Historia de
la composición del Corán
DAVID WOOD
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El Corán (15,9) proclama: "Nosotros hemos hecho
descender el mensaje, y nosotros lo protegeremos".
Los eruditos musulmanes interpretan esta aleya
(versículo) como una promesa divina de que el texto del Corán se
conservará perfectamente, hasta el más mínimo detalle. El Corán, por lo
tanto, nos ofrece una manera de probar su origen divino, en función de
si se cumple la promesa de Alá en la sura 15,9. En este escrito,
revisaremos la historia del Corán según las fuentes musulmanas, lo que
nos permitirá ver si este libro tiene el sello de aprobación de Alá.
1. Breve historia del
Corán
Según la tradición musulmana, la primera
revelación del Corán llegó a Mahoma alrededor del año 610. Durante las
siguientes dos décadas, Mahoma entregó muchos más versículos a sus
escribas y compañeros para memorizarlos y recordarlos. Estos versículos
fueron escritos en troncos de hojas de palma, huesos de animales
muertos, piedras planas y otros materiales. No hubo ningún manuscrito
completo del Corán durante ese tiempo.
La revelación coránica cesó cuando Mahoma murió.
Poco después de la muerte de Mahoma, el califa Abu Bakr tuvo que
reprimir una rebelión, y envió a muchos recitadores (personas que
habían memorizado partes del Corán) para luchar en la batalla de
Yamama. Muchos de estos recitadores murieron, y las fuentes musulmanas
nos dicen que se perdieron algunas porciones del Corán:
Ibn Abi Dawud, Kitab
al-Masahif:
"Muchos (de los pasajes) del Corán que habían
descendido eran conocidos
por aquellos que murieron el día de Yamama... pero no eran conocidos
(por aquellos que) sobrevivieron, ni los habían puesto por escrito, ni
Abu Bakr, Omar o Utmán habían recopilado el Corán (en aquel momento),
ni se encontró a nadie que los supiera después de ellos".
Abu Bakr decidió que era hora de reunir lo que
quedaba del Corán para evitar que se perdiera más, y designó a Zaid Ibn
Thabit para esta tarea. Después de que Zaid completara su códice
alrededor del año 634 d. C., permaneció en posesión de Abu Bakr hasta
su muerte. Entonces pasó al califa Omar. Cuando Omar murió, fue
entregado
a Hafsa, viuda de Mahoma. (Para un informe más completo, véase Sahih Al-Bujari 4986.)
Durante el reinado del califa Utmán,
aproximadamente 19 años después de la muerte de Mahoma, surgieron
disputas sobre la correcta recitación del Corán. Utmán ordenó que la
copia del Corán que tenía Hafsa, junto con todos los materiales
textuales conocidos, se reunieran para compilar una versión oficial.
Zaid Ibn Thabit, Abdullah bin Al-Zubair, Said bin Al-As y Abdur-Rahman
bin Harith trabajaron diligentemente para elaborar un texto revisado
del Corán. Cuando lo terminaron, "Utmán envió a cada provincia
musulmana una copia de lo que habían redactado y ordenó quemar todos
los demás materiales coránicos, ya fueran manuscritos fragmentarios o
copias enteras" (Sahih Al-Bujari
4987). El Corán que tenemos hoy procedería del códex utmánico.
2. Disputas entre los
eruditos en Mahoma
No todos los musulmanes aprobaron el nuevo Corán.
De hecho, algunos de los principales maestros sobre Mahoma rechazaron
la versión de Zaid.
Mahoma había dicho una vez a sus seguidores:
"Aprended
la recitación del Corán de estos cuatro: de Abdullah bin Masud -comenzó
con él-, Salim, el esclavo liberto de Abu Hudaifa, Muadh bin Yabal y
Ubai bin Kab" (Sahih Al-Bujari
3808). Curiosamente, Ibn Masud (el primero en la lista de Mahoma)
sostenía
que el Corán solo debería tener 111 capítulos (la versión actual tiene
114), y que los capítulos 1, 113 y 114 no deberían estar incluidos en
el Corán.
Debido a esto (junto con cientos de otras
diferencias textuales), Ibn Masud llegó a afirmar que
la edición final del Corán era un engaño. Dijo: "Hay gente culpable de
engaño en la lectura del Corán. Prefiero leerlo conforme a la
recitación de él [es decir, Mahoma] a quien aprecio más que a Zaid Ibn
Thabit" (Ibn Sad, Kitab al-tabaqat
al-kabir, vol. 2, p. 444).
¿Deben los musulmanes someterse a este “engaño”?
