Las nuevas tecnologías sacuden la historia del islam

YVES MONTENAY





La inteligencia artificial está sacudiendo la historia del nacimiento del islam porque permite relacionar una gran cantidad de documentos.


La historia del islam se siente segura y bien conocida, al menos para los creyentes. Esta historia es oficial y tocarla se considera una blasfemia y, por lo tanto, se castiga con la muerte en muchos países musulmanes.


Sin embargo, es cuestionada por algunos investigadores, apoyados por los avances en inteligencia artificial.



¿Por qué es tan importante la historia del islam?


El debate sobre el origen de los textos sagrados del islam es tan antiguo como esta religión, pero ha repuntado recientemente gracias a las nuevas tecnologías que permiten un análisis masivo de los textos de los siglos VII, VIII y IX.


Este debate es importante no sólo porque es una oportunidad para avanzar en el conocimiento histórico, sino también porque el islam está bajo la presión de corrientes, en particular salafistas, que abogan por una vuelta "a los fundamentos de la religión", "al modo de vida del profeta", etc.


Estas corrientes están apoyadas en particular por la poderosa propaganda saudí y ponen en peligro a los regímenes políticos de países musulmanes moderados como Senegal, Indonesia y muchos otros. Ahora bien, si se ponen en cuestión estos fundamentos, en particular la vida del profeta, este "retorno a las fuentes" vacía de sentido la argumentación de los activistas.


Otra razón del interés de este debate es la aparición de grupos de musulmanes y exmusulmanes modernistas, agnósticos o ateos, tanto en países más o menos laicos (Occidente, pero también India y otros), como en países oficialmente musulmanes.


Estos grupos se enfrentan a una fuerte presión social, familiar o política, y necesitan poder apoyarse en argumentos que les den cierta libertad intelectual.


En este artículo, primero expondré las nuevas tecnologías que permiten efectuar estos análisis históricos.


Recordaré luego la historia oficial a la que se adhieren hoy casi todos los que conocen el islam, sean musulmanes o no.


Finalmente, presentaré las conclusiones de las diversas corrientes intelectuales que han analizado este período.



Una nueva herramienta de análisis histórico: la inteligencia artificial


La inteligencia artificial está sacudiendo la historia del nacimiento del islam, porque permite relacionar una gran cantidad de documentos.


Así podemos, por ejemplo, fechar el nacimiento de tal idea analizando las lenguas en uso en ese momento y su evolución a lo largo del tiempo.


También podemos correlacionar formulaciones muy dispersas entre las regiones de Oriente Medio y sus diversas lenguas y religiones, que un investigador erudito no tiene tiempo de hacer aunque le dedicara toda su vida.


Pensemos, por ejemplo, en la producción de múltiples obispados rivales de los cristianos de estos tres siglos que vieron el establecimiento de la dominación árabe. De hecho, el Medio Oriente, incluyendo Arabia, era en gran parte cristiano en ese momento y también estaba salpicado de comunidades judías.



La historia oficial del islam


Esta historia oficial se basa en el Corán "dictado por Dios a Mahoma", la Sîra o biografía que narra la vida de Mahoma, y ​​los hadices, transmisión oral de las palabras de Mahoma, transmitidas de boca en boca durante generaciones antes de ser puestas por escrito.


Obviamente, son estos últimos, los hadices, los que son considerados por todos, incluidos los musulmanes, como la fuente menos fiable, y los eruditos persas hicieron una selección que eliminaba la mayor parte del millón y medio (!) de hadices y clasificaba los miles restantes como más o menos ciertos.


El Corán mismo se divide tradicionalmente en suras, conjuntos de versículos del Corán, unos "mecanos" y "medineses".


Las suras "mecanas" fueron recibidas de Dios cuando Mahoma era el marido de una rica comerciante de La Meca y podía retirarse a meditar en el desierto.


Su contenido es más bien religioso, comenzando con la proclamación de un solo Dios, frente a los ídolos y la Trinidad.


Por el contrario, las suras "medineses" se recibieron en la época en que Mahoma, viudo y exiliado, se había convertido en jefe de una comunidad basada en Medina.


Entonces, establecen reglas concretas de la vida social: relaciones con otros grupos, en particular judíos, reglas jurídicas para el testimonio, la herencia, etc.


