El islam ¿es
incompatible con las sociedades democráticas?
SAMI ALDEEB
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Introducción
Cuando la Reina de Inglaterra llega a Francia, conduce por la derecha,
mientras que en casa conduce por la izquierda.
¿Por qué los musulmanes no hacen lo mismo?
La respuesta a esta pregunta nos permite
comprender los conflictos entre los musulmanes y Occidente, e incluso
los
conflictos dentro de los países árabes y musulmanes.
La respuesta es simple: porque los musulmanes
tienen una concepción particular de la ley.
1. Diferentes
concepciones de la ley
En pocas palabras, hay tres concepciones de la
ley.
– La ley como emanación de un acuerdo
democrático
En este sistema, la gente decide qué ley los rige
exactamente igual que decide el queso que quiere consumir: con o sin
agujeros, con o sin sal.
– La ley como
emanación
de un dictador
– La ley como
emanación
de una revelación
Esta concepción de la ley revelada se encuentra en el judaísmo y el
islam, pero casi no en el cristianismo.
2. Concepción judía
Según el judaísmo, Moisés recibió la ley
oralmente y por escrito de Dios en persona en el monte Sinaí (2.285
metros). La Biblia nos dice: "Después de hablar con Moisés
en el monte Sinaí, le dio las dos tablas del testimonio, tablas de
piedra, escritas con el dedo de Dios" (Éxodo 31,18).
Cuando Moisés bajó de la montaña y vio a su
pueblo adorando al becerro de ro, se llenó de ira. Y cayeron aquel día
alrededor de tres
mil hombres (Éxodo 32,28).
La Biblia impone la aplicación de la ley en
todo tiempo y lugar. En ella se lee:
"Todo lo que yo os mando, lo pondréis por obra,
sin añadir ni quitar nada" (Deuteronomio 13,1).
"Es ley perpetua para vuestros descendientes,
dondequiera que viváis" (Levítico 23,14).
Invocando esos versículos de la Biblia,
Maimónides,
muerto en El Cairo en 1204, escribió:
"Es una noción claramente explicitada en la ley
que
esta última permanece como obligación eterna y por los siglos de los
siglos, sin estar sujeta a sufrir variación, eliminación o complemento
alguno". Quien pretenda lo contrario deberá ser, según Maimónides,
"sometido a muerte
por estrangulamiento".
3. Concepción romana y cristiana
Cristo decía: Los zorros tienen madrigueras y las
aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar
la cabeza (Mateo 8,20). Esta es la antigua definición de una persona
sin hogar. Cristo no fue un hombre de poder, sino un moralista, muy
alérgico a las leyes:
– La mujer adúltera.
– La abolición de la ley del talión.
– La negativa a repartir la herencia.
– La abolición de todas las normas alimentarias.
Debido a la ausencia de normas legales
suficientes en los Evangelios y los escritos de los apóstoles, los
cristianos
recurrieron al derecho romano. El jurisconsulto Gayo (fallecido hacia
180)
define la ley así: Lex est quod populus iubet atque constituit.
Y para
los que han perdido el latín: "La ley es lo que el pueblo prescribe y
establece". El sistema democrático moderno se basa en esta concepción
del derecho.
"Comportaos como hombres libres" (1ª carta
de Pedro 2,16).
Esto no significa que los países de tradición
cristiana no hayan tenido momentos trágicos: recordemos los tribunales
de la inquisición en Francia, o en España, y la quema de brujas en los
países protestantes de Europa.
Miguel Servet fue quemado vivo por Calvino en
Suiza, en 1555.
William Tyndale, traductor de la Biblia al
inglés, fue
estrangulado y quemado en 1536.
Giordano Bruno fue quemado vivo en 1600.
Galileo fue condenado en 1616 a no enseñar más su
teoría que contradice la Biblia.
Pero estas autoridades han terminado por a
reconocer
sus errores.
El cristianismo no se desarrolló por sí solo,
sino bajo la presión constante de las autoridades gobernantes y de los
filósofos de la Ilustración, como Voltaire.
Pero debemos reconocer que la ausencia de normas
legales en el Evangelio ha contribuido a esta transformación.
4. Concepción musulmana
El islam es una copia del judaísmo. Mis
investigaciones me llevan a decir que el Corán fue redactado por un
rabino
aturdido. Allí encontramos la concepción judía de la ley que desciende
de Dios en el monte Hira (642 metros), y que los musulmanes deben
aplicar el Corán y cumplir con la tradición (sunna) del profeta
Mahoma:
"La palabra de los creyentes cuando son llamados
a
Dios y a su enviado, para que este juzgue entre ellos, [consiste] en
decir: ‘Hemos escuchado y obedecido’. Esos son los que triunfarán
(Corán 24,51).
En caso de adulterio: "Los que no juzgan según lo
que Dios ha hecho descender, estos son perversos" (Corán 5, 47).
Respondiendo a la pregunta sobre quienes se
niegan a aplicar la ley musulmana con el pretexto de que no es adecuada
para nuestra época, el jeque Muhammad Mitwalli Al-Sha'rawi (fallecido
en 1998) dijo:
"Si
yo fuera el dirigente de este país o la persona encargada de aplicar la
ley de Dios, le daría un plazo de un año a quien rechace el islam,
concediéndole el derecho a decir que ya no es
musulmán. Luego, lo eximiría de cumplir el derecho musulmán y lo
condenaría a muerte por apóstata."
La obligación de aplicar el derecho musulmán, con
consecuencias
fatales en caso de negativa, puede abarcar asuntos sin límite, incluso
muy controvertidos. Para dar un ejemplo extremo,
Jad-al-Haq, el jeque de Al-Azhar (fallecido en 1996) declaró en una
fetua
(decreto religioso) emitida en 1994:
"Si una región deja, de común acuerdo, de
practicar
la circuncisión masculina y femenina, el jefe del Estado le declara la
guerra, porque la circuncisión forma parte de los rituales del islam y
sus
especificidades. Esto significa que la circuncisión masculina y
femenina es obligatoria."
Para los musulmanes, Dios es el legislador
(al-musharri , término que proviene de la misma raíz que la saría);
muestra lo que es bueno y lo que es malo, incluso en el ámbito de la
alimentación. La opinión mayoritaria no cuenta donde hay un texto
religioso.
