Errores
lingüísticos en el Corán. 8. La repetición, la dispersión y la
redundancia
SAMI ALDEEB
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En este artículo vamos a hablar de la octava
categoría de errores lingüísticos en el texto del Corán, a saber, la
repetición, la dispersión y la redundancia.
La lectura de los capítulos del Corán nos da la impresión de que
estamos frente a un barullo deshilvanado, lo que nos impide
considerarlo como un libro. Este defecto del Corán se encuentra a nivel
del texto en su conjunto, a nivel de los capítulos y a nivel del
versículo. La confusión que caracteriza al Corán puede ser una de las
razones de la confusión del espíritu árabe e islámico. Si uno sigue una
guía confusa, acabará confundido igualmente.
Repetición
Encontramos una repetición cansina de los relatos del Corán, con
detalles contradictorios. El único relato que es una excepción es el de
José (capítulo 53), tomado del Antiguo Testamento. Fuera de este
capítulo, el Corán solo menciona el nombre de José en los versículos
55/6,84 y 60/40,34. Cada relato necesita, para poder comprenderlo, la
recopilación de los versículos que hablan de él en diferentes
capítulos. Cualquiera que esté interesado en ello puede consultar el
índice de mis traducciones y mi edición árabe del Corán, y buscar
versículos relacionados con los personajes mencionados en el Corán,
como Abrahán, Jacob, Moisés, Jesús y otros, para descubrir la
repetición del texto coránico. Si suprimimos las repeticiones, podemos
deshacernos de un tercio del Corán sin perder gran cosa.
Esta repetición plantea el problema de la organización de las suras del
Corán en orden cronológico. ¿Cómo podemos organizar los relatos
repetidos? Estos relatos ¿se han revelado en varias ocasiones, o solo
una vez? La repetición de estos relatos ¿se debe a la existencia de
varias copias del Corán reunidas posteriormente en una sola colección,
sin omitir nada, dado el carácter sagrado que tienen para sus
seguidores? ¿O es resultado del largo período de revelación, que abarca
23 años, que hizo que Mahoma olvidara lo que había dicho antes?
Dispersión de los
versículos normativos
Lo más grave en las repeticiones del Corán está en lo que se refiere a
los versículos normativos, dispersos por diferentes capítulos.
Quien quiera saber cómo regula el Corán la herencia y el testamento,
por ejemplo, deberá navegar por varios capítulos: 10/89,19;
87/2,180-182 y 240; 88/8,75; 90/33,6; 91/60,8-9; 92/4,7-9. 11-12. 19.
33 y 176; 112/5,106-108.
Y quien quiera conocer las normas relativas el tiempo de espera que la
mujer debe observar antes de volver a casarse, deberá ir al versículo
87/2,228: "Las repudiadas aguardarán [un período de] tres
menstruaciones. No les está permitido callar lo que Dios haya creado en
sus vientres, si es que creen en Dios y en el último día. Sus maridos
tienen más derecho a traerlas de vuelta durante esto, si ellos quieren
la reconciliación. Ellas tienen [sobre los hombres] lo que [los hombres
tienen] sobre ellas, según la costumbre. Sin embargo, los hombres están
un grado por encima de ellas. Dios es orgulloso, sabio". Este versículo
hay que completarlo con el versículo 99/65,4: "Aquellas de vuestras
mujeres que ya no esperan tener menstruación, si dudáis, su plazo de
espera es de tres meses. Y las que no han tenido menstruación [su plazo
de espera también es de tres meses]. En cuanto a las que están
embarazadas, su plazo termina cuando den a luz. Quien teme a Dios, él
le ayudará".
Examinemos la prohibición de comer carne mortecina que aparece en
cuatro versículos:
55/6,145. Di: "En lo que se me ha revelado no
encuentro nada que esté
prohibido comer, excepto la carne mortecina, la sangre derramada o la
carne de cerdo, que es una suciedad, o lo que, por
perversidad, se ha ofrendado a otro diferente de Dios. Pero, si
alguien se ve forzado por la necesidad, y no es rebelde ni transgresor
[no tiene pecado]. Tu Señor es indulgente, misericordioso [con él]."
70/16,115. Os ha prohibido la carne mortecina, la
sangre, la carne
de cerdo y lo que se ha ofrendado a otro
diferente de Dios. Pero, si alguien se ve forzado por la necesidad,
y no es rebelde ni transgresor [no tiene pecado]. Dios es indulgente,
misericordioso.
87/2,173. Os ha prohibido la carne mortecina, la
sangre, la carne
de cerdo y la de todo animal que se haya ofrendado a otro
diferente de Dios. Pero si alguien se ve forzado por la necesidad, y
no es rebelde ni transgresor, no tiene pecado. Dios es indulgente,
misericordioso.
