Víctimas olvidadas del islam: los niños soldados esclavizados y terroristas suicidas
RAYMOND IBRAHIM
|
Una vieja táctica yihadista destinada a mermar
las filas de los no musulmanes al tiempo que aumentan las suyas propias
ha recibido recientemente una cobertura mediática menor. Según el informe,
"un grupo armado afiliado al ISIS en el norte de Mozambique está
reclutando a niños de tan sólo 13 años para participar en incursiones
[armadas] contra las autoridades mozambiqueñas y los aldeanos de la
región".
Pero el ISIS no solo no está "reclutando" niños, como dice el breve
informe, sino que no nos explica la prevalencia y la mecánica de este
fenómeno.
Por suerte, informes más antiguos, más cercanos a cuando el ISIS estaba
en su apogeo en Siria e Irak, arrojan más luz sobre los detalles de
esta práctica de esclavizar y adoctrinar a los niños para que se
conviertan en yihadistas. Estas prácticas siguen ampliamente vigentes.
Dado que los yihadistas no están en condiciones de jactarse de ello,
como lo estuvieron durante su apogeo, cuando los medios de comunicación
se interesaban algo, a diferencia de ahora, los informes más antiguos
aclaran lo que sigue ocurriendo, aunque de forma clandestina y, por
tanto, totalmente ignorada por los medios de comunicación occidentales.
Por ejemplo, un informe
de 2016 contaba cómo un niño de corta edad se había inmolado en un
atentado suicida que dejó al menos 51 personas muertas en Turquía, en
su mayoría compañeros niños.
Este niño era uno de los innumerables niños sin nombre ni rostro que
habían sido capturados, golpeados y adoctrinados en el islam. Conocidos
como los "cachorros del califato",
eran alumnos de "escuelas [establecidas por ISIS] para preparar a
cientos de niños y adolescentes para llevar a cabo ataques suicidas".
En un momento dado, el ISIS publicó un vídeo de estos "cachorros", la
mayoría de los cuales parecían tener unos 10 años, paseando por un
parque de atracciones abandonado, donde ejecutaban a rehenes atados a
atracciones. Un niño, al parecer de sólo cuatro años, disparó cinco
tiros a una víctima atada mientras gritaba "¡Alahú Akbar!". Otro
niño degolló a su víctima junto a un tren infantil antes de clavarle el
cuchillo en la espalda. El ISIS publicó otro vídeo de cuatro niños, uno
ruso, otro uzbeko y dos iraquíes, ejecutando a civiles.
Un clérigo cristiano explicó
la estrategia del ISIS: "Desarticulan a las familias, se llevan a los
recién nacidos y los meten en familias islamistas". Allí los adoctrinan
en la yihad y en lo que en Occidente se llama "actividades terroristas".
Los niños que lograron escapar
de ISIS dicen que fueron golpeados repetidamente y alimentados con
"propaganda sin fin", incluyendo que deben matar a sus padres no
musulmanes. "No se nos permitía llorar, pero yo pensaba en mi madre,
pensaba en que se preocupaba por mí, e intentaba llorar en silencio",
dijo un niño pequeño.
La captura y el adoctrinamiento de niños para la yihad no se limita al
ISIS y es especialmente frecuente en África, donde, como se ha visto,
los niños soldados fueron desplegados recientemente contra Mozambique.
Solo en 2016, Boko Haram, el grupo yihadista islámico que aterroriza
Nigeria, había secuestrado, esclavizado, golpeado y adoctrinado a más de 10.000 niños, algunos de tan sólo 5 años de edad, y muchos de origen cristiano, para que se convirtieran en yihadistas/terroristas.
"Nos decían: 'Está bien que matéis y asesinéis incluso a vuestros
padres'", relató un ex cautivo que presenció una decapitación el día
que fue esclavizado. Otros muchachos sujetaban a la víctima y le
explicaban: "Esto es lo que tienes que hacer para ir al cielo".
Las niñas eran retenidas en un campo separado y violadas, a menudo por
los niños cautivos, como forma de mostrar a estas últimas las bondades
de convertirse en guerreras de Alá (la deidad que permite a sus
esclavos esclavizar y violar a las mujeres "infieles"). Una niña
fugitiva, Rachel, que quedó embarazada cuando tenía 12 años, contó cómo
docenas de muchachos de su aldea ataron a un hombre secuestrado y lo
decapitaron. Dijeron a los niños más pequeños que miraban que "no
tuvieran sentimientos al respecto". "Si vais allí [a los campos de
entrenamiento de Boko Haram], podéis ver a niños de 12 años hablando de
quemar un pueblo", dijo otra niña huida, y añadió: "Se han convertido".
Un chico que había ejercido de canguro de bebés y niños pequeños
secuestrados o concebidos por violación recordó que "los niños, ninguno
mayor de 4 años, veían vídeos de propaganda yihadista y ensayaban un
juego llamado 'terrorista suicida' en el que abrían sacos de arena
atados a sus torsos".
