El Corán, una
obra en borrador escrita por... ¡un rabino!
SAMI ALDEEB
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Por
todas partes, algunos no dejan de alabar al Corán... palabra de Dios
"revelada" a Mahoma, y de recordar que Dios dice esto y aquello en el
Corán... A fuerza de repetir estas ideas, la gente terminará por creer
que el Corán ha bajado del cielo y que se trata de un libro perfecto.
Personalmente, yo solo he visto dos cosas bajar del cielo: la lluvia y
los meteoritos. Y si alguien ha visto al Corán bajar del cielo,
probablemente es porque alguien lo ha tirado por la ventana de un
avión. Entonces, ¿quién escribió el Corán? ¿Y qué hay de su pretendida
perfección?
Para los musulmanes, una de las pruebas de que
el Corán bajó del cielo es que Mahoma era analfabeto, por lo que no
pudo haberlo escrito o copiado. Este es su argumento, entre otros, pero
es discutido por algunos musulmanes.
Cada cual es libre de pensar lo que quiera sobre el autor del Corán,
siempre que no se lo imponga a los demás. Personalmente no comparto la
creencia musulmana, y reivindico el derecho a tener mi propia idea
acerca de esta cuestión... sin imponérsela a nadie. Después de esta
advertencia preliminar, deseo expresar lo que yo pienso.
Quienquiera que lea el Corán y trate de compararlo con otros escritos
judíos y cristianos, tanto reconocidos como apócrifos, descubre
fácilmente que hay muchos pasajes coránicos que están tomados de estos
escritos. Por lo tanto, podemos decir que el que escribió el Corán
tenía acceso a estos escritos, en su mayoría de origen judío. Era
alguien que pertenecía a las "gentes del libro", se había formado en
sus escuelas y frecuentaba sus bibliotecas. Y es muy poco probable que
Mahoma tuviera tal formación y tal acceso a los escritos judíos. Por
tanto, con seguridad no es Mahoma quien escribió el Corán. Y en este
caso, el autor del Corán debe ser una persona distinta de Mahoma. Lo
más probable es que el autor del Corán fuera un rabino judío convertido
a una secta cristiana.
Evidentemente, los musulmanes no pueden admitir esta teoría por mucho
que salte a la vista. Podemos observar que Hamidullah, en su traducción
del Corán publicada en París, incluyó referencias a escritos judíos y
cristianos. Pero cuando Arabia Saudí reeditó su traducción (retocada),
estas referencias simplemente fueron suprimidas (esta edición es la que
distribuyen gratuitamente Arabia Saudí y los centros islámicos en Suiza
y otros lugares). Del mismo modo, Denise Masson incluyó en su
traducción del Corán publicada en París numerosas referencias a
escritos judíos y cristianos. Pero cuando su traducción se volvió a
publicar en Beirut, con la autorización de Al-Azhar, estas referencias
desaparecieron por completo.
Para los musulmanes, el Corán es un texto perfecto en su estilo y su
contenido. Y es lógico ¡ya que proviene de Dios! Su posición es similar
a la de un hombre que nunca había visto a una chica. La primera chica
que conoce la toma por una Miss Mundo y pierde la cabeza. Es inútil
hacerle razonar. Y si un musulmán se atreviera a poner en cuestión el
Corán, sabe que tendrá los peores problemas y que correrá gran riesgo
su integridad física. La parálisis intelectual, el lavado de cerebro y
el miedo son de tal naturaleza que los musulmanes desde hace catorce
siglos no cesan de repetir las mismas estupideces acerca del Corán.
En realidad, el Corán no es un libro, sino un borrador, mal tramado,
mal concebido, mal ordenado, mal estructurado, que clasifica sus
capítulos por orden de longitud, con algunas excepciones, sin pies ni
sin cabeza. Pero no podemos culpar al autor. No tenía los medios
técnicos que tenemos hoy ni el apoyo material que le hubiera permitido
reorganizar su obra. Si volviera a la vida, suprimiría la mitad
descartando las repeticiones inútiles, corregiría los errores
gramaticales y, con suerte, sería menos sexista, menos discriminatorio
respecto los no musulmanes, menos violento, más humano... y menos
fabulador.
Para remediar el desorden del Corán en la medida de lo posible, he
elaborado una edición bilingüe en orden cronológico [3ª edición, 2019],
que incluye muchas referencias a escritos judíos y cristianos,
indicando los versículos abrogados y abrogantes, así como las variantes
(más de la mitad de los versículos del Corán presentan variantes, y
algunas palabras tienen más de diez variantes, con un significado
totalmente diferente). Pero creo que mi trabajo debe ser completado por
una comisión que incluya expertos que dominen los idiomas orientales y
los escritos judíos, cristianos y otros. Esto prestaría un inmenso
servicio a los musulmanes y a la humanidad.
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