112/5,3. Os está prohibido [comer] la carne
mortecina, la sangre, la
carne de cerdo, lo que se ha ofrendado a otro diferente de Dios, el
animal asfixiado o muerto a palos, de una
caída, de una cornada, la del devorado por una bestia salvaje,
excepto si lo sacrificasteis vosotros, y lo que ha sido inmolado en
[piedras]
erectas. [También está prohibida] la adivinación por medio de flechas.
Es una perversidad. Hoy quienes no creen han desesperado [de] vuestra
religión. No les tengáis miedo a ellos, temedme a mí. [Hoy he
completado para vosotros vuestra religión, he cumplido mi gracia hacia
vosotros, y he aceptado el islam como religión para vosotros.] Pero
quien se ve forzado por el hambre, sin intención de pecar, [no tiene
pecado]. Dios es indulgente, misericordioso.
¿Cuál es la relación entre los diferentes elementos de este último
versículo?
Redundancia y
palabrería الحشو واللغو
Además de la repetición y la dispersión, encontramos la redundancia y
el uso de palabras superfluas, llamadas en árabe al-laghuu, definidas por el
diccionario Lisan al-'arab:
"palabras que no se tienen en cuenta y que son inútiles".
La redundancia y la palabrería se manifiestan particularmente en el
fenómeno llamado tadhyil
التذييل, que literalmente añade una coletilla al final de los
versículos, destinada a mantener la rima (saja').
La señalamos con el símbolo ~. Más de la mitad de los versículos del
Corán llevan tales añadidos sin relación directa con el contenido del
versículo, a pesar de que los exegetas han dado pruebas de mucha
imaginación para vincular esas "coletillas" con el cuerpo del
versículo, partiendo de la idea de que Dios no podría entretenerse con
tales adiciones sin un objetivo real. Ibn Ashour, en su exégesis,
consigna 809 veces este fenómeno.
A modo de ejemplo, pongo los cuatro versículos que siguen:
92/4,55. Hay algunos que creyeron en él, y
algunos que lo rechazaron. ~La gehena basta como fuego (sa'iran).
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فَمِنۡهُم مَّنۡ ءَامَنَ بِهِۦ، وَمِنۡهُم
مَّن صَدَّ عَنۡهُ. ~ وَكَفَىٰ بِجَهَنَّمَ سَعِيرًا
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92/4,56. Los que no creyeron en nuestros
signos, los asaremos en el fuego. Cada vez que sus pieles se consuman,
se las cambiaremos por otras pieles para que prueben el castigo.~Dios
era orgulloso, sabio ( hakiman).
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إِنَّ ٱلَّذِينَ كَفَرُواْ بَِٔايَٰتِنَا،
سَوۡفَ نُصۡلِيهِمۡ نَارٗا. كُلَّمَا نَضِجَتۡ جُلُودُهُم،
بَدَّلۡنَٰهُمۡ جُلُودًا غَيۡرَهَا لِيَذُوقُواْ ٱلۡعَذَابَ. ~ إِنَّ
ٱللَّهَ كَانَ عَزِيزًا، حَكِيمٗا
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92/4,57. Los que creyeron e hicieron buenas
obras, los haremos entrar en los jardines bajo los cuales fluirán los
arroyos, donde estarán eternamente, para siempre. Habrá para ellos
esposas purificadas.~Y los llevaremos bajo una espesa sombra ( dhalilan).
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وَٱلَّذِينَ ءَامَنُواْ وَعَمِلُواْ
ٱلصَّٰلِحَٰتِ، سَنُدۡخِلُهُمۡ جَنَّٰتٖ تَجۡرِي مِن تَحۡتِهَا
ٱلۡأَنۡهَٰرُ، خَٰلِدِينَ فِيهَآ، أَبَدٗا. لَّهُمۡ فِيهَآ أَزۡوَٰجٞ
مُّطَهَّرَةٞ. ~ وَنُدۡخِلُهُمۡ ظِلّٗا ظَلِيلًا
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92/4,58. Dios os ordena devolver los
depósitos a sus propietarios, y que cuando juzguéis entre humanos,
juzguéis con justicia. ¡Qué excelente es esto a lo que Dios os exhorta!
~Dios todo lo oye, todo lo ve (basiran).