Utilizando a los niños, el ISIS espera tocar y explotar la fibra
sensible de los occidentales para evitar que los objetivos
contraataquen. Durante una incursión yihadista en el vecino Camerún,
por ejemplo, más de 100 niños nigerianos gritando aparecieron de
repente, descalzos, desarmados o blandiendo solo machetes, y corrieron
hacia una unidad militar, que los abatió. Como explicó el coronel
Didier Badjeck: "Es mejor matar a un niño que tener 1.000 víctimas. Nos
está causando problemas con las organizaciones internacionales, pero
ellas no están en primera línea. Nosotros sí".
Otro informe más antiguo, de 2016, relataba
más experiencias de niños y niñas secuestrados, entre ellas cómo Boko
Haram enseñó a los primeros a "divertirse" con las segundas, incluso
"aprendiendo a someter a una víctima que forcejea durante la agresión
sexual". Una joven de 16 años fugada dijo: "Fui violada casi a diario
por diferentes hombres. Cuando se hartaron de mí, le pidieron al niño,
que a menudo les ha visto hacerlo, que se hiciera cargo".
El ISIS, por supuesto, no es la única entidad que emplea esta práctica;
tiene lugar en todo el mundo musulmán. Por ejemplo, 300 niños
cristianos fueron secuestrados y convertidos por la fuerza al islam en
Bangladesh en 2012, según informó AsiaNews.
Tras convencer a familias cristianas empobrecidas para que gastaran el
poco dinero que tenían en enviar a sus hijos a estudiar a supuestos
"albergues misioneros", los estafadores musulmanes se "embolsaban el
dinero" y "vendían a los niños a escuelas islámicas de otros lugares
del país 'donde los imanes los obligan a abjurar del cristianismo'".
Los niños son entonces instruidos en el islam y golpeados. Una vez
adoctrinados, se les pregunta si están "dispuestos a dar su vida por el
islam", presumiblemente convirtiéndose en terroristas suicidas.
¿Por qué los grupos de la yihad islámica recurren a esta táctica de
esclavizar y adoctrinar a los niños para que se conviertan en
yihadistas? La mayoría de los analistas occidentales creen que es un
reflejo de grupos debilitados y desesperados: "La creciente tendencia
del ISIS a utilizar niños soldados como terroristas suicidas, sobre
todo en Irak, se ha sugerido como un signo de la escasez de sus
recursos en la región", señala un informe.
O eso podría sugerir que el ISIS, Boko Haram y otros simplemente están
siguiendo otra página del libro yihadista de estrategias (que los
"expertos" occidentales ni siquiera reconocen que existe). Durante más
de un milenio, los califatos musulmanes se especializaron en capturar y
esclavizar a decenas, si no cientos de miles, de jóvenes no musulmanes,
convertirlos al islam y luego golpearlos, adoctrinarlos y entrenarlos
para que se convirtieran en yihadistas expertos.
Los más famosos fueron los jenízaros del Imperio Otomano: muchachos
cristianos que eran secuestrados en sus hogares, convertidos y
adoctrinados en el islam y la yihad, y luego lanzados contra sus
antiguas familias. Como explica el autor de Las guerras balcánicas,
"A pesar de su educación cristiana, se convirtieron en musulmanes
fanáticos y mantuvieron fervientemente su fe como guerreros del islam".
Esta cruel práctica de lo que hoy puede definirse como "lavado de
cerebros" de las poblaciones cristianas del Imperio Otomano es quizá el
legado turco más inhumano".
Los analistas occidentales no estarían tan ajenos a esta "nueva"
táctica yihadista, presentando con optimismo el recurso a los niños
como prueba de que los grupos terroristas andan "escasos de recursos",
si tuvieran departamentos de estudios islámicos que realmente
difundieran hechos en lugar de mitos y propaganda proislámicos. Como
ocurre con todos los aspectos desagradables de la historia islámica, la
institución de los niños soldados esclavos se ha blanqueado por
completo. Aunque se arrebataba a jóvenes aterrorizados de las garras de
sus devastados padres, el relato académico es que las familias
cristianas pobres estaban felices de ver a sus hijos llevados al
califato donde tendrían un "futuro brillante" como "soldados y
estadistas".
El precio de la incapacidad del Occidente moderno para comprender las
tácticas medievales del islam no es solo la ignorancia sobre la
naturaleza del enemigo, sino también la ignorancia sobre sus víctimas,
en este caso, innumerables niños sin nombre. En palabras de Mausi
Segun, activista de derechos humanos que analiza la difícil situación
de los niños yihadistas de Boko Haram: "Falta casi toda una generación
de niños. Mi suposición es que una gran mayoría de ellos morirán [como
yihadistas forzados] en el conflicto".
Y morirán completamente desconocidos en Occidente: otro grupo de
víctimas a sacrificar en el altar de lo políticamente correcto, para no
mancillar la reputación del islam.
|
|
|