No voy a tratar aquí del contenido religioso o jurídico del Corán, que además es difícil de entender por su lengua arcaica, sus alusiones imprecisas y sus parábolas. Por ejemplo, los exegetas a menudo discrepan sobre la naturaleza de los enemigos denunciados (¿cristianos? ¿idólatras? ¿tribu enemiga?), ambigüedades que aparecen en las traducciones.


Sólo quiero señalar aquí la impregnación del mundo musulmán y de la mayoría de sus estudiosos por esta historia oficial.



Su profundo anclaje en las mentes


La impregnación de las mentes comienza en general al comienzo de la enseñanza primaria o en las escuelas coránicas. El aprendizaje de las letras árabes se hace a menudo a partir del comienzo del Corán, que los niños memorizan sin comprenderlo, lo que lo convierte en una referencia común profundamente arraigada.


Esa historia oficial especifica que el Corán fue redactado en el año 647, o sea, 15 años después de la muerte de Mahoma, sobre la base de los recuerdos o las notas recopiladas por los fieles bajo el control del califa Utmán.


La vida oficial de Mahoma se enseña igualmente a partir de la Sîra.


El aspecto hagiográfico y legendario de este texto salta a la vista para los no musulmanes, pero para el creyente de base es "la verdad pura y simple". Cualquier historia alternativa se considera evidentemente como un ataque a la religión, incluso como una blasfemia castigada con la muerte en muchos países.


Entre un Corán difícilmente comprensible, una Sîra legendaria (no más que la Biblia, dirán algunos) y unos hadices a menudo dudosos, el musulmán de base en última instancia no conoce de su propia religión más que lo que le llega del poder político, a través de los programas escolares o de las instrucciones dadas a los imanes.


Hoy, este conocimiento está siendo completado, o distorsionado, por los telepredicadores en general dependientes de Arabia, por lo tanto, wahabíes.


De ahí, finalmente, una visión tradicionalista en grados muy diferentes según el país, siendo más moderados el sudeste de Asia y el África subsahariana, por diversas razones, entre ellas su desconocimiento de la lengua árabe.


Sus gobiernos son en general distantes del wahabismo… excepto por el interés financiero o por la presión de los activistas.



Las discusiones académicas acerca del origen del islam


Pasemos ahora a las discusiones de los investigadores respecto al origen de estos textos fundacionales y, por tanto, respecto al origen del islam.


He aquí la primera corriente intelectual de estos modernos analistas de la historia.



Los historiadores musulmanes "serios pero cautelosos"


Dejo de lado la enorme literatura tradicional y a menudo hagiográfica, cuyos autores se ponen frenéticos ante la mera posibilidad de analizar las escrituras tradicionales y sobre todo el Corán.


Hablemos, más bien, de la opinión de los historiadores musulmanes que toman nota de las inverosimilitudes o inexactitudes de los textos tradicionales, pero para quienes esto no pone en tela de juicio los fundamentos de la religión... como tampoco la parte legendaria e infundada históricamente de la Biblia no pone en cuestión la fe de judíos y cristianos.


Uno de sus argumentos es que "la ausencia de pruebas no es prueba de la ausencia" y por tanto que todo lo que no se puede verificar históricamente en el nacimiento del islam no es necesariamente falso.


Tomemos el ejemplo de Rachid Benzine, islamólogo y sobre todo autor del libro titulado Finalmente, ¿qué hay en el Corán? (La Croix, 26 de abril 2018). Este artículo alude al antisemitismo musulmán, pero su consejo de hacer una lectura crítica el Corán vale de manera general.


Su reflexión se puede resumir así: "el Corán, al ser palabra de Dios, es aplicable en todos los lugares y todas las épocas, pero no con la misma lectura: los árabes del siglo VII no vivían como nosotros y no sirve de nada retomar la problemas de entonces".


En resumen, es necesario distinguir las grandes líneas de fe de los argumentos y ejemplos que fueron necesarios para convencer a los árabes de hace casi 1.500 años.


Termina con un llamamiento a los imanes: "no encierren a los fieles en un proceso de victimización, sino enséñenles a leer el Corán con ojo crítico".


Este autor me parece representativo de las reflexiones que circulan por las comunidades musulmanas en los países occidentales, particularmente en Francia, después de los atentados de los últimos años.



Los historiadores cristianos militantes


Esta corriente está formada por historiadores cristianos militantes que han encontrado en las modernas técnicas de análisis de los textos elementos que "confirman" una idea muy antigua, que ve en el islam una deformación árabe del cristianismo, por supuesto una deformación herética para ellos.


