Cronología
de la yihad. Praxis y teoría de la guerra islámica
6. El
resurgimiento del fundamentalismo yihadista en el siglo XX
PEDRO GÓMEZ
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La
yihad salafista resurgida
en el siglo XX
Al
llegar el
siglo XX, los territorios que habían integrado el Imperio otomano
llevaban ya tiempo sumidos en una situación general de atraso,
desgobierno y descomposición. Los
esfuerzos modernizadores
realizados por los sultanes fracasaron y el imperio se fue reduciendo
prácticamente
a poco más que Turquía. Esto explica el papel de las potencias
europeas, así
como las reacciones producidas, unas tendentes a la modernidad y otras
hacia la
restauración del islam más arcaico.
1912:
Italia
instauró su protectorado sobre Libia. Y Francia, sobre Marruecos,
dejando una zona del norte a España.
1912:
Los
ingleses impusieron su protectorado en Egipto.
1915: Durante la Primera Guerra
Mundial, el islámico Imperio otomano consumó el gran genocidio contra
los cristianos armenios. Entre 1894 y 1917 se estima que fueron
exterminadas dos millones de personas por los musulmanes en nombre de
Alá en Turquía.
1919: El Imperio otomano llevó a cabo un
genocidio contra los asirios cristianos de Turquía. Unas 300.000
personas fueron masacradas.
1919-1923: Los turcos perpetraron otro genocidio
contra los griegos del Ponto. Masacraron a unas 250.000 personas, en
nombre de Alá, y expulsaron de Turquía a otras 250.000 hacia Grecia.
1920:
Tras
la primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones aprobó los mandatos
francés
y británico sobre antiguas provincias otomanas de Oriente Próximo y
Medio , así
como sobre algunos territorios de África.
1923:
Mustafá
Kemal Atatürk consiguió expulsar a los europeos de Anatolia y fundó la
Turquía
contemporánea, como una república laica. Declaró abolido oficialmente
el
califato, el 3 de marzo de 1924.
1925:
En
India, Muhammad Ilyas Kandhlawi (1885-1944) organizó el movimiento de
renovación islámica Tablighi Jamaat para la difusión de la fe, que se
extendería a otros países.
1925:
En
Arabia, donde estaba en auge el movimiento islámico fundamentalista
creado por
Muhammad Ibn Abd Al-Wahab, sus seguidores incendiaron las bibliotecas
de
Medina.
1928:
En El
Cairo, Hasan Al-Banna (1906-1949) fundó la organización Hermanos
Musulmanes, de orientación salafista, en la estela de Ibn Taimiya, con
el ideario de volver
al islam
radical de los antepasados y restaurar el califato, para luchar contra
los
occidentales. El principal ideólogo de este movimiento yihadista fue su
Sayyid
Qutb (1906-1966), que defiende la incompatibilidad del islam con la
modernidad.
1928:
Hasan
Al-Banna y el gran muftí de Jerusalén, Amin Al-Husaini, estrecharon su
colaboración
con el proyecto de poner en pie nuevamente la yihad contra Occidente.
1930: En Arabia, en una campaña que
llamaron de
purificación espiritual, los wahabíes efectuaron 40.000 decapitaciones
públicas y 350.000 amputaciones.
1932:
Arabia
Saudí se constituyó en reino independiente bajo la dinastía Saúd,
imponiendo el
wahabismo como religión oficial.
1933: En nombre de Alá, se cometió un
genocidio contra los asirios cristianos en Irak, con varios miles de
víctimas. La comunidad internacional, indiferente al principio, logró
detener la masacre.
1941:
El gran
muftí de Jerusalén, Amin Al-Husaini (1895-1974), selló un pacto con
Hitler y su
Tercer Reich, para apoyarlo y luchar contra los judíos y contra las
potencias
aliadas en Oriente Próximo.
1941:
El
indopaquistaní Abul Ala Maududi (1903-1979), imán e ideólogo, fundó la
organización islamista Jamaat e-Islami, convertida también en partido
político
para la instauración de un Estado islámico de tipo teocrático.