Los musulmanes no conocen el concepto de soberanía popular más que en
dominios no reguladas por la ley religiosa. Por tanto, la mayoría no
puede
abolir la desigualdad entre hombres y mujeres en materia de herencia y
de
testimonio. Sobre esta base, Hani Ramadan (hermano de Tariq Ramadan),
nieto de Hassan Al-Banna, imán de la mezquita de Ginebra, se niega a
condenar la lapidación porque está prevista por la ley islámica,
y llega hasta invocar la presencia de esta sanción en la Torá. ¿Cómo
podemos entonces condenar una sanción dictada por Dios?
En el plano formal, el sistema jurídico de los
países
musulmanes es un sistema híbrido, compuesto principalmente por leyes
inspiradas en el derecho occidental, empezando por la propia
constitución, el código civil, el código penal, el código
administrativo, los códigos de procedimiento, etc. El derecho musulmán
persiste solo en el ámbito del estatuto personal (derecho de familia y
de
sucesiones) y, en algunos países como Arabia Saudí e Irán, en el
ámbito del derecho penal. Y esto a pesar del hecho de que las
constituciones de los países musulmanes afirman que el islam es la
religión del Estado y que el derecho musulmán es una fuente, incluso la
fuente principal del derecho.
Pero el derecho musulmán juega un papel
importante
en casi todos los aspectos de la vida. Así, sirve como referencia para
determinar lo que es lícito y lo que es ilícito en los campos de la
ética sexual
(coeducación entre hombres y mujeres, relaciones sexuales fuera del
matrimonio, etc.)
y médica (aborto, procreación artificial, planificación familiar,
etc.), la vestimenta, las prohibiciones alimentarias, los límites al
deporte,
las restricciones en el campo artístico y de la libertad de expresión,
en la economía
(intereses por deudas y actividades bancarias, apuestas y juegos de
azar, seguros, impuesto religioso, etc.), en el trabajo y la
participación de
las mujeres en la vida política, en la integridad física (circuncisión
masculina y femenina), etc.
Recordemos aquí que, en términos del derecho de
familia, algunos de estos países mantienen el sistema de leyes
privativas establecido por el Corán (5,44-48), que permite a las
comunidades no musulmanas, e incluso a las musulmanas, tener
sus tribunales y/o aplicar sus propias leyes religiosas. Sólo
Turquía pudo poner fin a este sistema, adoptando el código civil suizo
en 1926. Entre las razones aducidas, se lee: "Las leyes que se inspiran
en
las religiones encadenan a las sociedades en las que se aplican, a las
épocas primitivas donde nacieron y constituyen factores invencibles que
impiden el progreso". Ciertamente podemos considerar la autorización
de leyes y tribunales comunitarios como un signo de tolerancia, pero
este sistema consagra las desigualdades. Así, un musulmán puede
casarse con una mujer cristiana, pero un cristiano no puede casarse con
una mujer musulmana, y a un apóstata se le prohíbe o disuelve su
matrimonio, se le quitan sus hijos y pierde su herencia. Incluso en
Túnez, elogiado por su código de estatus personal progresista, un
cristiano no puede casarse con una musulmana... Esto acaba de cambiar,
pero los alcaldes se muestran reacios a celebrar de este
tipo de matrimonios contrarios al derecho musulmán.
Señalemos aquí que todos los países donde existe
un sistema de leyes y jurisdicciones privativas son países
políticamente débiles y expuestos a guerras civiles. Y por ello, es
necesario abolir el sistema de leyes según cada comunidad, pero
otorgando iguales derechos a todos, sin distinción de religión o de
sexo,
en cuanto al matrimonio y la herencia. Este es, por lo demás, uno de
los medios
adoptados por Suiza para garantizar la paz confesional entre católicos
y protestantes en su constitución de 1874, que abolió todas las
jurisdicciones religiosas (artículo 58), puso el matrimonio "bajo la
protección de la constitución", declarando que "ningún impedimento
para contraer matrimonio puede basarse en motivos confesionales
"(artículo
54) y garantizando la libertad de religión a partir de los 16 años
(artículo 49).
5. Impacto de la concepción islámica de los
derechos del hombre en los países musulmanes
Los derechos del hombre, en la Declaración
Universal, tienen su razón de ser en la voluntad de la Asamblea General
de las Naciones Unidas basada en consideraciones de interés general.
La concepción de la ONU sobre los derechos
humanos se
caracteriza en particular por el rechazo de cualquier distinción entre
las personas por motivos de sexo o religión, una de los principales
escollos de los sistemas basados en una ley revelada. El artículo 2,
párr. 2 de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre
establece:
"Toda persona puede hacer uso de todos los derechos y libertades
proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna, en particular
... de sexo, ... de religión".
Según la concepción musulmana, la ley y los
derechos del hombre que preconiza no derivan del pueblo, sino de Dios.
Tomemos como ejemplo lo que dice el preámbulo de la Declaración
Islámica Universal de los Derechos del Hombre promulgada en 1981 por el
Consejo Islámico (con sede en Londres):
"Nosotros los musulmanes, en la diversidad de
nuestra pertenencia étnica y geográfica,
Fortalecidos por nuestra dependencia ante Dios,
el único y el dominador,
Fortalecidos por nuestra fe en el hecho de que
Dios es
el amo soberano de todo en esta vida inmediata lo mismo que la vida
definitiva
(...)
Fortalecidos por nuestra convicción de que la
inteligencia humana es incapaz de elaborar el mejor camino con vista a
asegurar
el servicio de la vida, sin que Dios la guíe y le asegure la revelación:
Nosotros,
los musulmanes (...) proclamamos esta
Declaración, hecha en nombre del islam, de los derechos del hombre tal
como podemos deducirlos del muy noble Corán y de la más pura Tradición
profética (sunna)."
Al contrario de la concepción democrática, la
concepción religiosa de los derechos del hombre no reconoce la igualdad
ante la ley sin discriminación fundada en la religión o el sexo. Así,
por
ejemplo, la Declaración Universal Islámica de Derechos del Hombre no
contiene una disposición similar al artículo 2, párr. 2, de la
mencionada
Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Esta es la concepción
adoptada por todos los actuales regímenes arabomusulmanes y las
corrientes islamistas opuestas a estos regímenes.
