Yihad en Austria: ‘Los cristianos deben morir’

RAYMOND IBRAHIM





Viena.


Dos jóvenes musulmanes residentes en Austria confesaron recientemente que querían "matar cristianos" y "restaurar el califato".


Los dos chicos, de 15 y 16 años, fueron detenidos y juzgados en el Tribunal Regional de Leoben el 16 de julio de 2023. Habían hecho planes para masacrar al mayor número posible de personas durante un ataque a la escuela secundaria a la que asistía el joven de 15 años, en Bruck an der Mur, donde ambos vivían.


Al ser interrogados ante el tribunal, los impenitentes musulmanes –ambos con antecedentes de violencia y delincuencia– admitieron: "¡Queríamos disparar a todos los cristianos de la clase!".  A la pregunta de cómo habrían respondido si hubiera intervenido la policía, respondieron: "Nos habríamos rendido", añadiendo que "Alá nos habría perdonado" en la cárcel, ya que "Matar cristianos nos lleva al paraíso".


Reflexionando sobre los dos aspirantes a asesinos en masa, un informe señala que:


"Parecían completamente discretos: un aprendiz de automoción de 16 años y su amigo de 15 años de Bruck. Pero algo oscuro se estaba gestando en sus cabezas. Aunque nacieron en Austria y formaban parte de la sociedad, se radicalizaron gravemente. Su objetivo: instaurar en Austria un califato. Para ello no les importaba caminar sobre cadáveres... Todos los cristianos debían ser asesinados."


Las autoridades tuvieron conocimiento de sus planes después de que empezaran a publicar en grupos de chat radicales, solicitando material relacionado con el terrorismo e incluyendo vídeos de decapitaciones del Estado Islámico:


"Los chicos también dejaron claro a través de las plataformas que no creían en los 'aburridos ataques con cuchillo'. Querían utilizar mucho más los explosivos, porque podían 'matar' a mucha más gente al mismo tiempo... y expresaban repetidamente su odio a Occidente, que oprime a los musulmanes."


El tribunal los condenó a dos años de prisión, aunque sólo tienen que cumplir ocho meses. (La pena máxima para menores es de cinco años.) El tribunal también ordenó que recibieran "formación contra la agresión y un programa de desradicalización" (que en repetidas ocasiones han demostrado ser ineficaces).


Todo este incidente nos recuerda que Austria vive al borde del precipicio. Aunque es positivo que las autoridades hayan conseguido frustrar lo que podría haber sido una trágica masacre de escolares –como ya frustraron otra anterior en 2020–, la hostilidad musulmana sigue creciendo en Austria, lo que sugiere que es solo cuestión de tiempo que un grave atentado terrorista o algo peor se cebe con esa nación.


Ya en 2017, un artículo titulado "Los austriacos viven atemorizados mientras violentas bandas de inmigrantes llevan a cabo ataques DIARIOS en Viena", informaba:


"Los atracos y las palizas se están convirtiendo en moneda corriente en la capital histórica, donde los transeúntes son agredidos casi a diario... La zona de Praterstern, a las afueras del centro de Viena, está controlada actualmente por norteafricanos y se considera la peor zona de la ciudad en cuanto a delincuencia. A pesar de que la policía ha aumentado su presencia en la zona, está plagada de delincuencia. En el otro extremo de la ciudad, los afganos se han apoderado de los alrededores de la estación de ferrocarril del Oeste, y han saltado a los titulares de prensa siempre por motivos indeseables... Los delitos perpetrados por migrantes en Austria han aumentado rápidamente en el último año, a medida que llegan más al país. El año pasado [2016] hubo un total de 22.000 denuncias penales contra migrantes, frente a las 14.000 de 2015, según reveló el Ministerio del Interior austriaco. Las agresiones sexuales perpetradas por solicitantes de asilo se han convertido en un grave problema en Austria, con un aumento del 133% de las agresiones sexuales de migrantes en el último año, desde que estalló la crisis migratoria. Las piscinas y otros lugares públicos son algunos de los sitios más frecuentados por los agresores."