No es sorprendente que Ibn Masud aconsejara a los musulmanes rechazar
el Corán de Zaid y conservar sus propias versiones, incluso ocultarlas
para que no fueran confiscadas por el gobierno. Él decía:
Yami
Al-Tirmidi, 3104:
"'¡Oh musulmanes! Evitad copiar el texto y la
recitación de ese hombre.
¡Por Alá! Cuando yo acepté el islam, él era todavía un incrédulo'
-refiriéndose a Zaid bin Thabit-, y por eso Abdullah bin
Masud decía: '¡Oh gentes de Iraq!, guardad los manuscritos que tenéis y
escondedlos'".
Pero Ibn Masud no fue el único de los maestros de
confianza de Mahoma que no estuvo de acuerdo con el Corán de Zaid.
Ubayy Ibn Kab fue el mejor recitador de Mahoma y uno de los pocos
musulmanes que recopiló materiales del Corán durante la vida de Mahoma.
¡Sin embargo, Ibn Kab creía que el Corán de Zaid había perdido dos
capítulos! Más tarde, los musulmanes se vieron obligados a rechazar
parte de la recitación de Ibn Kab:
Sahih Al-Bujari,
5005:
"Omar dijo: 'Ubayy era el mejor de nosotros en la
recitación (del
Corán), pero dejamos algo de lo que él recita'. Pero Ubayy dice: 'Lo he
tomado de la boca del enviado de Alá y no lo dejaré jamás por nada'".
Debido a estas disputas entre los recitadores
escogidos por Mahoma, los musulmanes se enfrentan a un dilema. Si dicen
que el Corán que tenemos hoy se ha preservado
perfectamente, tienen que decir que Mahoma estuvo desacertado al elegir
aquellos eruditos, puesto que escogió a hombres que estaban en
desacuerdo con
el texto actual. Por otro lado, aunque los musulmanes dicen que su
profeta
sabría a quién elegir con respecto al libro más sagrado del islam,
lo que no pueden negar es que el Corán actual tiene fallos.
3. Capítulos
perdidos
Simplemente conocer los hechos sobre tales
disputas basta para desestimar la afirmación de que el Corán se ha
preservado perfectamente. Sin embargo, podemos ir un poco más allá,
considerando algunos otros problemas.
Cuando Ibn Omar, hijo del segundo califa
musulmán, escuchó a unas personas que decían conocer el Corán entero,
les dijo: "Que ninguno de vosotros diga 'He aprendido el Corán entero',
porque ¿cómo lo va a saber entero, cuando ha desaparecido buena parte
de él? Que diga más bien: 'He aprendido lo que queda" (Abu Ubaid, Kitab fada'il-al-Quran).
Uno de los compañeros de Mahoma, Abu Musa,
apoyaba esta afirmación, cuando decía que los primeros musulmanes
habían olvidado dos suras (capítulos) debido a la pereza:
Sahih
Muslim, 2286:
"Abu Musa al-Ashari mandó buscar a los
recitadores de Basora. Vinieron
a él y eran trescientos. Recitaron el Corán y él dijo: Sois los mejores
entre los habitantes de Basora, porque sois recitadores entre
ellos. Así que continuad recitándolo. (Pero procurad) que por mucho
tiempo vuestra
recitación no sufra olvidos, como sufrieron olvidos los que os
precedieron. Solíamos recitar
una sura que se parecía en longitud y severidad a la Baraat
[sura 9]. Sin embargo, yo la he olvidado, salvo un trozo que aún
recuerdo: 'Si hubiera dos valles llenos de riquezas para el hijo de
Adán, él desearía un tercer valle, y nada llenaría el estómago del hijo
de Adán, sino el polvo'. Y solíamos recitar una sura que se parecía a
una de las suras de musabbihat
[alabanza], y la he olvidado".
Esto muestra que capítulos enteros del Corán
cayeron en el olvido.
4. Pasajes perdidos
Sabemos además que grandes secciones de ciertos
capítulos desaparecieron. Por ejemplo, Aisha, la esposa de Mahoma,
decía que se habían perdido aproximadamente dos tercios de la sura 33:
Abu Ubaid, Kitab
Fada'il-al-Quran:
"Aisha dijo: 'La sura Al-Ahzab
(la 33), cuando se recitaba en tiempos del profeta, tenía doscientos
versículos, pero, cuando Utmán puso por escrito los códices, no
consiguió reunir más de lo que hay hoy [73 versículos]'".
De acuerdo con Aisha, los compiladores
simplemente no pudieron encontrar toda la sura 33. ¿Por qué no? Como
hemos visto, muchos recitadores habían caído en la batalla de Yamama.
Al parecer, no sobrevivió nadie que supiera el capítulo completo.