Hay que insistir aquí en que el principio de
democracia (el poder del pueblo por mayoría) no tiene ningún valor
moral si
no está precedido por el principio de igualdad. Hitler era demócrata ya
que tenía el apoyo de la mayoría de los alemanes. La democracia sin
igualdad no difiere del nazismo. Algunos estados afirman
ser países democráticos, pero en realidad no se diferencian de la
Alemania nazi. Este es el caso del Estado de Israel, basado en la
religión judía que discrimina a los no judíos. Destruyó el 81% de
las aldeas palestinas, expulsó a sus habitantes y rechaza su regreso
por el único delito de que no son judíos. Pero no queremos hablar aquí
de
Israel. Nos limitamos al islam.
Encontramos la influencia de la concepción
musulmana en varias dominios, como los siguientes:
Derechos políticos
El capítulo 33 del Corán lleva por título: Al-ahzab,
los partidos o las facciones. El Corán utiliza este término veinte
veces.
En dos pasajes (5,56; 58,19-22), opone el partido de Satanás (hizb
al-shaytan) al de Dios (hizb Allah), nombre de un partido
político
en Líbano. Según estas perspectivas, los eruditos musulmanes,
como Ibn-Taymiyya, prohíben el surgimiento de partidos políticos
que no tomen la religión como base. Este telón de fondo es la razón de
la ausencia de una cultura y una práctica política multipartidista
democrática en el mundo arabomusulmán.
Derechos de la mujer
Mencionamos
aquí la poligamia, el repudio, la
desigualdad entre hombres y mujeres en materia de herencia y de
testimonio, el rechazo del acceso a las funciones públicas, como en el
poder judicial y otras, la imposición a las mujeres de vestimentas
especiales para no provocar la excitación de los hombres, el derecho a
pegarle a la mujer. Si bien es verdad que ha habido avances en algunos
países arabomusulmanes en la eliminación de ciertas formas de
discriminación
contra las mujeres, las corrientes islámicas continúan rechazando esos
avances sobre la base de la religión. Los Estados arabomusulmanes han
formulado reservas contra los documentos de las Naciones Unidas que
reconocen el principio de igualdad entre hombres y mujeres, y estas
reservas se basan en la religión.
¿Cómo reconocer a tu esposa?
Libertad de expresión
Basta con mencionar aquí el ahorcamiento de
Mahmud Mohamed Taha en Sudán,
el asesinato de Farag Foda en Egipto, el caso de Abu Zayd divorciado de
su esposa por el Tribunal de Casación, acusado de apostasía, ambos
exiliados en Holanda, para no ser asesinados por los islamistas. Hay
muchas
fetuas contra intelectuales de las que no hablaremos aquí, pero
mencionaré más adelante la posición de Al-Qaradawi contra los laicos.
Libertad religiosa
Todavía hoy, la mayoría de los musulmanes y
sus instituciones
religiosas y estatales consideran apóstata al musulmán que abandona
su religión. Aunque no todas las leyes de los países arabomusulmanes
mencionan la ejecución del apóstata según el hadiz "A quien cambie de
religión, matadlo", todos lo consideran civilmente muerto: le impiden
casarse, lo separan de su mujer y sus hijos, lo privan de su derecho a
la
herencia y liquidan su herencia, lo privan de su trabajo y
lo obligan prácticamente a irse de su país para escapar a la muerte.
Tengamos en cuenta aquí que, al contrario de quien abandona el islam,
quien se convierte al islam es bien acogido. Esto significa que la
libertad religiosa es unilateral.
Minorías religiosas
Es verdad que los musulmanes reconocieron a las
gentes del libro. El Corán establece a tal efecto lo que se denomina
el sistema de leyes privativas. Las comunidades reconocidas, a saber,
los judíos, los cristianos, los sabeos y los zoroástricos,
llamados gentes del libro, pueden vivir conforme a sus leyes, si pagan
el tributo de los vencidos (la yizia) y se someten a restricciones
contrarias a los derechos del hombre. Por ejemplo, un cristiano no
puede
casarse con una musulmana, a menos que se convierta al islam,
mientras que el musulmán tiene derecho a casarse con una cristiana. No
pueden convertir a un musulmán a su religión, mientras que los
musulmanes pueden convertirlos al islam. Miles de cristianos que
trabajan en Arabia Saudí tienen prohibido practicar su religión y
tener iglesias, mientras que ese país construye mezquitas en Occidente.
Recientemente, el más alto funcionario religioso saudí emitió una fetua
en la que aboga abiertamente por la destrucción de todas las iglesias
en los países árabes de la Península Arábiga que las toleran. Por otro
lado, las gentes sin libro sagrado no fueron reconocidas. Según la
ley musulmana, solo tienen opción entre el islam y la espada, razón por
la cual alrededor de 80 millones de hindúes fueron masacrados por
musulmanes. Aún hoy, los países arabomusulmanes se niegan a
reconocer a los bahaís. El ejemplo de los yazidíes en Irak está
presente en la mente de todos.
Sanciones corporales e integridad física
Varios países musulmanes aplican sanciones como
la flagelación, la amputación, la lapidación y la ley del talión
(ojo por ojo y diente por diente), con base en las normas islámicas.
Estas sanciones son contrarias a los derechos humanos. La principal
razón por la que los países arabomusulmanes no llegan a abolir la pena
de muerte es la mención de esta sanción en el Corán, a pesar de que el
número de delitos punibles con la muerte en el Corán sea muy reducido
en
comparación con el número de delitos contra los que las leyes de
esos países prevén tal sanción.
6. Regreso de los integristas musulmanes
La situación actual de los derechos humanos en
los países musulmanes está lejos de ser favorable. Pero, ¿qué nos
prometen los integristas musulmanes en términos de derechos
humanos?
Los círculos integristas quisieran que la
dualidad que existe en el sistema legal de los países musulmanes
desaparezca en favor de la aplicación exclusiva del derecho musulmán.
Para ellos, no es posible ser ecléctico, tomando una parte del derecho
musulmán y haciendo la vista gorda sobre el resto. El Corán afirma a
este
respecto:
"¿Creéis entonces en una parte del libro y no
creéis
en la otra parte? La retribución de los que entre vosotros hagan esto
no
será más que ignominia en esta vida, y en el día de la resurrección
serán conducidos al castigo más fuerte. Dios está atento a lo que
hacéis"
(Corán 2,85).