De hecho, como en otros países europeos, los delitos sexuales –incluidos los cometidos contra niños– se han disparado en Austria. Según un informe, "apenas pasa un día sin que se denuncien agresiones sexuales" a manos de inmigrantes. En un caso, un solicitante de asilo musulmán de 17 años violó a una abuela de 72, después de que ella le ayudara a salir de un canal. Según las últimas noticias, su hija comunicó que la anciana se encontraba en una unidad de cuidados intensivos, donde había "perdido las ganas de vivir" y estaba "viviendo un final terrible".


Al parecer, algunos policías se han mostrado poco receptivos, e incluso han llegado a culpar a las víctimas. Después de que una austriaca de 20 años que esperaba en una parada de autobús en Viena fuera atacada, golpeada y robada por cuatro hombres musulmanes –uno de los cuales "empezó a pasarme las manos por el pelo y decía que en su cultura apenas había mujeres rubias"–, la policía respondió aconsejándole a la víctima que se tiñera el pelo:


"Al principio estaba asustada, pero ahora estoy más enfadada que otra cosa. Después de la agresión me dijeron que las mujeres no deberían estar solas en la calle después de las 8 de la tarde. Y también me dieron otros consejos, diciéndome que debía teñirme el pelo de oscuro y también que no vistiera de forma tan provocativa. Indirectamente, eso significa que yo tuve parte de culpa de lo que me pasó. Es un insulto enorme."


La otra cara de la criminalidad musulmana genérica en Austria es el odio ideológico al cristianismo. Al igual que los dos jóvenes mencionados fueron juzgados recientemente por su deseo de "matar cristianos" para "ir así al paraíso", se han dado numerosos casos de otros musulmanes que han expresado su hostilidad hacia la fe histórica de Austria.


He aquí algunos ejemplos:


Noviembre de 2020. Un atentado terrorista musulmán dirigido contra un grupo de jóvenes católicos fue frustrado en el último minuto. Según el informe, "[el] asesino quería provocar un baño de sangre en el grupo de jóvenes católicos... durante una velada de oración en Viena". El islamista fracasó, sin embargo, debido a una puerta que estaba cerrada automáticamente... ¡Los 17 niños y jóvenes pertenecientes a un grupo juvenil católico escaparon de una catástrofe por un pelo!"


Diciembre de 2016. Un solicitante de asilo musulmán de 22 años procedente de Afganistán apuñaló con un cuchillo a una mujer cristiana de 50 años por leer la Biblia. El hombre "se había ofendido por el hecho de que la mujer había sido invitada por los residentes cristianos de la propiedad para hablar de la Biblia. Cuando se enteró de lo que hacía, irrumpió en la cocina donde se encontraba la mujer e intentó clavarle el cuchillo en la parte superior del cuerpo".


Abril de 2022. Un musulmán persiguió, golpeó y pateó a un cristiano por repartir Biblias en las calles de Viena-Meidling.


Mayo de 2017. El que fue descrito como un "inmigrante de piel oscura" aparece en un vídeo grabado por un transeúnte arrojando cosas contra la parroquia de San Marein y golpeando el gran crucifijo que hay a la puerta con un palo largo, causando daños a la propiedad por valor de 15.000 euros.


Marzo de 2014. Al parecer, después de estar escuchando cánticos musulmanes, un hombre se dedicó a vandalizar iglesias y profanó cuatro de ellas, incluso volcando y destruyendo estatuas, cruces y altares.


Octubre de 2020. Una turba musulmana formada por unas 50 personas entró y formó un motín en el interior de una iglesia de Viena, gritando "Alahú Akbar" mientras rodeaban la pila bautismal y los confesionarios.


Abril de 2020. Sobre la estación de tren de Traisen-Markt, los pasajeros descubrieron unas pintadas que decían: "Los cristianos deben morir" y "Alahú Akbar", lo cual les causó gran consternación.