1942-1943: Los musulmanes de Bosnia cometieron
un genocidio contra los «infieles». Unos 200.000 civiles serbios
cristianos ortodoxos, 40.000 gitanos y 22.000 judíos fueron masacrados
en el nombre de Alá, en condiciones tan atroces que incluso los nazis
se conmocionaron e interrumpieron la carnicería, planeada inicialmente
por el
muftí de Jerusalén, que quería una Bosnia islámica pura, y ejecutada
por las divisiones musulmanas de las SS (varios miles de yihadistas
nazis). Su especialidad era cortar los miembros de las víctimas antes
de enterrarlas aún vivas en cal viva.
1947:
En los
días de la independencia de India, el país fue dividido por la presión
de los
musulmanes, que se separaron para formar Pakistán Occidental y Pakistán
Oriental (luego Bangladés).
1947:
La
Organización de Naciones Unidas decidió la partición de Palestina entre
un
Estado árabe y otro judío. Los árabes musulmanes declararon enemigo a
Israel y
pronto emprendieron las hostilidades.
1948:
El Estado de Israel proclamó su independencia el 14
de mayo de 1948. De inmediato,
los países árabes, Egipto, Siria, Jordania, Irak y Líbano le declararon
la
guerra e invadieron Israel. Pero fueron rechazados.
1953:
El
jurista y teólogo Taqi al-Din al-Nabhani (1914-1977) fundó, en
Jerusalén, la
organización islamista fundamentalista Hizb ut Tahrir al-Islami
(Partido de la
Liberación Islámica), cuyo fin es el restablecimiento de un califato
mundial.
Se difundió desde Líbano hasta Asia Central.
1956:
En el
norte de África, Túnez y Marruecos accedieron a la independencia.
1962:
El
príncipe Faisal de Arabia Saudí patrocinó la creación, en La Meca, de
la Liga
Islámica Mundial, para la difusión del islam.
1962:
Tras
una cruenta guerra, Francia reconoció la independencia de Argelia.
1964-1965: Los musulmanes de Indonesia cometieron
un genocidio contra chinos comunistas. Se estima que un millón de
partisanos, en general de origen chino, fueron exterminados en nombre
de Alá. «Arrojaron tantos cuerpos al mar que la gente tenía miedo de
comer pescado».
1965: Desde este año hasta la actualidad, los musulmanes han perseguido
a los papúes,
forzando la islamización de la parte occidental de la isla de Papúa
Nueva Guinea. Cuando llegan a una aldea, acaban con los
cerdos, prohíben los estuches peneanos indígenas y obligan a los
hombres a ponerse pantalones. Y los que se niegan a esa «integración»
son masacrados. El balance oscila entre 100.000 y un millón de muertos
hasta 2006, ante la indiferencia general.
1965:
La
Organización para la Liberación de Palestina (OLP), dirigida por Yaser
Arafat,
lanzó su primer atentado terrorista contra Israel.
1967:
El 5
de junio, los Estados árabes de Oriente Próximo junto con Egipto
desencadenaron
la guerra de los Seis Días contra Israel, que, sin embargo, obtuvo una
victoria
aplastante.
1971: En Bangladés, los musulmanes efectuaron un
genocidio contra los bengalíes, no musulmanes, con el resultado de
entre 1,5 y 3 millones de personas masacradas. El ejército pakistaní
violó a unas 200.000 mujeres, según estimaciones internacionales.
Intervino el ejército indio para poner fin a este genocidio. Ningún
país musulmán intentó detenerlo. Hubo además 10 millones de refugiados.
1972:
El 5
de septiembre, agentes árabes palestinos llevaron a cabo un atentado en
la
villa olímpica de Múnich, tomaron como rehenes a nueve atletas
israelíes y
asesinaron a dos de ellos.
1975: El ejército de Indonesia, musulmán,
invadió Timor Oriental, presentándolo como una yihad anticomunista.