Los integristas no critican las violaciones
actuales de los derechos humanos causadas por las normas islámicas. Por
el contrario, piden a los regímenes políticos que adopten posiciones
más compatibles con su concepción de la religión y el Corán, y que
abandonen las leyes vigentes. Algunos movimientos integristas
incluso han elaborado proyectos de constitución de acuerdo con su
concepción. Lo que ha hecho el Daesh es, de hecho, la aplicación
estricta del derecho musulmán clásico, que se encuentra incluso en
Averroes, considerado, sin embargo, un filósofo ilustrado. En el plano
jurídico, no difiera en nada de lo que hace el Estado Islámico
hoy.
Pero en ese plano, sería necesario salir del
marco reducido de los movimientos islamistas. En Egipto, se han
presentado al parlamento numerosos proyectos de código penal. La más
importante es el de 1982. La comisión encargada de su redacción estuvo
integrada por "la élite de los eruditos de Al-Azhar, por profesores
universitarios y
y por jueces". Estos eruditos trabajaron durante 40 meses para
poner 630 artículos, acompañados de una imponente memoria de 230
páginas de gran formato donde encontramos toda la panoplia de delitos y
castigos islámicos: ley del talión (vida por vida, ojo por ojo,
etc.), lapidación por adulterio, muerte en la horca por apostasía,
amputación de manos y pies y flagelación. El presidente de esta
comisión dijo: "Este día es un día de fiesta para nosotros porque
ha cumplido el mayor deseo de todos los miembros de nuestra nación". La
Liga
Árabe preparó un proyecto de código penal similar, aprobado en 1996 por
todos los ministros de justicia árabes. Lo mismo ocurrió con el Consejo
de Cooperación del Golfo. Podemos entonces preguntarnos ¿dónde está la
línea de demarcación entre las instituciones estatales y los
movimientos islamistas?
Pero, ¿hasta dónde irán los islamistas? No
hace falta decir que estos movimientos quieren aplicar el derecho
musulmán
y, ante todo, el derecho penal. Pero el derecho musulmán no se limita a
esto
último, y cubre prácticamente todos los aspectos de la vida, incluyendo
los aspectos culturales y las relaciones entre los países musulmanes y
los no
musulmanes, regidas generalmente por las normas de la yihad, que tienen
como objetivo conquistar el mundo y someterlo al derecho musulmán.
Mencionemos tres áreas a las que en general se les presta poca
atención: la
circuncisión femenina, las estatuas y la esclavitud.
Buda de Bamiyán antes y después de 2001
En
cuanto a las estatuas, todos recordamos la
destrucción de las estatuas gigantes de Buda por los talibanes de
Afganistán en 2001, en aplicación de las normas islámicas que de hecho
reproducen el segundo mandamiento de los judíos. ¿Hay riesgo de que
esto
se repita con los movimientos islamistas? Nada puede excluirlo. Hoy, en
India, los musulmanes llaman a la destrucción de las deidades hindúes.
En las Maldivas, manifestantes musulmanes han destrozado estatuas
budistas. Al-Qaradawi, principal ideólogo de los Hermanos Musulmanes,
apoya abiertamente en sus escritos, sin la menor ambigüedad, la
destrucción de las estatuas. Invocando a este último, los salafistas
egipcios piden la destrucción de las estatuas faraónicas y de las
pirámides.
En cuanto a la esclavitud, es una contraparte
de
la yihad. Como resultado de la guerra, los enemigos, hombres, mujeres y
niños, son reducidos a la esclavitud, forman parte del botín de guerra,
y
se convierten en mercancía que se compra y se vende en los mercados
como el ganado; de unos se sirven para el trabajo y de otros como
objeto sexual. El derecho musulmán dedica amplios capítulos a esta
institución,
aunque el Corán prevea su liberación para expiar ciertos delitos.
Esta institución fue conocida por todas las civilizaciones y solo se ha
abolido tardíamente, incluso en los países musulmanes, bajo la presión
de los países occidentales. A pesar de esta abolición, todavía hay
nostálgicos de la esclavitud. El profesor egipcio Ahmed Hamad
Ahmed, doctor por la Sorbona, propuso una ley uniforme para los
ejércitos islámicos en la que explica que está permitido reducir a
esclavitud a las mujeres del enemigo y distribuirlas entre los soldados
musulmanes. Esta ley, según este profesor, debería sustituir a las
Convenciones de Ginebra. El jeque Salah Abu Ismail, exparlamentario
egipcio y padre de uno de los candidatos a la presidencia de Egipto,
defiende la misma idea, que se puede encontrar en varios vídeos
recientes publicados en Internet. Escuchamos ahí palabras que
estremecen, que demuestran cómo a los medios religiosos les
resulta difícil apartarse de las normas islámicas clásicas. Y ya
sabemos
lo que ha hecho el Daesh en Irak y en Siria con las mujeres yazidíes
vendidas
como esclavas.
7. Propuestas de los liberales musulmanes
Antes de exponer su punto de vista,
conviene saber que estos
liberales son pocos, los que hablan lo hacen a menudo con muchas
precauciones, y lo que ellos escriben no se enseña en las universidades
árabes y
suele difundirse muy poco.
Para entender la posición de los liberales
musulmanes, es necesario saber que el derecho musulmán se compara con
un
árbol y se divide en dos partes: las raíces y las ramas. La sección de
raíces responde a las siguientes preguntas: ¿quién hace la ley? ¿Dónde
se encuentra? ¿Dónde y cuándo aplicarla? ¿Cómo interpretarla? ¿Cuál es
su
objetivo? Todo se basa en la idea de que la revelación es la principal
fuente del derecho y, por tanto, es inmutable. En cuanto a las ramas,
se trata de los dominios cubiertos por el derecho musulmán en sentido
amplio:
oración, limosna, ayuno, peregrinación, derecho de familia, sucesiones
y testamentos, contratos, sanciones, poder, guerra.
