalmente hacemos nosotros". Y así actúan en consecuencia.
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