Enero de 2021. Aproximadamente 40 inmigrantes musulmanes se soliviantaron e incendiaron un gran árbol de Navidad en Favoriten. Cuando acudieron a apagar el fuego, los bomberos oyeron gritar a uno de los migrantes: "Un árbol de Navidad no tiene cabida en un barrio musulmán", mientras la turba enfurecida lanzaba objetos a los funcionarios de los servicios de emergencia, gritando "Alahú Akbar".


Una búsqueda rápida puede encontrar otros casos recientes, como la decapitación de las estatuas de Jesús y María en un querido jardín de oración vienés, en julio de 2023.


Quizá lo más alarmante es que toda esta hostilidad y violencia se producen en un contexto en el que la población musulmana no para de crecer en Austria, hasta el punto de que ahora hay más estudiantes musulmanes que católicos en las escuelas de las ciudades austriacas, incluidas Viena, la capital, y Linz.


En 2021, los musulmanes representaban el 8,3% de la población de Austria. Según un informe PEW de 2017, en 2050 los musulmanes podrían representar hasta el 19,9% de la población austriaca.


La importancia de estas cifras se ve exacerbada por el hecho de que los musulmanes no se están integrando en Austria. Más bien ocurre lo contrario: se pretende que los austriacos se adapten a la sensibilidad musulmana.


Según un informe titulado Niños católicos obligados a aprender canciones islámicas en [una] escuela primaria austriaca: "En una escuela primaria de Linz, los niños católicos tuvieron que memorizar y recitar canciones islámicas como parte del festival islámico del Ramadán. Se les obligaba a participar y se les castigaba si se negaban". Tras recoger a su hijo pequeño del colegio, una madre católica se quedó estupefacta al oírle corear en voz alta "¡Alá, Alá!". Le contó que durante dos meses toda la clase había sido obligada a cantar canciones sobre el Islam, o de lo contrario se arriesgaban a ser castigados. "Me dolió como una bofetada", dijo la madre en una entrevista.


Más recientemente, en mayo de 2023, un informe revelaba que las mezquitas de Austria enseñaban insistentemente a los jóvenes musulmanes que no entablaran amistad con austriacos nativos, ni con ningún otro no musulmán. Aunque algunos políticos –como Manfred Haimbuchner, del conservador Partido de la Libertad austriaco– expresaron su sorpresa e indignación por esta enseñanza, en realidad se trata de una doctrina musulmana fundamental, de acuerdo con el Corán:


"Que los creyentes no tomen a los infieles como aliados, sino a los creyentes. Quien haga eso no es de Dios, a no ser que los temáis" (Corán 3,28).


Y aún es más explícito y da nombres:


"¡Vosotros que habéis creído! No toméis a los judíos y a los cristianos por aliados. Son aliados unos de otros. Quien de vosotros se alíe con ellos es de los suyos" (Corán 5,51).


No es de extrañar que la minúscula población judía de Austria también sea objeto de ataques, como cuando unos terroristas musulmanes irrumpieron y abrieron fuego en una sinagoga vienesa en 1981, matando a dos personas e hiriendo a otras 18. Más recientemente, en 2021, según Deutsche Welle, "los crímenes antisemitas han alcanzado cifras máximas en Austria".


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En 1683, cientos de miles de yihadistas musulmanes de los ejércitos turcos otomanos, rodearon y asediaron Viena. La elección de esta ciudad no fue casual. Durante siglos había sido la capital del Sacro Imperio Romano Germánico, que a su vez había constituido durante mucho tiempo, como "Defensor de la Fe", el principal baluarte contra la yihad islámica. En el momento final, los europeos derrotaron a los musulmanes, que tuvieron que levantar el sitio. Así se salvó no solo Viena, sino toda Europa.


Es evidente que muchas cosas han cambiado desde entonces. Hoy, en nombre del detestable "multiculturalismo", los musulmanes están invadiendo Austria y toda Europa de una manera que sus antepasados jamás hubieran soñado. Pero esto no es tanto un reflejo de la fuerza del islam –que hoy es mucho más débil que en su apogeo otomano–, sino de la estupidez de una Europa laica que precipita su propia agonía.



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