Las violaciones de los derechos humanos afectan a
las
ramas, pero para hacer que cesen hay que atacar a las raíces. Esto es
lo que
hacen los liberales musulmanes:
Distinción entre el Corán de La Meca y el Corán de
Medina
El Corán contiene normas que son francamente
contrarias a los derechos humanos. Atribuir el Corán a Dios es
perjudicial para Dios. Para salvar el honor de Dios, el pensador
sudanés Mahmud Muhammad Taha en su famosa obra El segundo mensaje
del islam (traducida al francés con el título Un islam à
vocación
libératrice), obra prohibida en todos los países árabes y
musulmanes,
propone dividir el Corán en dos: el Corán mequí (revelado en La
Meca entre 610 y 622) y el Corán mediní (revelado en Medina entre
622 y 632). Esta división es conocida entre los grandes eruditos
religiosos musulmanes, pero él introdujo una distinción radical:
considera
que el Corán mequí abroga el Corán mediní. Al dividir el Corán
en dos y abrogar el Corán de Medina, Taha pone fin a las normas que
este último que
contiene relativas a las crueles sanciones islámicas, a la desigualdad
entre hombres y mujeres, a la desigualdad entre musulmanes y no
musulmanes, a la esclavitud, a los cautivos de guerra y a otras normas
bárbaras, contrarias a los derechos del hombre.
El objetivo de Taha era en realidad sacar a Dios
del atolladero del Corán y encontrar una solución honorable para los
musulmanes. Pero Al-Azhar y otras instituciones religiosas musulmanas
no
lo entendieron así, e hicieron todo lo que estaba en sus manos para
denunciar a Taha ante las
autoridades sudanesas, que terminaron por ahorcarlo el 18 de enero de
1985.
Distinción entre el Corán y los relatos de
Mahoma
Las violaciones de los derechos humanos también
se derivan de la segunda fuente del derecho musulmán, a saber, la
tradición de Mahoma, la sunna, recogida en las colecciones de
relatos de Mahoma. Para desembarazarse de ellas, hay una corriente que
estima que el
Corán es la palabra de Dios y es lo único que hay que obedecer. En
cuanto a los relatos, o hadices, escritos más de 200 años después de la
muerte de
Mahoma, fueron inventados y se le atribuyeron falsamente, por lo que no
deben seguirse. Entre los partidarios de esta corriente figura el
egipcio Rashad Khalifa. Publicó un folleto rechazando los relatos de
Mahoma y considerándolos como palabras humanas, incluso como una
invención de Satanás. Una serie de fetuas lo tildaron de apóstata y
terminó
siendo asesinado en 1990 por un musulmán en Estados Unidos. Los
seguidores de esta tendencia se denominan coranistas, y su jefe
es
Ahmed Subhi Mansour. Detenido varias veces en Egipto, huyó a Estados
Unidos. También mencionaremos a Jamal Al-Banna, hermano menor de Hassan
Al-Banna, fundador de los Hermanos Musulmanes.
Aceptación del Corán y la Sunna en su época y
adopción de leyes adecuadas a nuestra sociedad
Esta corriente se basa en la idea de que el
profeta Mahoma es el sello de los profetas, según el versículo 33,40,
un versículo interpretado en el sentido de que Dios no ve la necesidad
de enviar mensajeros a la humanidad después de Mahoma, dejando a la
humanidad libre en la determinación su destino. Esto se puede comparar
con
el bebé que es amamantado y alimentado con biberón, que, una vez
destetado y crecido, tiene que valerse por sí mismo para comer. Siguen
esta
opinión el pensador egipcio Mohamed Ahmed Khalaf-Allah y al
pensador tunecino Abdel-Majid Charfi.
Esto recuerda la primera carta de Pablo a los
corintios: "Cuando era niño,
hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero al
hacerme adulto abandoné las niñerías" (1 Corintios 13,11).
Abolición del concepto de revelación
Las tendencias mencionadas intentan
poner el acento en el respeto a la ley de Dios, o tienden a eludirla o
interpretarla. Otros estiman que debemos acortar el camino y rechazar
pura y simplemente la idea de la revelación y de los profetas, a fin de
otorgar al hombre el
derecho a la autodeterminación, en lugar de estar sometido a una
misteriosa voluntad externa. Recordamos en este orden de ideas al
médico y filósofo Muhammad Ibn Zakariya Al-Razi (fallecido alrededor
del año 923), que es una de las mayores figuras de la vida intelectual
islámica de todos los tiempos según el profesor Abdel Rahman Badawi.
Al-Razi escribió un libro titulado Las mentiras de los profetas,
del
que solo nos quedan extractos recogidos por sus adversarios. También
escribió la
famosa obra La medicina espiritual. De estos escritos se
desprende que Al-Razi
pone el acento en la razón, la cual basta para distinguir el bien del
mal
sin necesidad de profetas para dirigir los humanos. Al-Razi afirma:
"Dios nos proporciona lo que necesitamos saber,
no como la concesión arbitraria y sembradora de discordia de una
revelación
particular, portadora de sangre y disputas, sino en forma de la razón,
que pertenece a todos por igual. Los profetas son a lo mejor
impostores, perseguidos por la sombra demoníaca de espíritus
inquietos y envidiosos. Sin embargo, el hombre ordinario es
perfectamente
capaz de pensar por sí mismo y no tiene necesidad de ninguna guía de
nadie.
Cuando se le pregunta si un filósofo puede seguir
una religión revelada, Al-Razi responde:
"¿Cómo puede alguien pensar de manera filosófica
si
confía en esas historias de viejas, basadas en contradicciones, en
ignorancia contumaz y dogmatismo?"
Entre los pensadores contemporáneos, se
mencionará en particular al filósofo egipcio Zaki Najib Mahmud quien,
para tener una nueva sociedad, pide desarraigar la idea árabe según la
cual el cielo ordena y la tierra debe obedecer; el creador ha
planificado
y la criatura debe contentarse con su suerte y su destino, y lo
transmitido prevalece sobre la razón cuando esta última entra en
conflicto con lo transmitido.
Posición de Hussain Fawzi
Es un gran intelectual egipcio, casado con una
bretona, que conocí el 8 de septiembre de 1977. Le pregunté cómo lidiar
con los movimientos islamistas que exigen la aplicación de los libros
sagrados transmitidos por Dios a los profetas. Él me respondió que Dios
creó a la humanidad en seis días y luego se fue a descansar el séptimo
día, como dice la Biblia. Como juzgó que había hecho bien todo lo que
se había propuesto, ya no era necesario volver al trabajo al octavo día
y continuó descansando. Por consiguiente, todos los profetas venidos
después del sexto día no pudieron haber sido enviados por Dios. Estos
profetas no disponen de ningún mandato divino, sino que manejan en
nombre de Dios para
dominar mejor a los demás y hacer callar a sus oponentes. Este autor me
confesó, sin embargo, que no sería capaz de de efectuar tales
comentarios a la
gente. El gobierno no tiene otro medio que andarse con rodeos.