Masacró de miles de chinos y de católicos. Y destruyó iglesias. El
balance establecido en 1984 por un informe australiano señalaba que al
menos
el 20% de la población fue aniquilada: unos 200.000 muertos. Y la
matanza siguió aumentando hasta una década después.
1976:
Un
grupo islamista atentó contra un avión de línea en Zamboanga, Filipinas.
1979:
La
revolución islámica iraní llevó al poder a los mulás chiíes, bajo la
jefatura
suprema del ayatolá Ruhollah Jomeini (1902-1989). La represión fue
brutal, para
implantar un régimen basado en la ley islámica.
1983: En Sudán comenzó un
genocidio de pueblos negros y no musulmanes, que prosigue hasta hoy.
Entre dos y tres millones
de muertos en nombre de la yihad y por Alá. Por ejemplo: en 1986, el
jefe de guerra sudanés Taib Musba atacó la tribu cristiana Uduk: 15.000
muertos. Entró en su capital, Chali, y declaró: «Vais a convertiros del
cristianismo al islam hoy mismo». Quienes se negaron fueron ejecutados.
1986:
La
Libia del coronel Muamar el Gadafi daba apoyo al terrorismo
internacional, lo
que motivó que Estados Unidos bombardeara Trípoli y Bengasi.
1989:
Los
yihadistas atentaron contra aviones comerciales estadounidenses, un
DC-10 y un
747, que explotaron en pleno vuelo.
1991:
En
Argelia, el yihadista Grupo Islámico Armado (GIA) desencadenó una
guerra civil
que duraría hasta 2002. Se estima que en sus acciones asesinaron a unas
150.000
personas, mayormente civiles.
1992: El Vaticano protestó contra las
persecuciones que sufrían los cristianos sudaneses. El régimen de
Jartum declaró: «La Iglesia católica se ha convertido en el enemigo del
gobierno sudanés. Sabemos cómo ocuparnos de eso».
1993: En febrero, se publicó el informe Barbier a la Comisión de
Derechos Humanos de la ONU sobre las masacres de las tribus nuba en
Sudán: habla de deportaciones, islamización forzada y esclavitud de más
de 20.000 niños cristianos.
1993:
Una
célula islamista vinculada a Al Qaeda perpetró un atentado terrorista,
con
coche bomba, en los aparcamientos de una de las torres del World Trade
Center,
en Nueva York.
1994: Un informe de la ONU sobre Sudán concluía
que este país violaba todos los derechos humanos. El presidente
sudanés respondió diciendo que ese informe era «blasfemo».
1994: Bin Laden financió tres campamentos de entrenamiento para
terroristas en el norte de
Sudán.
1994: En octubre, en Jartum, se organizó un coloquio sobre el diálogo
interreligioso en Sudán, donde se invitó a musulmanes y cristianos. Una
vez terminado, el presidente Omar Al Bashir declaró abiertamente, a los
participantes musulmanes, que el gobierno de Jartum iba a continuar con
un plan a largo plazo para convertir Sudán en un Estado islámico.
1996:
La
organización político-militar talibán instauró el Estado Islámico de
Afganistán, de orientación fundamentalista extrema. Expulsados del
poder por
Estados Unidos, en 2001, recuperarían el control del país veinte años
después.
1998:
Una serie de organizaciones yihadistas, entre ellas Al Qaeda, crearon
el Frente Islámico Mundial para la Yihad contra Judíos y Cruzados, una
red terrorista internacional que, desde entonces, apoya y lleva a cabo
atentados.
1998:
Los yihadistas
de Al Qaeda perpetraron explosiones sincronizadas en las embajadas de
Estados
Unidos en Kenia y en Tanzania, causando 258 muertos y más de 5.000
heridos.
