¿Es María un ‘puente’ entre el islam y el cristianismo?

RAYMOND IBRAHIM





¿Es María, la madre de Jesucristo, un "puente" entre el islamismo y el cristianismo? Eso es en lo que insistió recientemente un importante erudito musulmán, el ayatolá Ahmad Moballeghi.


El 5 de septiembre, en una conferencia sobre el diálogo interreligioso en la Universidad de Pretoria, el ayatolá se deshizo en elogios hacia María, una figura venerada en el cristianismo. A continuación reproducimos algunas de sus palabras. (Se han eliminado los confusa retórica honorífica y los formulismos araboislámicos para mayor claridad.)


"Maryam desempeña un papel crucial en la historia de las religiones divinas. Ella no solo fue la madre de un gran profeta, sino que el Corán la convirtió en un puente entre el islam y el cristianismo... Su personaje contribuye a reforzar la solidaridad y la cooperación entre musulmanes y cristianos... Maryam sirve de puente de pureza y fe entre el islam y el cristianismo y es considerada un símbolo de castidad y virtud en el mundo... Maryam es reconocida como un modelo de piedad y virtud entre todas las mujeres del mundo, y su vida está llena de signos divinos y milagros que la han convertido en un puente para acercar el islam y el cristianismo."


Moballeghi, cabe señalar, es un estudioso serio del islam: es profesor del Seminario de Qom (Irán), miembro de la Asamblea de Expertos y presidente del Consejo del Centro de Estudios Islámicos de Qom.


Tras afirmar que el Corán menciona a María 34 veces, con una sura entera dedicada a ella, prosiguió:


"La vida de Maryam está llena de milagros y signos divinos, como su concepción milagrosa sin intervención humana, el sustento divino que se le proporcionó y la conversación de Jesús recién nacido, en la que dio testimonio de su profecía y de la unicidad de Dios."


¿Qué pensar de todo esto? ¿Se ha encontrado por fin un puente para la cooperación mutua entre musulmanes y cristianos en la persona de la madre de Cristo?



Apropiarse no es compartir


Teniendo en cuenta que muchos en la izquierda están haciendo las mismas afirmaciones, ciertamente parecería que sí. Por ejemplo, en mayo, el papa Francisco declaraba que "María es una figura común al cristianismo y al islam. Es una figura común; nos une a todos".


En 2021, la academia mariana de Roma lanzó una serie de seminarios web de 10 semanas titulada María, modelo de fe y de vida para el cristianismo y el islamismo, en colaboración con la Gran Mezquita de Roma y el Centro Cultural Islámico de Italia.


Basándose en su creencia de que María es "una mujer judía, cristiana y musulmana", fray Gian Matteo Roggio, sacerdote católico y organizador de esa peculiar iniciativa católico-musulmana, dijo que esperaba utilizar a "Nuestra Señora" como modelo de "fronteras abiertas" entre mundos religiosos y multiculturales.


Aunque todo esto pueda sonar prometedor, hay un problema: el islam no "comparte" a María, ni a ningún otro personaje bíblico, con el cristianismo. Más bien, el islam se apropia de los nombres y auras sagradas de las figuras bíblicas, pero luego las refunde con atributos completamente diferentes, algunos de los cuales contradicen directamente sus rasgos definitorios en la Biblia.



Una historia revisionista


Por ejemplo, lejos de ser la Siempre Virgen, como la veneran 1.500 millones de católicos y ortodoxos, el islam sostiene que María estará "casada" con Mahoma en el paraíso, una afirmación que más bien parece cortar "puentes" que que no tenderlos.


En un hadiz que se consideró lo bastante fiable como para ser incluido en el corpus del célebre Ibn Kathir (1300-1373), Mahoma declaró que "Alá me desposará en el paraíso con María, la hija de Imran", a quien los musulmanes identifican con la madre de Jesús.