Resumiendo muy sumariamente, se podría decir que el islam es para ellos una adaptación de textos cristianos destinada a legitimar la dominación árabe.


Uno de los libros que resumen su tesis es El gran secreto del islam.


Sus críticas a la historia musulmana oficial se unen a la de la tercera corriente de la que hablaré ahora.



Los historiadores ateos escépticos


En este contexto, y para simplificar, llamo "ateos" a los historiadores que lo son realmente, o sea, que se comportan como tales dando prioridad al estudio riguroso de los textos sobre sus convicciones.


En particular, consideran que ninguna religión puede probar históricamente que sus textos fundacionales corresponden a la verdad histórica, y por tanto que algunos de los argumentos esgrimidos contra la historia tradicional del islam por parte de los cristianos militantes son también válidos contra el cristianismo y el judaísmo.


Por ejemplo, la fecha y circunstancias de la redacción de los Evangelios, las pruebas de la existencia de Jesús, etc. Pero ese no es mi tema aquí.


En cuanto al análisis de la historia del islam, las corrientes intelectuales "cristianas militantes” y "ateas" plantean la cuestión, por ejemplo, de la existencia de Mahoma.


Algunos incluso llegan a decir que la palabra "Mahoma" no es un nombre, sino un título que fue llevado por varias personas y en particular por el conquistador árabe de Jerusalén hacia el año 636, es decir, después de la fecha de la muerte del profeta según la versión tradicional.


Este conquistador se alió con los "nazarenos" (corriente judeocristiana que estuvo activa durante varios siglos), pero los testigos no precisan su religión, mientras que, según la tradición oficial, se trata de una conquista musulmana, una religión nueva que debería haberse mencionado.


Para estas dos corrientes intelectuales, por lo tanto, es una pista entre muchas otras de que, contrariamente a la historia oficial, el islam no existía en aquel momento.


Citemos a Pierre Bouvard, autor de varios textos sobre el tema: "La observación más asombrosa, especialmente para cualquier musulmán, es la existencia de una mayoría de textos que atestiguan los ‘comienzos del islam’ y que ignoran el personaje del ‘profeta Mahoma’".


Y hay otros indicios señalados por estas dos corrientes de historiadores, por ejemplo: la descripción que se da de La Meca en el Corán no corresponde a esta ciudad, y las primeras mezquitas estaban orientadas en dirección a Jerusalén; lo que, por lo demás, no sorprende a algunos musulmanes.



En resumen


Resumiendo muy brevemente, digamos que las corrientes intelectuales segunda y tercera creen que el islam tal como se enseña hoy es una construcción del siglo IX, de los emperadores árabes que buscan legitimar su poder sobre las poblaciones conquistadas.


Para ello habrían incorporado y redactado textos y relatos que circulaban en la época en torno al cristianismo y al judaísmo, para extraer de ellos una nueva religión, así como el sistema jurídico que deriva de ella, inventando la historia oficial que hoy se enseña para legitimar la supremacía árabe. Solo esto sería suficiente para desestabilizar a los salafistas, a los Hermanos Musulmanes y otros.


Entre las muchas pistas señaladas, hay algunas que revelan grandes similitudes entre el Corán y fórmulas religiosas cristianas que datan de períodos posteriores a la predicación oficial de Mahoma.


En cuanto a la corriente "musulmana seria, pero prudente", que podría difundirse sin dramatismo, tendría la ventaja de librar al islam de su variante retrógrada ya veces violenta.


Por supuesto, no puedo entrar en estas disputas académicas, que me sobrepasan y me atengo solo a informar a mis lectores sobre este debate, cuya importancia hemos visto. Tengo una bibliografía a disposición de quienes estén interesados ​​en los detalles de los argumentos y contraargumentos.



Punto de vista geopolítico


Añado una visión geopolítica: la formación masiva de estudiantes en las universidades de Arabia, a través de una muy generosa concesión de becas puede desestabilizar a los Estados musulmanes que no planteaban problemas.


Al regresar a su país, declaran que su islam tradicional no es el verdadero islam, que debe ser reemplazado por el de los orígenes, que el árabe debe reemplazar al idioma local y al francés, y que la enseñanza religiosa debe sustituir a la enseñanza occidental.


En suma, la divulgación del debate sobre los orígenes del islam podría ser un arma poderosa contra el oscurantismo y su deriva terrorista, con independencia de la corriente intelectual que acabe imponiéndose.


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