La yihad,
intensificada desde 2001, prosigue en
nuestros días
Resulta
evidente que la hostilidad del islam contra Occidente no es una
historia del
pasado. El conflicto de civilizaciones no solo permanece activo en la
actualidad, sino que se intensifica siempre que encuentra ocasión. En particular desde los atentados que estrellaron
aviones civiles, el 11 de septiembre de 2001, en Estados Unidos, no
cesa de
incrementarse la lista de las matanzas que los creyentes más fervientes
del
islamismo cometen, en general, contra todos aquellos que
consideran «infieles»
y, en particular, contra cristianos en
numerosos países. Hoy como ayer, los islámicos fundamentalistas
y
salafistas reactivan la yihad, y se siguen arrogando el derecho de
asesinar en
nombre de Alá. De manera unánime, se remiten al Corán y a la tradición
islámica
como legitimación incuestionable, sacralizadora de sus crímenes,
motivados en
el ensueño del retorno al islam «puro» de los antepasado, que nunca
existió.
Hoy
pervive el
fundamentalismo islámico
de múltiple fachada: los wahabíes de Arabia Saudí, los cofrades
musulmanes
qutbíes propagados desde Egipto, los discípulos maududíes de Pakistán,
los
guardias revolucionarios jomeiníes de Irán, los restaurados talibanes
de
Afganistán, los fanáticos alqaedíes y los enjambres de yihadistas que
pululan
por doquier. No es difícil evocar los más recientes casos
significativos, como muestra
inconclusa de lo que ha ocurrido y continúa ocurriendo lamentablemente:
1988:
El ayatolá
iraní Jomeini publicó una fetua contra Salman Rushdie, autor de la
novela Los
versos satánicos, dictaminando la pena de muerte. El autor tuvo que
esconderse
escondió. El
traductor japonés de Rushdie fue asesinado.
2001:
Los
talibanes de Afganistán destruyeron con explosivos las estatuas
gigantes de los
Budas de Bamiyán.
2001:
Dos
yihadistas tunecinos de Bélgica asesinaron al comandante Ahmad Shah
Masud,
dirigente contrario a los talibanes, en Afganistán.
2001:
El 11
de septiembre, los yihadistas de Al-Qaeda hicieron colisionar aviones
de línea
secuestrados contra las dos Torres Gemelas del World Trade Center de
Nueva York;
y contra el edificio del Pentágono, en Washington. Asesinaron a unas
tres
mil
personas.
2002:
El 22 de agosto, en
Filipinas, la guerrilla
islámica de Abu Sayyaf, grupo probablemente vinculado con Al Qaeda,
decapitó a
dos predicadores cristianos que habían capturado como rehenes.
2004:
El 11
de marzo, en Madrid, los yihadistas hicieron estallar diez
mochilas-bomba en
cuatro trenes de cercanías, asesinando a 193 personas y ocasionando más
de dos
mil heridos.
2005:
El 7
de julio, en Londres, los terroristas islámicos provocaron cuatro
explosiones
contra civiles en tres vagones del metro y un autobús, con resultado de
52
personas inocentes asesinadas y más de 700 heridos.
2008:
En
enero, la policía española detuvo a tiempo a un grupo de talibanes de
la
organización Therik e Taliban Pakistan, asociada con Al Qaeda, cuando
preparaba
un atentado suicida en el metro de Barcelona.
2010:
El 11 de diciembre, un
islamista
de origen iraquí y nacionalidad sueca, hizo explotar un coche bomba en
el
centro de Estocolmo. Llevaba consigo seis bombas con las que pretendía
producir
una masacre masiva, en venganza por Afganistán.
2013: A fines de enero, los islamistas
prendieron fuego al Instituto Ahmed Baba en Tombuctú, al norte de Mali,
destruyendo
parcialmente la biblioteca, que alberga decenas de miles de manuscritos
muy
antiguos.
2017:
Los yihadistas
perpetraron un
atropello masivo en las Ramblas de Barcelona, con dieciséis muertos y
más de
130 heridos. Y otro ataque en Cambrils. Estos atentados fueron
reivindicados
por el Estado Islámico.
2017: El
Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo documentó, este
año, en 42 países,
un total de 1.459 casos de atentados yihadistas, con 13.634 víctimas
mortales.