En cuanto a los argumentos de la corriente
integrista, hay que responder que las cosas han cambiado.
Suponiendo que Dios haya revelado el Corán, no puede haber revelado
algo
inmutable. Hace falta readaptar su revelación a la vida moderna.
¿Qué piensan los integristas sobre los
musulmanes liberales?
Como se puede imaginar, los islamistas no aceptan
las ideas que hemos mencionado. Estos últimos no dudan en calificar a
los
seguidores de la laicidad como ateos, incrédulos, traidores. Citemos
aquí a Al-Qaradawi:
"El laico que rechaza el principio de la
aplicación
del derecho musulmán no tiene del islam más que el nombre. Es un
apóstata sin
duda alguna. Debe ser invitado a arrepentirse, exponiéndole, con
apoyo de pruebas, los puntos de los que duda. Si no se arrepiente, se
le
juzga como apóstata, se le priva de su pertenencia al islam –o, por así
decirlo, de su "nacionalidad musulmana"–, se le separa de su esposa y
sus
hijos, y se le aplican las normas relativas a los apóstatas
recalcitrantes, en esta vida y después de su muerte."
8. Impacto de la concepción islámica en
Occidente
El derecho musulmán clásico divide el mundo en
dos: Dar al-islam (Tierra del islam) y Dar al-harb (Tierra
de la guerra; o Dar
al-kufr: Tierra de la incredulidad). En caso de debilidad de los
musulmanes, Dar al-harb puede beneficiarse de un tratado de paz
temporal (que no debe exceder los diez años) y convertirse así en Dar
'ahd (tierra de tratado). El objetivo final del islam es extenderse
por todo el planeta. Si miramos los escritos de los antiguos juristas
musulmanes, vemos que se oponían a la estancia de los musulmanes en la
Tierra de la guerra, y les pedían que la dejaran para establecerse en
la Tierra del islam, a fin de que pudieran aplicar la ley islámica.
Pero,
con la evolución de la situación económica y social, los musulmanes han
emigrado hacia países occidentales en busca de una vida mejor o para
estudiar.
División religiosa del mundo en el derecho
musulmán.
Estos inmigrantes musulmanes han traído sus
costumbres lo mismo que su vestimenta. Incluso cuando intentan
adaptarse a su
nuevo entorno no musulmán, algunos tratan de vivir a su manera de
acuerdo con sus creencia religiosa. Esto da lugar a conflictos entre
inmigrantes musulmanes y el sistema jurídico y social de los países
de acogida occidentales. Damos aquí algunos ejemplos de estos
conflictos:
Libertad religiosa
Los musulmanes en Occidente intentan predicar
sus
creencias religiosas a través de la persuasión, y tienen derecho a
hacerlo. Han logrado atraer a muchos occidentales a su religión. Sin
embargo, se les reprochan ciertos métodos que consisten en pescar en
aguas turbias.
Este es el caso cuando ejercen presión contra alguien que quiere
casarse con una musulmana, exigiéndole que se convierta al islam.
Las mujeres cristianas también se sienten indirectamente obligadas a
hacerse musulmanas para no perder la tutela de sus hijos y para no
verse privadas de la herencia de sus maridos musulmanes. Al contrario
de la libertad de la que disfrutan los musulmanes para difundir su
religión
en Occidente, ellos rechazan reconocer la misma libertad a los demás.
El
musulmán que se atreve a cambiar de religión incluso en Occidente vive
con miedo constante a los musulmanes.
Matrimonio
Los países occidentales no aceptan el
impedimento
al matrimonio por motivos de disparidad religiosa. Así, muchos
hombres musulmanes se han casado con mujeres cristianas en
Occidente. Sin embargo, estos musulmanes se niegan a permitir que sus
hermanas o sus hijas se casen con no musulmanes, a menos que se
conviertan
al islam. El matrimonio sin haberse convertido conduce a problemas que
terminan con algunos musulmanes a la cárcel después de ataques contra
las
musulmanas, su secuestro y agresiones contra sus maridos cristianos.
Velo
¡Rachid Nekkaz, musulmán de nacionalidad francesa
y argelina, candidato a las elecciones presidenciales en Francia, en
2012, paga las multas de las mujeres que violen esta ley sin que él se
preocupe!
Lamentablemente en las votaciones del 7 de marzo,
las organizaciones feministas, suizas, se opusieron a la iniciativa
popular que prohíbe el ocultamiento del rostro, mientras que las
mujeres musulmanas luchan por deshacerse de esta camisa de fuerza. Nos
preguntamos si estas mujeres suizas no padecen el síndrome de
Estocolmo. Resultado: solo el 51,2% votó a favor de esta iniciativa
que considero una victoria no solo para Suiza, sino para todo Occidente
y todas las mujeres musulmanas. El colmo es que las Iglesias, el
Consejo Federal, Amnistía Internacional y la ONU han condenado esta
iniciativa. El mundo está definitivamente al revés.
¿es que a las mujeres suizas les gusta
transformar a las
musulmanas en tiendas de campaña ambulantes, como las llamaba Sadat, o
en una bolsa
de basura, o en un disfraz de carnaval?
Se tapa la basura, pero no una flor. Alguien me
dijo que si uno tiene un tesoro lo esconde, no lo expone. Le respondí:
¿por qué no escondes, tesoro mío? ¿Te consideras una basura?
Cementerios
No todos los países occidentales aceptan
los cementerios religiosos, que son una especie de discriminación
religiosa
y de diferenciación entre personas sobre la base de la religión. Los
musulmanes, incluso los casados con cristianas, que han vivido con
ellas en la misma cama durante muchos años y con las que han tenido
hijos, se niegan a ser enterrados en el cementerio común junto a sus
esposas. Parten de la idea de que Dios tortura a los incrédulos en sus
tumbas y por lo tanto no deben estar cerca de ellos. Por eso los
musulmanes en Suiza exigen cementerios separados. Sin embargo, sus
demandas a menudo son rechazadas. Francia está cediendo cada vez más
a una demanda tan discriminatoria como esa. Creemos que estas demandas
violan la
ley que prohíbe la discriminación y, por consiguiente, el Estado debe
rechazarlas.