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إِنَّ ٱللَّهَ يَأۡمُرُكُمۡ أَن
تُؤَدُّواْ ٱلۡأَمَٰنَٰتِ إِلَىٰٓ أَهۡلِهَ، وَإِذَا
حَكَمۡتُم بَيۡنَ ٱلنَّاسِ، أَن تَحۡكُمُواْ بِٱلۡعَدۡلِ ا. إِنَّ ٱللَّهَ
نِعِمَّا يَعِظُكُم بِهِۦٓ! ~ إِنَّ ٱللَّهَ كَانَ سَمِيعَۢا،
بَصِيرٗا
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Interpolación الإقحام
La redundancia no se limita a los añadidos finales en forma de
coletilla. Hay lo que los lingüistas llaman la interpolación que
interrumpe el discurso, yuxtaponiendo palabras que estorban el vínculo
entre sus elementos. La interpolación puede incluir:
— una letra
73/21,48. Dimos a Moisés y a Aarón el
criterio, una iluminación, y un recordatorio para los que temen.
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وَلَقَدۡ ءَاتَيۡنَا مُوسَىٰ وَهَٰرُونَ
ٱلۡفُرۡقَانَ، وَضِيَآءٗ، وَذِكۡرٗا لِّلۡمُتَّقِينَ
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Entre "el criterio" y "una iluminación", aparece la preposición "y" que
falsea el sentido.
— un verbo
98/76,5. Los buenos beben de una copa cuya
mezcla era alcanfor.
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إِنَّ ٱلۡأَبۡرَارَ يَشۡرَبُونَ مِن كَأۡسٖ
كَانَ مِزَاجُهَا كَافُورًا
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El verbo "era" es superfluo. Había que decir "cuya mezcla es alcanfor".
- un nombre
97/55,78. Bendito sea el nombre de tu
Señor, lleno de majestad y de honor.
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تَبَٰرَكَ ٱسۡمُ رَبِّكَ ذِي
ٱلۡجَلَٰلِ وَٱلۡإِكۡرَامِ.
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Había que decir: "Bendito sea tu Señor".
Hemos señalado estas interpolaciones en nuestra obra con la mención hashuw, que está basada sobre todo
en un libro en árabe de Sindhi: El
fenómeno de interpolación en las estructuras lingüísticas. Sin
embargo, hemos evitado hacer referencia a las interpolaciones del verbo
"kan" y sus derivados porque
está muy repetido en el Corán.
Damos aquí solo algunos ejemplos:
50/17,32. No os acerquéis a la fornicación.
Era una vileza y un mal camino.
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وَلَا تَقۡرَبُواْ ٱلزِّنَىٰٓ. إِنَّهُۥ
كَانَ فَٰحِشَةٗ وَسَآءَ سَبِيلٗا
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56/37,35. Cuando se les dice: "No hay más
dios que Dios", se envanecían.
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إِنَّهُمۡ كَانُوٓاْ، إِذَا قِيلَ لَهُمۡ:
«لَآ إِلَٰهَ إِلَّا ٱللَّهُ»، يَسۡتَكۡبِرُونَ
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44/19,29. Entonces ella le hizo un signo.
Dijeron: "¿Cómo hablaríamos a alguien que estaba en la cuna, a un niño?"
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فَأَشَارَتۡ إِلَيۡهِ. قَالُواْ: «كَيۡفَ
نُكَلِّمُ مَن كَانَ فِي ٱلۡمَهۡدِ صَبِيّٗا؟
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34/50,37. Ahí hay un recordatorio para
cualquiera que tenía un corazón, o que ha escuchado como testigo.
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إِنَّ فِي ذَٰلِكَ لَذِكۡرَىٰ لِمَن كَانَ
لَهُۥ قَلۡبٌ، أَوۡ أَلۡقَى ٱلسَّمۡعَ وَهُوَ شَهِيدٞ
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52/11,15. A cualquiera que quería la vida
de aquí abajo y su ornato, les retribuimos en ella [el salario de] sus
obras, y en ella no serán defraudados.
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مَن كَانَ يُرِيدُ ٱلۡحَيَوٰةَ ٱلدُّنۡيَا
وَزِينَتَهَا، نُوَفِّ إِلَيۡهِمۡ […] أَعۡمَٰلَهُمۡ فِيهَا،
وَهُمۡ فِيهَا لَا يُبۡخَسُونَ
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La repetición, la dispersión y la redundancia que caracterizan al Corán
muestran que, en realidad, no es otra cosa que la acumulación de
informaciones integradas paulatinemente en el Corán, dando lugar a lo
que ahora conocemos, lo mismo que ocurre en el libro de Las mil y una noches,
con una diferencia significativa, y es que la versión del Corán de la
que disponemos no puede, en ningún caso, considerarse como un libro. Se
parece mucho más a un barullo que a un libro.
Esta aparente contradicción entre lo que los musulmanes creen y la
verdad del Corán pone de manifiesto que la relación de los musulmanes
con el Corán es más una relación pasional que una relación racional.
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