2018:
El Observatorio
Internacional de
Estudios sobre Terrorismo documentó, este año, actividad yihadista en
37
países, con 1.571 atentados y 10.598 víctimas mortales.
2019:
El Observatorio
Internacional de
Estudios sobre Terrorismo documentó, este año, actividad yihadista en
37
países, con 1.535 atentados y 9.262 víctimas mortales.
2020:
El Observatorio
Internacional de
Estudios sobre Terrorismo documentó, este año, actividad yihadista
global en 39
países, con 2.350 atentados y 9.748 víctimas mortales, siendo
Afganistán el
país más golpeado por el yihadismo.
2021:
El Observatorio
Internacional de
Estudios sobre Terrorismo documentó, este año, un impacto global en 36
países,
con 2.193 atentados y 9.603 víctimas mortales. África Occidental
concentró el
47% de los atentados y el 44% de las víctimas.
En
fin, el catálogo de los
ataques
islamistas nunca resulta exhaustivo, ni tampoco es necesario para
hacernos
cargo del problema y del hecho de que siempre hay un nexo de esa
agresiones
violentas con las organizaciones internacionales que forman el frente
del
yihadismo musulmán, cuyos fines están patentes desde el principio:
luchar hasta
que el islam sea la religión del Estado en todo el mundo. Porque es
total su rechazo
de la modernidad, los derechos humanos y las libertades ciudadanas.
En
los
países occidentales, gracias a la labor preventiva, cada año en decenas
de
ocasiones, la policía detiene y lleva ante la justicia a individuos o
comandos
implicados en actividades terroristas de signo yihadista. Lo cual no
impide que
lleguen a cometerse atentados graves. Según documenta el Anuario
del
terrorismo yihadista, del OIET, entre 2017 y 2021, no dejaron de
cometerse atentados en Estados Unidos. Y en Europa, hubo ataques
terroristas en
Alemania,
Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Países Bajos, Reino
Unido, Rusia,
Suecia y Suiza.
El catálogo de la
yihad y el terror no cesa de incrementarse, por más que parezca
incomprensible.
Los atroces actos de los militantes islámicos contra los «infieles» son
valorados
como actos de religión y sus ejecutores son vistos como los más devotos
seguidores del islam. Sus fechorías solo saltan a los medios
informativos de
cuando en cuando, en pequeña proporción, o cuando tienen gran
repercusión. Pero
hoy, gracias a Internet, disponemos de diversos sitios especializados
en
levantar acta de las agresiones de la yihad, que nos ayudan a
informarnos
y
refrescar la memoria.
En
efecto, es fácil obtener
información
bastante completa y actualizada de los atentados yihadistas en todo el
mundo,
en varios sitios de Internet que llevan un registro pormenorizado, casi
día a
día. Aunque, que sepamos, no hay aun una obra sistemática que aborde y
documente críticamente el tema en toda su amplitud. Aquí se indica un
breve
elenco:
1.
El sitio
del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo
(OIET), organismo
creado por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo, publica, desde
2017, un Anuario
del terrorismo yihadista, con datos por macrorregiones y análisis
especializados sobre de actividad yihadista. Mantiene asimismo una base
de
datos de atentados yihadistas desde 2016. Consúltese:
2.
El sitio denominado The
Religion
of Peace mantiene actualizado un registro cronológico de los
ataques
yihadistas perpetrados desde el emblemático 11 de septiembre de 2001.
Además,
presenta un balance anual, con una lista de los asesinatos cometidos en
nombre
del islam a lo largo de cada año. Consúltese:
3.