Circuncisión masculina y femenina
Si
la circuncisión masculina no parece molestar
demasiado a los países occidentales, ocurre lo contrario con la
circuncisión femenina. Sin embargo, esta se practica mayoritariamente
en
mujeres musulmanas, y la creciente presencia de la comunidad musulmana
en Occidente plantea un problema a este respecto. Así, vemos que en
Bélgica el número de mujeres sometidas a escisión aumenta
constantemente; un
estudio ha demostrado que 1.975 niñas pequeñas corren el riesgo de
sufrir escisión en ese país. En Londres, 3.500 niñas corren el riesgo
de sufrir la escisión cada año.
Riesgo de secesión
Un
buen musulmán es aquel que obedece a un jefe musulmán, está sometido a
la ley musulmana y es juzgado por un
juez musulmán. Podemos ver que estas dos últimas exigencias están en
vías de cumplirse, con los musulmanes buscando evadir la aplicación
de las leyes de los países occidentales donde viven y someterse a
los tribunales religiosos. Pero no debemos minimizar la primera
exigencia. Lo que ocurrió en Kosovo amenaza con repetirse en otros
países como Francia, especialmente en Roubaix y en Marsella. En una
entrevista, un representante de la comunidad musulmana en Roubaix no ve
ningún problema en que las sanciones islámicas (incluida la lapidación)
se apliquen allí si los musulmanes se convierten en mayoría. La
expresión territorios perdidos se utiliza cada vez más para designar
regiones que escapan al control directo de las fuerzas de orden público.
En Gran Bretaña, los islamistas ya llevan tiempo
reclamando
el establecimiento de Estados independientes con aplicación de la ley
islámica en Dewsbury, Bradford y Tower Hamlets.
Además, los islamistas están intensificando la
creación de zonas de la saría prohibidas a los no musulmanes en
las
ciudades de Europa. La mayor parte de estas zonas funcionan como
microestados gobernados por la saría. De hecho, las autoridades
de
los países de acogida han perdido el control de estos barrios y, en
varios casos, ya no tienen acceso los servicios públicos, como la
policía, los bomberos y las ambulancias.
En Bélgica, el grupúsculo Sharia4belgium
informa en un vídeo de su intención de crear una república islámica
belga y aconseja a los belgas que no quieren la aplicación de la saría
islámica que busquen otro país. Añade que su objetivo es partir de
Bélgica para conquistar el resto del mundo.
9. Propuestas de los occidentales
Diálogo religioso islamo-cristiano
Durante varias décadas, los cristianos han
organizado reuniones con los judíos y los musulmanes para encontrar un
terreno de entendimiento con ellos. Pero estos diálogos religiosos no
han conducido a ningún resultado
en el respeto a los derechos humanos. Hasta la fecha, no han resuelto
el problema de los matrimonios mixtos, que se agrava día tras día. La
razón de la ausencia de resultados es la falta de franqueza y el
dominio
del miedo sobre estos diálogos. Todos son reacios a abrir debates que
les pongan fin. Yo mismo he participado en varios de estos diálogos, y
puedo
decir, sin exagerar, que el único interés de estos diálogos es viajar y
comer a expensas de los anfitriones.
Soluciones legislativas
Frente a las demandas musulmanas de aplicar su
ley incluso en los aspectos en que son contrarias a los derechos
humanos, los
occidentales creen que esa ley entra en colisión con el orden público y
la
constitución. Los musulmanes no tienen derecho a imponer su ley a los
occidentales, porque eso significaría el derrocamiento de la democracia
en
Occidente. Por esto, algunos llaman a una posición más firme con los
musulmanes, y piden por ejemplo el rechazo a darles la nacionalidad o
concederles el asilo político, a menos que acepten respetar la
constitución, las leyes nacionales y los derechos del hombre. Algunos
llegan a proponer su expulsión a los países de origen,
porque los musulmanes no pueden aceptar las leyes occidentales
contrarias a
la ley islámica. Y es bien sabido que una corriente musulmana tiene
como objetivo imponer la ley islámica no solo a los musulmanes en
Occidente, sino también a los no musulmanes y transformar los países
occidentales en países musulmanes.
Soluciones preventivas en materia de
matrimonios mixtos
Los matrimonios mixtos constituyen una de los
ámbitos de colisión entre el derecho occidental y la ley musulmana.
Dado que
no se puede impedir que un musulmán se case con una cristiana, uno
quisiera exigir al marido musulmán un compromiso por escrito de
respetar la ley occidental y respetar lo que ha acordado con su esposa
en todos los asuntos, incluido el respeto a la libertad de religión de
la mujer y los hijos, derechos recíprocos entre los cónyuges, así como
en el
lugar de sepultura, a fin de evitar conflictos entre las creencias
religiosas del marido musulmán y los derechos humanos.
Formación de los imanes
El principal problema en Occidente hoy es saber
hasta
qué punto podemos impedir que la corriente islámica integrista
imponga su voluntad a los musulmanes que viven en Occidente para
obstaculizar su integración en la sociedad. Esto requiere la formación
de imanes cualificados que respeten la ley occidental y, al mismo
tiempo, ayudar a los musulmanes a aceptar la concepción laica
compatible con la concepción occidental de la ley. Para llegar ahí,
hace falta primero una mejor comprensión del pensamiento islámico, a
fin de poder
tratar con los musulmanes de manera racional y no emotiva. Pero
Occidente no está preparado para tal situación, porque sus
universidades no enseñan el derecho musulmán de manera crítica y no le
prestan
mucha atención.
Revisar la noción de revelación
Para los judíos, los musulmanes y los cristianos,
parece que Dios llegó a la menopausia. Produjo profetas durante un
período determinado, y después
nada.
A ejemplo de filósofos musulmanes como Al-Razi,
Zaki
Najib Mahmud y Hussain Fawzi, algunos exigen la reapertura del debate
filosófico sobre la relación entre la religión y y la ley en general.
Revisar la noción de revelación significa abolir la santidad
de los libros sagrados, que se convierten así en simples obras
históricas,
adscritas a un tiempo y un lugar dados. Revisar la noción de
revelación restaura el derecho del hombre a determinar su propio
destino.