Tampoco se trata de un hadiz casual y oscuro. El Dr. Salem Abdul Galil, que fue viceministro de Dotaciones Religiosas para la Predicación en Egipto, afirmó su canonicidad, en 2017, durante un programa televisado en directo en lengua árabe. Entre otras mujeres bíblicas (la hermana de Moisés y la esposa del faraón), "nuestro profeta Mahoma... se casará con María en el paraíso", proclamó Galil con entusiasmo.


Aunque hoy en día pocos cristianos conocen esta afirmación islámica, los cristianos medievales que vivían en naciones ocupadas por los musulmanes sin duda la conocían. Allí, los rencorosos musulmanes se lo echaban en cara regularmente a los cristianos católicos y ortodoxos que veneraban a María como la "Siempre Virgen". Así, Eulogio de Córdoba, un cristiano español de del siglo IX, bajo dominio islámico, escribió una vez: "No repetiré el sacrilegio que ese perro impuro [Mahoma] se atrevió a proferir sobre la Santísima Virgen, Reina del Mundo, santa madre de nuestro adorable Señor y Salvador. Afirmó que en el otro mundo la desfloraría".


Como de costumbre, fueron las palabras ofensivas de Eulogio sobre Mahoma, y no las obscenas palabras de este sobre María, las que tuvieron nefastas consecuencias: Eulogio, junto con muchos otros cristianos cordobeses que criticaban a Mahoma, fueron declarados culpables de "blasfemia" y torturados y ejecutados públicamente en la Córdoba del "Siglo de Oro" en el año 859 d. C.



Más como una hermanastra malvada


Este es el principal problema que los defensores del "abrahanismo" (la idea de que el judaísmo, el cristianismo y el islamismo son religiones "hermanas") se niegan a reconocer: el islam no trata a los personajes bíblicos del mismo modo que el cristianismo.


Los cristianos aceptan el texto de la Biblia hebrea, o Antiguo Testamento, tal como es. No añaden, quitan ni distorsionan los relatos de los patriarcas que los judíos también aceptan como sagrados.


A la inversa, aunque también se base en las figuras del Antiguo y Nuevo Testamento, por el peso de la antigüedad y la autoridad que conllevan sus nombres, el islam las refunde completamente con atributos diferentes que reafirman la religión de Mahoma como la única "revelación" verdadera. Al final, el Corán rechaza al judaísmo y al cristianismo, considerando que sus relatos bíblicos originales sobre estas figuras han sido"distorsionados" por ser diferentes de las revisiones islámicas posteriores.


Jesús es un ejemplo perfecto. Aunque a los musulmanes les gusta decir que lo veneran como profeta sin pecado y hacedor de milagros nacido de una virgen (todos ellos claros puntos en común entre musulmanes y cristianos), es menos conocido que el Corán rechaza, y los musulmanes no aceptan, los puntos más importantes sobre Jesús. Rechazan que fuera el Hijo de Dios, rechazan que fuera crucificado y muerto por los pecados de la humanidad y que resucitara. De hecho, quienes insisten en que Cristo es el Hijo de Dios, es decir, los cristianos, están malditos y no merecen otra cosa que una yihad implacable (véase, por ejemplo, Corán 5,72-73 y 9,29-30).


Lejos de crear "puntos en común", debería quedar claro que semejante apropiación musulmana crea conflictos. Hagamos una comparación: imagina que tienes un abuelo al que aprecias especialmente y, de pronto, sale un desconocido que ni siquiera conoce a tu abuelo y te dice: "¡Eh, ese es mi abuelo!". Luego, para que no se te ocurra que intenta congraciarse contigo, ese desconocido añade: "¡Y todo lo que crees que dijo e hizo el abuelo es falso! Solo yo tengo la verdadera historia de su vida".


¿Crearía eso "puentes" entre ti y ese insolente desconocido, o más bien los quemaría?



FUENTE



Dirigentes católicos traicionan el honor de María buscando la aprobación de Mahoma

María islamizada en el Corán