El sitio monográfico Center
for the Study of Political Islam International
(CSPII) cuantifica estadísticamente la presencia y el significado de la
yihad
en el Corán, en la biografía de Mahoma y en los textos de los hadices,
aportando una documentación exhaustiva. Deja en evidencia la mendacidad
de quienes
minimizan el sentido violento y
guerrero de la yihad, mediante un análisis cuantitativo:
Trilogy
text devoted to Jihad
En
el conjunto del Corán, el 9% del texto
trata de la
yihad guerrera; mientras que en los capítulos de Medina el porcentaje
asciende
al 24%:
En
la biografía de Mahoma (sira),
el 67% del texto se dedica a la yihad bélica:
Y
en los hadices de Al-Bujari,
el 20,6%
del texto versa sobre la yihad guerrera. De los 1.400 hadices referidos
a la
yihad, solo el 2% mencionan la yihad como esfuerzo religioso, mientras
que el
98% aluden a la yihad como guerra:
Este sitio presenta
parte de sus contenidos en español:
4.
El sitio de L'islam por
les nuls
recopila alrededor de 3.030 fechas de agresiones efectuadas en nombre
del
islam, desde el año 618 al 2000. Y a partir de 2001, está llevando un
registro
de los atentados terroristas que se producen y que se cuentan por
millares.
Puede consultarse:
5.
Otro sitio, en francés,
titulado Coran
IX, desmiente con los datos recopilados la conjetura de que el
islam sea
una religión de paz y tolerancia.
15.000
faits pour 1400 ans
d'«Effort sur
la voie de Dieu»:
6.
También en Internet
encontramos la
página del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI),
de la
Universidad de Granada, con numerosas publicaciones. Mantiene la Revista
de
Estudios en Seguridad Internacional:
Observatorio
sobre la
actividad yihadista en España
Observatorio
sobre la
actividad yihadista en el
Magreb y el Sahel Occidental:
En
la misma línea, existen
numerosos libros que
analizan el fenómeno de las agresiones protagonizadas por la yihad,
desde los
comienzos del islamismo, a lo largo de la historia y hasta la
actualidad. Sirvan
como muestra:
– Ibn Warraq en el capítulo 7 de Por
qué no
soy musulmán
(1995).
– Bat Ye'or en el capítulo IV de su obra Eurabia
(2005), que
recoge datos más recientes sobre atentados contra cristianos.
– José
Javier Esparza, Historia
de la
yihad. Catorce siglos sangrientos en el nombre de Alá (2015), que
hace una presentación de conjunto.
–
Robert Spencer, The
history of yihad. From Muhammad to ISIS (2018).
– Raymond
Ibrahim, Sword and scimitar. Fourteen centuries of war
between Islam and
the West (2018). En esta
última obra, escribe el autor:
«En
conclusión, el libro documenta cómo Occidente y el Islam han sido
enemigos
mortales desde el nacimiento de este último hace unos catorce siglos.
Lo hace
en el contexto de la narración de su historia militar, centrándose en
sus enfrentamientos
más emblemáticos, algunos de los cuales han tenido un profundo impacto
en la
configuración del mundo. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de las
historias militares –que por fascinantes que sean son en última
instancia
académicas–, esta ofrece correctivos oportunos: pone en orden el
registro
histórico muy distorsionado entre las dos civilizaciones y, al hacerlo,
demuestra de una vez por todas que la hostilidad musulmana hacia
Occidente no
es una aberración, sino una continuación de la historia islámica»
(Ibrahim
2018: 17).
Llegados
a
este punto, debemos concluir, con toda evidencia, que las conquistas de
la
yihad y, por consiguiente, la resistencia y los contraataques frente a
ella
constituyen uno de los más claros argumentos de la historia universal a
gran
escala. Esta realidad nos da una clave imprescindible para entender el
devenir
de Europa y de España, en el pasado y en el presente. Ha quedado al
descubierto
la inanidad de esa multitud parlanchina que, de forma ingenua, ignara o
cínica,
pregona el sentido espiritual de la yihad. Lo mismo que salta a la
vista la
necedad de esos historiadores empecinados en negar que hubiera una
Reconquista
protagonizada por los reinos cristianos de la Península Ibérica.
Lamentablemente,
todos ellos han perdido la perspectiva histórica.
LA
CRONOLOGÍA Y LA TEORÍA DE LA YIHAD
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