Estar en guardia contra los libros sagrados
Prácticamente todos los países del mundo han
tomado
medidas para limitar los peligros del tabaquismo para la salud física.
Así, se exige que los paquetes de cigarrillos lleven la leyenda
"Fumar perjudica seriamente la salud", se prohíbe la venta de
cigarrillos a los menores y se prohíbe fumar en los lugares públicos:
administración estatal, aeropuertos, estaciones de tren, restaurantes,
etc.
En diversos grados, todos los países del mundo
imponen restricciones a la distribución de algunas obras y a la
difusión de películas pornográficas o violentas.
No se puede negar la influencia positiva y
negativa de los libros sagrados en el comportamiento de sus seguidores
a lo largo de la historia. Podemos comparar los libros sagrados con un
cuchillo de cocina que puede servir para preparar comidas,
para suicidarse o herirse uno mismo y para herir a otros.
Está claro que no podemos prohibir el uso de
cuchillos, pero toda madre de familia que se precie tiene cuidado de
que este
instrumento no caiga en manos de su niño. ¿Qué hacer entonces con los
libros sagrados? ¿Habría que dejarlos a disposición de todos,
prohibirlos, o simplemente advertir a la gente sobre sus peligros?
Hasta
el día de hoy, los libros sagrados son de libre acceso. Pero sepamos
que algunos ya han pensado en prohibirlos, o al menos en
ponerles una advertencia para los lectores. Debemos señalar a este
respecto
la Petición de Calcuta sobre el Corán, que buscaba que se prohibiera la
distribución
del Corán en India. Otros preconizan quemar el Corán, o algunas
hojas del Corán. Kazajistán ha prohibido varios capítulos del Corán.
Los estudiantes
iraníes han difundido un vídeo en el que queman el Corán.
Estoy contra cualquier prohibición de libros,
pero estoy a favor de la idea de educar a la gente e iluminarlos para
que no sean víctimas de su ignorancia. Si se pusiera una advertencia en
la
Biblia o el Corán, señalando los versículos que plantean problemas
desde el punto de vista de la ley y la moral, esto suscitaría el debate
y abriría los ojos a la gente. Esto
se aplicaría no solo a las obras publicadas o impresas en los países en
cuestión, sino también a las obras importadas o exportadas, incluida la
Biblia en hebreo y el Corán en árabe usado en los lugares de culto o en
la
enseñanza. Para anclar mejor una advertencia así en la ley, habría que
someter estos dos libros a instancias como el Consejo de Estado, la
Comisión de Derechos Humanos de la ONU, o el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, para que puedan emitir su dictamen sobre estos dos
libros. Señalemos que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya
ha dictaminado que la ley islámica es incompatible con la democracia y
los derechos del hombre. Se trata, de hecho, de una condena indirecta
del Corán que
constituye la principal fuente del derecho musulmán.
En cualquier caso, habría que prohibir la
distribución del Corán en el orden actual y exigir que los capítulos se
ordenen
cronológicamente, a fin de que la gente pueda distinguir entre el trigo
y la
cizaña, en lugar de tener versículos revueltos. En mi edición del
Corán, pongo una advertencia al principio.
Salas polivalentes en lugar de
mezquitas/palacios nidos de terrorismo
Hay varios hechos que demuestran que las
mezquitas se utilizan en Occidente para predicar la aplicación de la saría,
y hasta el terrorismo, ya sea en Gran Bretaña, Francia,
Alemania o Estados Unidos. Después de todo, en el islam la fe y la ley
son siameses inseparables. En lugar de construir mezquitas/palacios
nidos del terrorismo, sería preferible construir salas polivalentes que
se
puedan utilizar para diferentes actividades sociales, incluido el culto
de todas las comunidades religiosas. Esto evitaría las polémicas sobre
la construcción de minaretes como la que tuvo lugar en Suiza, puesto
que una sala
polivalente no tiene ni campanario, ni minarete, permite una apertura
de las
comunidades religiosas entre sí, y facilita el control sobre lo
que allí ocurre. En Francia, la Gendarmería nacional descubrió que
alrededor de la mitad de los equipos de interferencia de
dispositivos GPS vendidos en el mercado los utilizaban por dirigentes
religiosos en las mezquitas francesas.
Por supuesto, se nos puede objetar que los judíos
y los
cristianos tienen sus iglesias. Respondo que los antiguos egipcios
también tenían sus pirámides, y eso no una razón para construir más
pirámides.
Prohibición de los grupos integristas
En Francia y en otros sitios, los grupos
islamistas utilizan la democracia para destruirla, abogando por la
aplicación de la saría, o incluso por la guerra armada. Un
grupo
islamista en Francia no duda en anunciar en su sitio de Internet:
"Buscamos todo
tipo de competencias pero sobre todo las de soldados". Este grupo no
excluye
el recurso a la lucha armada en Francia. Estos grupos no deberían
tolerarse en un país como Francia.
10. Justicia en el plano internacional: el caso de
Emaús
Encontrar una solución en Oriente Próximo.
Emaús en 1958, 1968, 1978. 1088
Ocupado en 1967, fue arrasado por Israel y
transformado en Parque Canadá con la ayuda de judíos canadienses. Sus
habitantes fueron expulsados por el ejército israelí porque no eran
judíos.
Listas de judíos canadienses que costearon el Parque Canadá mostradas
en el parque:
Pido que Canadá y los judíos canadienses exijan
la retirada del nombre del Parque Canadá y el retorno de los habitantes
de Emaús.
Estoy a favor de un solo Estado con iguales
derechos
para todos y el derecho a regresar de los refugiados palestinos
expulsados en
1948 y 1967 y después. Estoy en contra de un
Estado judío y un Estado musulmán. Los 70 años de conflicto se pueden
resolver en siete minutos: que los judíos abandonen la idea de un
Estado judío,
y los musulmanes abandonen la idea de un Estado musulmán.
Tal solución reduciría en gran medida las
tensiones entre Occidente y los musulmanes. Pero, ¿quieren los
occidentales la
paz? El propósito de la creación de Israel ¿era mantener una
inestabilidad continua, desembarazarse de los judíos y mantener
funcionando las industrias de armamento?
Recordad que, tras el atentado fallido contra
Hitler, los
periódicos estadounidenses condenaron a los que estaban detrás del
atentado. El asesinato de Hitler significaba el fin de la guerra y la
parada
de la industria de armamento.
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