Santa Sofía y la catedral de Córdoba: el factor yihad

RAYMOND IBRAHIM






Lo nuestro es nuestro; y lo vuestro también es nuestro. Este es uno de los principales mensajes de los musulmanes tras la reciente decisión de transformar el museo de Santa Sofía —que fue construida originalmente y funcionó durante un milenio como catedral cristiana— en una mezquita trofeo nuevamente.


Para empezar, consideremos la reciente y deliberada exhibición de los símbolos de la conquista y el sentido general del triunfalismo islámico:


"El primer día de rezo desde el cambio de estatus de Santa Sofía fue el viernes pasado [24 de julio]. Miles de personas reunidas bajo cortinas oscuras que cubren los mosaicos que una vez fueron relucientes y que representan a Cristo y la Virgen María. El máximo imán del país, Ali Erbas, portaba una espada mientras pronunciaba su sermón desde el elevado mimbar. Cuando se le preguntó sobre esto, dijo: 'Esta es una tradición en las mezquitas que son símbolo de la conquista'. Afuera, se habían reunido miles más coreando consignas antigriegas. Para celebrar el acontecimiento, se han acuñado monedas conmemorativas."


En vez de rechazar esta insistencia en la naturaleza yihadista de su religión (o al menos simularlo), los musulmanes de todo el mundo se han envalentonado y están pidiendo la "devolución" de otras estructuras.


"Como mínimo", ha dicho el jeque Sultan bin Muhammad Al-Qasimi, uno de los gobernantes de Emiratos Árabes Unidos, días después de la anexión islámica de Santa Sofía por parte de Turquía, "exigimos la devolución de la mezquita de Córdoba [actualmente catedral de Córdoba en España], que fue entregada a la Iglesia, pero es un regalo que no les pertenece a ellos [cristianos], que no lo merecen."


De manera similar, en respuesta a la reflexión inmensamente concisa, si no tímida, del Papa Francisco sobre la transformación de Santa Sofía en mezquita: "Pienso en Santa Sofía y estoy muy dolido".


"El historiador turco, Mehmet Özdemir, replicó en una entrevista que el Papa Francisco 'también debería sentirse dolido por las mezquitas convertidas en iglesias en época de Al-Ándalus'. Otro historiador turco, Lütfi Seyban, reiteró la misma idea, afirmando que se está perpetrando una injusticia contra los musulmanes del mundo por no estar permitido rezar en lo que una vez fue la gran mezquita de Córdoba, que es ahora la catedral católica de Nuestra Señora de la Asunción."


El mensaje es claro: si Santa Sofía, que todo el mundo sabe que se construyó y sirvió como catedral durante mil años, puede, sin ninguna oposición, ser transformada en mezquita —con imanes blandiendo la espada— seguramente la catedral de Córdoba, en otro tiempo gran mezquita, debería volver a ser una mezquita.


Pero, en realidad, ¿se construyó originalmente como mezquita, como muchos afirman, o también fue originalmente una iglesia conquistada?


En una reciente entrevista del Catholic World Report dedicada a esta cuestión, Darío Fernández-Morera, profesor asociado de la Northwestern University y autor de El mito del paraíso andalusí, proporciona pruebas decisivas para sustentar la conclusión de que "la [gran] mezquita no solo fue construida en un sitio cristiano, sino que además fue construida usando materiales del edificio cristiano del siglo VI destruido por los musulmanes previamente".


Vale la pena leer la entrevista en su totalidad, ya que ofrece mucha información detallada sobre el trato dado históricamente por el islam a las iglesias:


"Cuando las crónicas musulmanas mencionan las iglesias cristianas de España, es sólo para regodearse por su destrucción o su conversión en mezquitas. Pero convertir iglesias cristianas en mezquitas ha sido una práctica habitual durante las conquistas musulmanas. Por ejemplo, la famosa mezquita omeya de Damasco fue construida con materiales de la gran basílica griega de san Juan Bautista, que se levantaba en aquel sitio y que fue demolida por los conquistadores árabes."


Los orígenes de la gran mezquita cordobesa no son diferentes:


"La basílica cristiana de san Vicente de Córdoba [erigida en el siglo VI] fue demolida por el célebre emir omeya Abd-al-Rahman I (731-788), cuyas estatuas adornan hoy varias plazas en España. Con sus materiales hizo construir la mezquita de Córdoba en el mismo emplazamiento."


El hecho de que la gran mezquita fuera, como tantas otras mezquitas, originalmente una iglesia cristiana —y volvió a serlo tras la Reconquista— debería poner fin a cualquier reclamación musulmana sobre este lugar de Córdoba. Sin embargo, a pesar de que a estas alturas debería ser una razón evidente, este no es el caso. Fernández-Morera continúa:


"No es sorprendente que la evidencia arqueológica y documental [que refrenda el hecho de que la gran mezquita fue originalmente la basílica de san Vicente] sea rechazada por los arqueólogos que comisionó el gobierno municipal de izquierdas de Córdoba, por un arqueólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas español, y de la Unesco, que no quieren admitir nada que pueda socavar la reclamación musulmana sobre la catedral de Córdoba. Están del mismo lado ideológico que los académicos que niegan la existencia de una Reconquista. No se puede permitir nada que socave al islam."


Es importante tener en cuenta que no solo la conversión sin oposición de Santa Sofía en mezquita ha envalentonado a los que llaman a transformar la catedral de Córdoba en mezquita nuevamente, sino que esta última demanda está destinada a exonerar la reciente toma de posesión islámica de Turquía. Consideremos la lógica del erudito turco Khalid Yacinen sobre esta relación simbiótica:


"Cuando España expulsó a los musulmanes en la inquisición, transformó la gran mezquita de Córdoba en catedral, donde los musulmanes tienen prohibido rezar hasta el día de hoy ... Turquía [por otro lado] ha dictaminado permitir que los [musulmanes] lleven a cabo sus rezos en Santa Sofía. No se puede comparar con ser arrestado en la gran mezquita de Córdoba por decir algo en árabe, o convertirla en catedral."


Sin embargo, como observa Fernández-Morera:


"Una verdadera analogía con la historia de la catedral de Córdoba sería convertir el sitio de Santa Sofía y el edificio en lo que era antes de la conquista musulmana, es decir, un sitio cristiano con una de las más grandes iglesias jamás construidas: la basílica de Santa Sofía, la Divina Sabiduría [en alusión a Cristo]."


En otras palabras, la única conexión verdadera entre los dos edificios, el de Córdoba y el de Constantinopla, es que ambos fueron conquistados por musulmanes y transformados en mezquitas —en el caso de la basílica de san Vicente, canibalizada y regurgitada—. Mientras que una, Santa Sofía, ha sido convertida ahora de nuevo en mezquita, lo que significa otra vez el triunfo del islam sobre los "infieles"; la otra sigue siendo catedral, y esto es aparentemente intolerable, no solo para los musulmanes sino para la izquierda, que prospera falsificando y reescribiendo la historia.



FUENTE




La ‘mezquita’ de Córdoba y el nuevo anticlericalismo



El islam y los cristianos "progresistas"



Laicistas poco laicos