5. Versículos perdidos
Aisha también nos dice que habían desaparecido
versículos concretos del Corán, a veces de manera muy interesante:
Sunan Ibn
Majah, 1944:
"Se cuenta que Aisha decía: 'El versículo de la
lapidación y el del
amamantamiento a un adulto se reveló diez veces, y el papel lo tenía yo
debajo de mi almohada. Cuando murió el enviado de Alá, estábamos
preocupados por su muerte, y una oveja de la casa entró y se lo comió ".
Los versículos sobre la lapidación y el
amamantamiento de un adulto, revelados diez veces, no están en el Corán
hoy día. ¿Por qué? La oveja de Aisha se los comió.
6. Frases perdidas
Puesto que se perdieron capítulos enteros,
grandes porciones de capítulos y versículos sueltos del Corán, no
debería sorprender que también haya frases cortas que se han olvidado.
Consideremos dos ejemplos.
Primero, la sura 33,6 declara que "El profeta
está más cerca de los creyentes que ellos mismos, y sus esposas son sus
madres". Ubayy Ibn Kab y otros de los primeros musulmanes sostenían que
en ese versículo falta una frase: "y él es un padre para ellos".
Incluso el gran traductor Yusuf Ali lo admite en su comentario. Ali
escribe: "En algunos Coranes, como el de Ubayy Ibn Kaab, también
aparecen las palabras "y él es un padre para ellos", lo que implica su
relación espiritual y la conexión con las palabras "y sus esposas son
sus madres" (Abdullah Yusuf Ali, The
meaning of the Holy Quran, nota 3674). Parece que los musulmanes
se han quedado con un versículo incompleto.
En segundo lugar, si abrimos una edición moderna
del Corán, encontramos que la sura 2,238 ordena a los musulmanes
"Guardad estrictamente vuestro (hábito) de los rezos, especialmente el
azalá del medio; y presentaos ante Alá en devota [actitud]". Según
Aisha, Mahoma recitaba este versículo como sigue: “Guardad
estrictamente los rezos (los cinco obligatorios), y el azalá medio, y
el azalá Al-Asr [el tiempo].
Y presentaos obedientes ante Alá" (Yami Al-Tirmidi 2982). Por lo tanto,
la frase "y el azalá Al-Asr"
falta en las ediciones modernas.
7. Evaluación
Obviamente, el Corán ha cambiado significativamente a lo largo de los
años. La evidencia muestra que se perdieron capítulos enteros,
desaparecieron grandes secciones de capítulos, se olvidaron versículos
individuales y se omitieron determinadas frases. Los mejores maestros
especialistas en Mahoma y los recitadores ni siquiera podían ponerse de
acuerdo
acerca de qué capítulos debían estar en el Corán.
Esto plantea una pregunta obvia. ¿Cuál es la diferencia entre un libro
que ha sido
perfectamente preservado, y uno que no ha sido perfectamente
preservado? Si los musulmanes tienen razón, no hay diferencia en
absoluto. Las características típicas de un libro que no se ha
preservado perfectamente son (1) frases perdidas, (2) pasajes perdidos,
(3) capítulos perdidos, (4) desacuerdos sobre lo que se remonta al
original, etc. Pero el Corán presenta todas estas características. Por
lo tanto, los musulmanes que son conscientes de esta evidencia, pero
que
también quieren mantener la perfecta preservación del Corán tienen que
decir algo así: "Sí, el Corán tiene todas las características de un
libro que no se ha preservado perfectamente, pero a pesar de todo se ha
preservado perfectamente". ¿Alguien le encuentra sentido a semejante
afirmación?
También tenemos que tomar nota de lo obvio. Cualquiera que haya leído
las fuentes musulmanas (por ejemplo, los hadices, los comentarios,
etc.) sabe que el Corán no se ha preservado perfectamente. Los eruditos
musulmanes son muy conscientes del hecho de que el Corán fue modificado
y, sin embargo, ellos les dicen a los musulmanes menos formados que el
Corán siempre ha sido exactamente el mismo. ¿Por qué son los eruditos y
los dirigentes musulmanes tan mendaces sobre la historia de su libro?
Además, si están dispuestos a engañar a sus correligionarios musulmanes
acerca de la historia del Corán, ¿sobre qué otras cosas no los estarán
engañando también?
Amigos, cada vez que los seres humanos transmiten y copian un libro, se
cometen errores (por ejemplo, errores de ortografía, omisiones
inadvertidas, cambios intencionados, etc.). Esto es verdad respecto a
todos los libros, incluidos el Corán y la
Biblia. La diferencia entre el Corán y los otros libros es que el Corán
promete que nunca se producirán cambios en su texto. Como hemos visto
en este estudio, el Corán no se ha preservado perfectamente, lo cual
significa que la promesa de la sura 15,9 no se ha cumplido. El Corán,
por consiguiente, no puede ser palabra de Dios.
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